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FIN DE SEMANA DE CHICAS SUI GÉNERIS

Volvemos al presente.

[...]

Subo a casa sin saber muy bien qué tomar. Yoongi ha dicho que haga "la típica bolsa de viaje de fin de semana con chicas y donceles", pero cuando yo hago un fin de semana de chicas con mis amigas, no me voy a ningún lado: todas vienen a mi casa cargadas de alcohol y DVD con películas lamentables en las que sale algún tipo bueno poniendo cara de hombre torturado. En fin. Trato de ponerme creativo e imaginar todas las situaciones posibles para tener cubierto un margen grande de "cosas que me pueden pasar". Así que me llevaría hasta un traje de buzo si lo tuviera. Pero como no lo tengo, me contento con el traje de baño.

Trato de asearlo todo un poco y me siento encima de la maletita de fin de semana para poder cerrarla. Después me voy, súper emocionado. En el ascensor me acuerdo de mi madre y para evitar llamadas que me encuentren en un momento extraño (dícese destrozando una mesa de cristal guitarra eléctrica en mano) le
envío un mensaje y le digo que voy a pasar el fin de semana con Alejandra en la casa que sus padres tienen en la sierra (que no tiene teléfono fijo), tomando el sol, dándome unos baños y bebiendo mojitos. Se le dan de vicio los mojitos a Alejandra…, casi tan bien como a mí las mentiras. Después la aviso a ella de la coartada y prometo darle explicaciones el domingo por la noche. Me contesta enseguida:

"Si te estás follando a alguien o a algo, quiero saberlo, zorro. No te llamo hasta el domingo pero a cambio tú me darás todos los detalles".

Volte está esperándome fuera del coche para cargar mi equipaje en el maletero, que, por cierto, está completamente vacío. Supongo que Yoongi ya habrá dejado sus cosas allá donde vayamos. O alguien las habrá dejado por él.

¿Dónde puñetas iremos? Se lo pregunto pero no dice nada. Solo me dice que está en un pequeño callejón sin salida y que le va a venir bien un fin de semana de chicas para desconectar.

¿Eres doncel?— le pregunto arqueando las cejas. Mentalmente cruzo los deditos y mi Jimin interior da saltitos mientras suplica: "que diga que no, que diga que no".

No. A mí me van donceles y chicas— dice mirando a través del cristal polarizado mientras esboza una sutil sonrisa. No sé por qué, da la sensación de que a pesar de todo Yoongi no está acostumbrado a sonreír.

De pronto entramos en un parking y como lo estaba mirando a él, con ese perfil tan jodidamente atractivo que tiene, no me he dado cuenta de dónde me lleva. Igual debería estar asustado porque no conozco de nada a Yoongi y a juzgar por sus vídeos musicales está un poco tarado. Pero eso es más bien lo que me diría Jungkook si lo supiera. Acordarme de él me vuelve a poner de un humor extraño.

El coche aparca en una plaza amplia y Volte baja y nos abre la puerta. Miro
alrededor, pero no hay nada que me indique dónde nos encontramos aparte del clásico parking de pago. Hay un ascensor elegante. Subimos y Yoongi me pregunta si sé dónde estoy.

Sé que hemos hecho un recorrido relativamente corto hacia el norte y que no hemos salido de la ciudad, pero… ¡mierda! Es que esos brazos tan tatuados me desconcentran.

Yoongi mueve la cabeza de un lado a otro, riéndose, y me doy cuenta de que no tengo mi maletita. La lleva Volte y está de lo más ridículo con ella porque es verde con lunares y muy pequeñita. En sus manos parece una cartera.

Oye, Volte, ese bolso te queda de miedo.

Él gruñe como contestación y Yoongi y yo nos reímos a carcajadas.

Persiguiendo a Jimin | YOONMIN•JIKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora