●Epílogo●

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La pelinegra había estado soñando cosas raras que hacían que preocupase a Itachi.

—No te preocupes cuervo, estoy bien —había contestado con sonrisa.

Itachi no se lo creyó, golpeándole la frente con sus dedos.

—Deja de Mentirme, sabes todo de mi, déjame preocuparme de ti en el poco tiempo que me queda —dice con su mirada inexpresiva, pero su voz había sonado cálida y tensa.

Bruna había bajado la mirada avergonzada de darle mas trabajo a su compañero y a la persona que amó y quiere con su vida. Itachi toma delicadamente del mentón de su contrario, y hace que lo mire.

—E-el final está cerca, y tengo miedo, de un lado está el hecho de perderte, y por otro lado el caos se avecina... —revela poco entre lágrimas. — Las pesadillas se están volviendo reales, y sólo no quiero estorbar en tus planes con Akatsuki...

Admitió al ver que Itachi no estaba convencido de que eso era todo lo que le preocupara, ocasionando que el azabache suspire cansado, para sólo atraerla hacia ella, y besarle la frente.

—Nunca me estorbarías, eres lo que soñé y deseé siempre, recuerda que siempre te amaré. Eso si... Sigue el camino que tu corazón diga, no el de la culpabilidad... No quiero ver como te destruyes —admitió Itachi.

Aquella noche bajo las estrellas, ambos se dejaron querer, demostrando y tomando el tiempo perdido, cerrando así una herida del pasado. Bruna se había prometido evitar caer en esa oscuridad. E Itachi se había prometido cuidarla y ver quién sería el que velaría sus sueños por él. Claro que le dolía pensar en ello, ya que al tenerla allí, encima suyo, durmiendo tranquila, se sentía completo y feliz de tener a la joven de la que se había enamorado de pequeño. Pero era consciente que Sasuke cumpliría con su venganza y la enfermedad que lo estaba matando haría el final.

Aquellos recuerdos sólo eran eso, recuerdos, ya que un día Brunari ya no despertó a su lado, había desaparecido del radar de todos, un sueño premonitorio la había obligado a partir, en busca de lo que haría que el final se acercara, y quizás allí termine como debió ser la historia del comienzo. Itachi había despertado al sentir un suave cosquilleo en sus labios rozar, y más al escuchar: "Siempre te amaré, cuervo, cuídate".

『En Sunagakure』

Rafaeru al despertar, no dio tiempo para seguir descansando, se esforzó lo máximo en terminar las lecciones en Suna para convertirse en gennin, ya que Gaara había dicho que sólo teniendo la bandana de la Aldea podría salir a buscarla, y que por mientras esto le ayudaría a pensar con claridad que hacer, así ejercitándose para cualquier peligro y ser capaz de rescatar a su amada.

Pero Rafaeru no se había quedado de brazos cruzados, habia enviado a Hiru-sama a que buscase a Bruna por los lugares probables en el que pudiese estar, pero entre que las semanas pasaban, ni el búho ni Gaara parecían hacer rápido el camino a ir por ella. Rafa sabía que la parte en el que Gaara sería secuestrado por Akatsuki estaba cerca por lo que en tan solo cinco días antes logró conseguir su bandana e ir en su busqueda. Gaara había pedido que se le informase de sus avances, para luego dejarlo ir.

—Maldita sea, odio cuando interfieren así, si no fuera pir todo ese seguimiento,  ya la habría encontrado antes —protestó Rafaeru saltando de árbol en árbol, su primera busqueda sería en la Aldea oculta de entre la niebla.

Hiru-sama estaba preocupado, entendía a Rafaeru y realmente no quería pensar en que algo le pudiese haber ocurrido a su pequeña nieta del corazón.




『Kumogakure』

—Realmente no tengo la mas pálida idea de dónde estamos —dice una castaña de cabello corto hasta los hombros, tez pálida y ojos marrones.

Observando el lugar que las rodeaba, un monte tupido por rocas y nubes entre ellas, un ambiente que calaba de nervios. Mientras se quedaba cerca de la otra castaña de cabello largo, tez semi morena y blanca, ojos marrones con una capucha, la cual miraba el lugar con una profunda mirada pacífica pero a la vez confundida, pero no lo iba a admitir.

—Creo ver alguna persona a lo lejos, vayamos allí y preguntemos, no es nada difícil e imposible de hacer —dijo la castaña que vestía una capucha azul cobalto, con cuernitos, junto a una mochila parecida a un fantasma.

Ambas no tenían ni la mas pálida idea de como habían llegado allí, sólo recordaban que estaban visitando tanto a Bruna como a Rafael en el hospital y de camino a casa, sus cabezas empezaron a zumbar para luego perder la consciencia.

『Con Brunari』

Suspiró aburrida, había seguido la pista del sueño hasta una de las tantas guaridas ocultas de Orochimaru,  que si mal no recordaba era dónde estaba Karin Uzumaki.

Al dar paso dentro de la cárcel, la mencionada llegó y la miró recelosa.

—¿Quién eres y por qué estás aquí? —pregunta Karin, la pelirroja.

Con un suave y ligero movimiento antes de que la contraria pudiese atacarla, ya la tenía entre un Kunai en el cuello y ella.

—No me trates así, vengo a buscarla a ella, estoy segura que llegó hace unos días, ¿Dónde está? —pregunta Bruna seria.

Pero antes de que Karin pudiera responder, una pelirroja de tez pálida la interrumpe, con aquellos ojos turquesa, e imposible de no reconocer, Bruna suelta a Karin para luego tirarse encima de ella y abrazarla fuerte.

—Tks...  Me preocupé por ti, demasiado, tonta —solloza Bruna al abrazarla.

—Ay Brunchi, debería ser yo quién te regañe, aunque no tengo idea de como llegué aquí —ríe nerviosa la ojivioleta.

—Creo tener una idea, pero tan sólo déjame abrazarte un poco más, ¿sí? —dice Bruna intentando calmar sus lágrimas.

Al fin la había encontrado, y a pesar que no entendía bien el porqué, sabía que también debía buscarlas a ellas, antes de que se metieran en líos.

"Una aventura nueva, lleno de líos ya se empezaba a tejer, ya había encontrado a su pelirroja, ahora debía encontrar a las demás antes de que Obito las encontrase. "

Madara Uchiha se encontraba complacido, había sentido los chakras que había invocado de otra dimensión, sus planes estaban tomando buen rumbo, pronto tendría en manos al verdadero poder para su paz eterna, sólo esperaba que Obito hiciera su parte correctamente.




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To be continue...

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