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ERES TAN MACARRA...
(Macarra: sinónimo de bad boy)

Volvemos al presente.


[...]


Las notas de la canción que toca Yoongi se desvanecen poco a poco, deslizándose en el éter hasta desaparecer. Yo le miro anonadado y él deja la guitarra a un lado y se enciende otro cigarrillo, sin separar sus ojos profundos y grisáceos de mí. Me cuesta tragar. ¿Qué es esto que hay en el aire?, ¿qué se respira?

Rebusco en mi cabeza tratando de encontrar algo que destense el ambiente y que me permita salir de allí. Esto creo que me viene grande. ¿Cómo es posible que me haya dejado sin palabras? ¡¡A mí!! Oh, maldición, invéntate algo. Debe de estar cansado de personas que le miran con cara de imbécil. Yo no quiero ser uno de esos.

En ese momento el sonido de mi teléfono móvil me salva y rompe por la mitad el aire denso que se estaba instalando en la habitación. Cojo la pequeña mochila, que he dejado tirada a los pies de la cama, y alcanzo el móvil. Es Alejandra. Mierda. Debe de estar histérica. Son las doce y media y no sabe nada de mí desde anoche.

-Alejandra, no te enfades...- empiezo a decir nada más descolgar.

-Jiminnie- me responde jadeante -¿dónde estás?

-Estoy bien, luego te lo cuento, tranquila. Voy para allá- Miro a Yoongi, que sigue fumando con caladas hondas mientras me observa.

-No, no, no. Quédate donde estás un segundo. Escúchame..., la he regado.

-¿Qué?, ¿estás bien?- pregunto nervioso.

-Sí, sí, yo estoy de puta madre. Pero... nos han echado del hotel.

Abro los ojos como platos.
-Pero, ¿qué mierda...?

-Ay, Rey. Que ya te he dicho que me lo he pasado de puta madre...

-La que vas a ir a ching...

-Jiminnie..., no te enfades. Yo te pago tu parte- No me deja terminar ni una jodida frase.

-Y ahora ¿qué?

-He adelantado el vuelo.

-¿¡¡Qué dices!!?

-Sí, nada. Yo pago el recargo.

-Pero, ¿qué has hecho?

-Te veo en el aeropuerto, ¿vale? El vuelo sale a las cuatro y media. Vamos con tiempo.

Me froto los ojos. Hija de la chingada. Me sorprendería si no nos hubieran echado antes de un sinfín de sitios por su culpa. Creo que somos de las pocas personas de este mundo que tienen vetada la entrada en la tienda Loewe de Gran Vía...

Alejandra cuelga sin darme más explicaciones. Escándalo público, me lo puedo imaginar. Miro a Yoongi, que apaga la colilla en el cenicero.

-Por lo visto tu amiga y tú tienen mucho en común.

-No compares...- digo de mal humor -Pues nada, me voy al aeropuerto, joder.

Yoongi se levanta y vuelve a coger su taza. Tiro el móvil dentro de la mochila y me giro hacia él para decirle que me tengo que ir, pero no me he dado cuenta de que se ha acercado a mí cuando estaba de espaldas y al darme la vuelta me estampo literalmente contra su taza de café. Como resultado..., café en todo mi cuerpo como pintura en un lienzo de Pollock.

Persiguiendo a Jimin | YOONMIN•JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora