Capítulo 38

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Aquel lugar era frío, ni su sombra se podría ver; estaba confundido más no tenía miedo del sitio. Sentía que no debía de temer y algo lo impulso a preguntar lo que tenía guardado, probablemente estaba alucinando con uno de sus aromas favoritos.

-¿Me quieres? -pregunto el ojiverde, estaba oscuro y se sentía desorientado caminando por los alrededores.

El frío se sentía pero no le dio importancia, se detuvo en algún punto donde el aroma se sentía más fuerte.

-Te quiero mucho mi pequeño. -respondieron desde las sombras, la voz se escuchaba algo cansada pero con alegría.

-¿Cuando podré verte?- pregunto Harrison con temor a que lo dejasen solo.

Buscaba con la mirada por todos lados pero no encontraba a nadie, no había nada... Al menos que el pudiese divisar.

-Más pronto de lo que crees bebé. -susurro el mayor, unos ojos verdes resplandecientes se dejaron ver en la oscuridad dándole satisfacción al menor.

-Papá no me dejes solo otra vez...-susurro al borde de las lágrimas, no se esperaba que quien más quería ver en la vida estuviese hablando con él.

Regulus trato de que su voz no se quebrara al escuchar aquello, debía mantenerse fuerte por su cachorro; como le estuvo haciendo siempre.

-Se fuerte mi pequeño, confío en ti. -dijo entre cortado, porqué no afirmarlo era la primera vez que escuchaba a su cachorro.

Aquellos pares de ojos no se despegaba de verse el uno al otro, aunque el menor solo viese el color verde profundo al igual que los de él.

El Omega mayor admiro al menor, sin duda tenía ese porte Black el color de sus ojos, el cabello alborotado como Sirius. Sus ojos se volvieron opacos por un momento, necesitaba a su pequeño consigo.

-Estas más cerca de lo que crees... - pronunció al borde del llanto, para después desaparecer entre aquella oscuridad.

El Omega menor solo pudo sentirse desprotegido por un momento, aguantando que lágrimas salieran de aquellos ojos tan parecidos a los de su papá. Sin querer algunas gotas salinas brotaron entre sus mejillas y sus ojos se opacaban sin querer.

-Te necesito... -susurro antes de que quebrarse y arrodillarse en aquel suelo tan oscuro.

Su llanto no era tranquilo, le reconfortaba mucho que su papá no lo olvidara, que pudiese ver aquellos ojos mirándolo, su voz...

-Es tan difícil. -susurro mientras se escondía entre sus rodillas. - Aún cuando deseo no llorar y mantenerme en pie, me siento tan perdido.

Pronunciaba aún abrazándose a sí mismo, tratando de protegerse de aquel frío del lugar.

-Tal parece que Tom no me necesita. -se dijo mientras secaba sus lágrimas.

Alguien lo cubrió con una capa gris, asustado miro a la persona que hizo aquello y un sonrojo apareció en sus mejillas.

Unos brillantes ojos azules lo miraban negando mientras su ceño fruncido se presentaba.

-Harrison, ¿De dónde sacas esas ideas? -pregunto el alfa que estaba en frente del menor.

El Omega solo pudo mirarlo un poco enojado, pero no pudo evitar levantarse y lanzarse encima del alfa.

-Si esto es otro de mis sueños no importa. -menciono con una media sonrisa. - Tom me haces mucha falta, es horrible no hablar contigo. -dijo serio.

El mayor solo negó mientras lo abrazaba de igual manera, la calidez del menor ya era algo que necesitaba de vez en cuando.

-No es un sueño Harrison, Regulus de alguna manera quería hablar contigo. -murmuro mientras tomaba el mentón del más pequeño.

Fragmentos del pasado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora