Las manecillas del reloj avanzaron de prisa y se acercaban a las siete, pero para Jazmín Del Río, el tiempo se había detenido hace ya tres años cuando un hombre perdió el control de su auto en una curva chocando contra Elena cambiando sus vidas para siempre. En las primeras semanas una ira increíble se había apoderado de ella pero cualquier idea de retribución había quedado olvidada por el simple hecho de que el más terrible dolor no le permitió que hiciera nada. No podía dormir más de tres horas por las noches y perdió mas de diez kilos gracias a su dieta que consistía básicamente en café. El mes siguiente comenzó a fumar por primera vez en su vida y recurrió al alcohol para aquellas noches donde el dolor era demasiado fuerte como para afrontarlo sobria. Su amigo Javo se hizo cargo de la tienda de manera temporal mientras Jazmín se sentaba en silencio en casa, intentando imaginarse un mundo sin ella. Simplemente no tenía las fuerzas ni el deseo de existir más.
Lo que hacía todo más difícil es que no podía recordar una época de su vida sin ella. Se conocían desde pequeñas y habían asistido a las mismas escuelas. En el tercer grado eran mejores amigas y ella le regaló dos tarjetas en San Valentín, pero después sus caminos poco a poco fueron tomando rumbos distintos y solo coexistían. Nunca fueron a un baile o al cine juntas, pero tras cuatro años en la universidad, se la topó a su vuelta en Necochea. Ya no era esa niña que había conocido hace años, era una hermosa mujer. Su pelo rubio y sus ojos azules como el infinito. Cuando pudo recomponerse y la invitó a cenar, dio paso a una hermosa relación que terminó en un matrimonio y seis años maravillosos juntas.
En su noche de bodas, a solas en el cuarto de hotel iluminado solo por la luz de las velas, Elena le entregó las dos tarjetas de San Valentín que ella le había dado y sonrió cuando vio la expresión de Jazmín al darse cuenta de lo que eran "Claro que las conservé", mientras envolvía sus brazos alrededor de su cuello "Fue la primera vez que amé a alguien. El amor es amor, sin importar nada más, y yo sabía que tarde o temprano volverías a mi"
Siempre que Jazmín pensaba en ella, recordaba como se veía esa noche o la última vez que fueron a navegar.
Exhaló fuertemente, disolviendo el recuerdo como humo. Aunque recordaba los eventos, se dio cuenta que conforme pasaba el tiempo, se hacía más y más difícil visualizar exactamente como lucía, aunque sabía que olvidar ayudaría a disminuir el dolor.
Javo ayudaba lo mejor que podía, intentaba entender lo que le pasaba. Era la única persona con la que Jazmín compartía realmente un lazo de cariño, lo visitaba una vez a la semana y disfrutaba de su compañía. Hace un año le comentó que debería comenzar a salir nuevamente "No es sano que siempre estés sola. Parece como si te hubieras dado por vencida"Jazmín sabía que algo había de verdad en sus palabras. pero lo cierto es que no tenía deseos de encontrar a nadie. No había estado con otra mujer desde que murió Elena y no tenía deseos de estarlo.
Con el tiempo, Jazmín regresó a la tienda y comenzó con las clases, haciendo su mejor esfuerzo para seguir adelante con su vida. Se dio cuenta que si estaba lo suficientemente oscuro cuando volvía a casa y solo encendía unas pocas luces, no notaba tanto sus cosas. Se acostumbró a vivir sola otra vez, cocinar, limpiar e incluso se hacía cargo del jardín.
Pensó que estaba mejor, pero cuando llegó el momento de empacar las cosas de Elena, no pudo hacerlo. Javo terminó haciéndose cargo. Tras una semana fuera navegando, Jazmín regresó a una casa despojada de sus cosas. Sin sus cosas, la casa estaba vacía; no encontró motivo para quedarse. En menos de un mes ya la había vendido y se mudó a una casa más pequeña cerca de la playa.
Javo no había encontrado todo. En una pequeña caja que estaba dentro de su mesa de noche, guardaba cosas que no podía dejar. Cosas que la gente no entendería, sus anillos de bodas y esas dos tarjetas de San Valentín.
Parecía estar mejor, parecía haber podido seguir adelante con su vida, y en parte así era, por más de tres años había continuado. Pero para Jazmín era como si su corazón hubiera dejado de latir y también hubiera muerto, creía que nada nunca sería igual.
Eso hasta esta mañana cuando su mirada se cruzó con unos ojos café que hicieron a su corazón saltar y tomar un ritmo que creía olvidado.
***Se que es corto pero me parecía importante saber un poco más de lo que había tenido que pasar Jaz así como en un inicio lo aprendimos de Flor.
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Mensaje de Amor "Flozmin"
RomanceDos corazones lastimados, una casualidad del destino, dos mujeres que aprenderán juntas que la vida te puede sorprender más de una vez siempre y cuando estés dispuesto a abrir tu corazón al amor.