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FIN DE SEMANA DE CHICAS SIN CHICAS

De vuelta a la actualidad, disfruten.

[...]


Yoongi y yo estamos tumbados en la cama después de cenar. Me he puesto la pijama, un dos piezas azul marino.
Él sigue con los jeans puestos, pero descalzo y sin camiseta. Se fuma un cigarrillo mientras yo le cuento los tatuajes; me salen veinte.

Veinte entre pecho, brazos, manos y espalda. ¡Chico malo!

—No los has contado todos— Sonríe —Son veintidós. ¿Cuál te gusta más?

—El corazón es bonito— Acaricio el pedazo de piel que ocupa ese dibujo —Y la chica pin up. La estrella. Las flores japonesas. La calavera mexicana— Deslizo la mano por su brazo —No sé. Son muy bonitos en color. No parecen carcelarios. Es más, si hubieras ido a la cárcel habrías sido muy violado en las duchas.

Yoongi se ríe, se vuelve boca abajo y me pide que siga tocándolo. Mierda.
¡Vale ya, mente perversa! No ha sido nada sexual. En realidad siento una comodidad que no sentiría si esto fuera uno de mis absurdos planes de seducción. Sé que es imposible, así que puedo estar acariciándole la espalda sin que los boxers se me alteren y mi cabeza se ponga a hacer suposiciones. Bueno…, los boxers sí están a punto de desaparecer, pero eso es una cuestión hormonal que ya trataré de solucionar con sedantes.

Tienes una espalda muy bonita— digo al tiempo que paso la mano por
encima del tatuaje que tiene en la parte alta —Y aún no he descubierto ningún tatuaje vulgar y de mal gusto que me haga odiarte un poco.

Porque no has buscado en el sitio indicado— Se ríe.

Si tienes el pene tatuado no quiero verlo. Ni el ojo de Sauron.

Yoongi se gira y se echa a reír a carcajadas.

¿De dónde narices has salido?

—¿Y tú?— Le señalo con el dedo índice y el ceño fruncido a pesar de que estoy sonriendo —¡Porque estoy a punto de compartir la cama de una suite presidencial contigo y no te conozco de nada!

Si hubiera querido violarte o tener sexo sadomasoquista contigo ya lo habría hecho. Una pastillita en la bebida, Volte ayudándome a atarte a la cama y…— Sonríe perverso.

Déjate de tonterías— Me acomodo en la cama y me abrazo a la almohada —Cuéntame cosas de ti…

¿De mí?

—Sí. Si vamos a ser amigos que quedan de vez en cuando necesito saber cosas de ti. Lo que te gusta y lo que no, por ejemplo.

Pues… me gustan las rubias de tetas grandes— Sonríe —Y no me gustan los peliazules.

No estoy hablando de preferencias de cama— y al contestar me estoy preguntando si también habrá compartido sábanas con algún hombre.

A ver, déjame pensar— Se levanta de la cama y se desabrocha los jeans de un tirón. Va hasta un rincón, donde hay una pequeña maleta, y saca unos pantalones de pijama negros. Se quita los jeans y miro al techo —No pasa nada porque mires. Hoy llevo ropa interior.

Lo que me sorprende es que el hecho de que la lleves sea reseñable.

Yoongi se ríe entre dientes y se pone el pantalón. A pesar de estar delgado tiene unos muslos firmes, un vientre plano y muy sexi que recorre una sutil línea de vello oscuro y ese pecho tan tatuado… Pensaba que daría más penita desnudo, que parecería aniñado y lampiño. Pero nada de eso.

Persiguiendo a Jimin | YOONMIN•JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora