19

98 8 9
                                    

QUÉ HACES ESTE FIN DE SEMANA

Volvemos al presente.

[...]

Es jueves. El reloj marca las dos y diez de la madrugada, pero a pesar de que mañana me tengo que levantar a las seis para ir a trabajar, sigo sentado delante de la tele. Hace un calor horrible y agradezco que Jungkook me "obligara" a cambiarme de piso hace ya poco más de un año. Este calor infernal en el otro lugar donde vivía hubiera supuesto mi muerte. O tal vez hubiera aprendido a vivir sin oxígeno dentro del refrigerador. Nunca se sabe. Al menos aquí tengo aire acondicionado; bien lo sabe mi factura de la luz. Estoy bebiendo de una botella fría de cerveza con limón. Está frío porque es el tercero que me tomo y lo acabo de sacar de la nevera. No tardará en parecer pis, así que bebo rápido mientras hago voy cambiando de canales. Mañana estaré hecho una mierda, pero me he cansado de dar vueltas encima de la cama. No sé por qué no puedo conciliar el sueño. A lo mejor es porque va faltando menos para mis vacaciones y este año las necesito de verdad. Noto más cerca que nunca el día en que me decida por fin a comprar un arma por Internet. Luego los supervivientes de la matanza en la oficina contarán a las televisiones que cubran la noticia que "siempre fui un poco rarito, pero nadie pensó que pudiera hacer algo así".

El año pasado por estas fechas Jungkook y yo estábamos afinando los detalles de nuestro viaje. Fue genial. Él, el mar Caribe y yo. No hicimos nada más que tomar el sol y follar. Bueno, creo que él leyó e hizo otras cosas mientras yo me dedicaba a sacar provecho del "todo incluido".

Tengo recuerdos preciosos de las cenas allí, vestidos como gente de bien, riéndonos a causa de las botellas de vino que acumulábamos sobre la mesa. Es posible que ese sea el motivo por el que no puedo dormir; lo añoro.

Mañana voy a parecer un oso panda. No habrá maquillaje que tape mis ojeras. Y Dios sabe que necesito estar perfecto siempre, por eso de alardear delante de Jungkook lo bien que estoy a pesar de haber roto.

Dejo de saltar canales y pongo MTV, porque aquí siempre hacen buena
mierda. Con un poco de suerte encuentro algún programa del tipo "Tuneamos tu coche y lo convertimos en un dúplex con vistas al mar" o algunos videoclips. Eso me recuerda al señor Siniestro y sonrío. Quién iba a decirme a mí que Yoongi fuera tan agradable y accesible. Increíble. Tan increíble que mis amigas insisten en
que me estoy inventando la mitad de la historia y que nuestra foto es un montaje hecho con Photoshop. Sé de buena fuente que un par barajan la posibilidad de llamar a mi madre para decirle que empiezo a tener delirios o que Alejandra y yo debemos estar enganchados a las drogas y alucinógenos. Espero que no lo hagan. Si mi madre vuelve a preguntarme si tomo drogas no voy a poder evitar
la tentación de decirle que sí, pero porque alguien me las echa en el Nesquik.

Cómo me gusta ese maldito vídeo de YouTube. Si no hubiera sido por esas
mierdas me habría tirado por una ventana cuando Jungkook me dejó. Vuelven de los anuncios y veo que están repitiendo la gala de los Video Music Awards. Seguro que me sirve como somnífero escuchar a Beyoncé haciendo gorgoritos, así que dejo la cerveza en la mesita, me acomodo en el sofá y trato de mantener la mente en blanco. Casi lo estoy consiguiendo a pesar de que un pezón se me ha salido y está pidiéndome que cambie de canal.

Me despierto porque la baba me está empapando el cuello y muero del asco.

A pesar de tener puesto el aire acondicionado, tengo la pijama pegada, porque este sofá parece que emana calor. Miro el reloj; son las tres y media y en la MTV están emitiendo una especie de entrevista. Me froto los ojos y me dejo los puños negros. Bien. Se me ha vuelto a olvidar desmaquillarme. Bueno, ¿a quién pretendo engañar? Me ha dado pereza.

Persiguiendo a Jimin | YOONMIN•JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora