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Capítulo 17: "Un viaje junto a un antiguo compañero y amor. Rafaeru entrometiéndose en el destino"



『Salto en tiempo』


Brunari observaba desde lejos todo, sabía que pronto ocurriría ciertas cosas, pero mas que nada deseaba recibir algun mensaje de Itachi, a pesar que era necio, igual ella lo era. Suspiró llamando la atención, y cortando todo tipo de pensamientos de Rafaeru, quién desde hace rato, se había perdido en varios pensamientos.

—¿Qué te pasa Bru? Llevas suspirando desde que llegaste... ¿me dirás realmente que ocurrió cuando viste a Uchiha Itachi? —pregunta serio Rafaeru.

Brunari bosteza, y hace una mueca de fastidio, para luego recostarse contra la pared.

—Sólo pude notar que sigue igual, aunque es curioso como se acuerda aun de mi, aunque está resentido...

—¿Como no lo iba a estar? Si creyó que tu estabas muerta todo este tiempo, no hagas cosas tontas Bru,  que lo veo venir... —regaña Rafaeru.

—Y tampoco, te debes ir a Sunagakure a investigar sobre ti,  ¿no? Pues hazlo, yo por el momento estoy muy ocupada para llevarte,  no tengo el permiso de los ancianos —suspira.

—Nos veremos ¿no? Solo prometamos no meternos en graves líos, ¿si? —propone con una suave sonrisa el morocho.

—Esta bien, Rafasrada —sonríe para luego besarlo en la frente—...cuidate mucho, te quiero muchisisisimo ~

Al decir aquello la pelinegra desaparece en una bola de humo, dejando a un chico totalmente avergonzado,  y nervioso por el beso.

«Siempre me besas desprevenido,  tonta»pensó.

『En otro lugar』

Jiraiya y Naruto había salido de viaje en busca de Tsunade, todo iba igual, pero un cuervo llevaba un pergamino entre sus patas, uno del cual llevaba una respuesta a la duda flotante de la pelinegra de ojos ambarinos.

Quien anteriormente le habían otorgado una misión de alto rango, siendo así que fuera ella uno de los investigaría el porqué el renegado Uchiha mayor había dejado tan malherido a Kakashi, que hasta este momento no despertaba aun, por el cansancio que el sharingan había ocasionado en él. Mientras que Brunari se encontraba organizando sus cosas,  para luego ir hacia la salida de la Aldea, saludando a Kotetsu e Izumo, a unos largos kilometros un cuervo se le acercó.

Ella con confianza dejó su brazo para que el animal quedara allí, y como si fuera su amo, este lo hizo, dando un pequeño mensaje. Haciendo que la pelinegra tosiera por la impresión, sin embargo cuando se recompuso, volvió a releer la carta, y sonrió feliz.

"Te espero... Sigue al cuervo... "

Y sin más esperar hizo un pequeño vórtice para guardar su mochila dentro, dejando en el monte Nun, lugar donde vivía Nunráy y ciertas creaciones suyas. Para luego asentir y transformar en un pequeño aguila blanco con plumas doradas, y ojos negros, ocasionando que el cuervo la mirara incrédulo, pero empezara a volar al real encuentro.

Una aventura comenzaba, más en otro lugar, un morocho suspiraba por tanto aburrimiento, estaba esperando a que le admitiesen ir por el pergamino de permiso que el Hokage anteriormente le había dado.

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