Herederos Del Olimpo "Yoonmin, KookV, Namjin"

Sexta plaga

La gente estaba inmersa en la total desesperación, no creían en todas las desgracias que estaban ocurriendo, se negaban a ver que el mundo estaba exhalando sus últimos suspiros. Las llamadas de calma que les daban los gobiernos no funcionaban, dejaban nuevamente de creer en ellos, la religión tampoco significo una buena ruta de escape, los clérigos gritaban sobre la llamarada del apocalipsis del castigo divino a los pecados terrenales.

La esperanza pendía de un hilo, los alimentos y medicamentos escaseaban, dejando a miles desprotegidos. Las Naciones mantenían una relación renuente, en épocas de crisis no se sabía en quien confiar y estaban a nada de iniciar una guerra por los alimentos o incluso por el agua potable, los medios de comunicación transmitían toda esta jugarreta, familias que lo habían perdido todo y otras que estaban a punto de hacerlo tenían la manía de sentarse en la mesa y mirarse los unos a los otros como si temieran desaparecer en cualquier segundo.

Las madres acunaban a sus hijos con la esperanza de darles calor a sus desnutridos y enfermos cuerpecitos, el dinero ya no tenía valor, ahora lo que importaba era encontrar los medios necesarios para sobrevivir, consiguieron armas por temor a ser asesinados por sus hogares o pertenencias, un simple abrigo valía más de lo que se podía llegar a imaginar.

La lluvia comenzó un viernes por la mañana, al principio apareció como un ligero roció, con el pasar de las horas se convirtió en un fuerte chubasco, cada afilada gota parecía quemar con su toque, la humanidad estaba aterrada, no había rincón en donde esta aterradora lluvia no encontrara sitio. Al tercer día miles de personas tomaron la decisión de salir a la calle, mirar al cielo mientras levantaban sus manos y tiraban del gatillo, madres sacrificaban con lágrimas a sus pequeños, ancianos miraban a sus hijos por última vez, solo la desesperación quedaba impregnada en sus ojos.

Miles de cuerpos fueron lanzados al fuego; el mundo estaba pendiente de un hilo y nadie escuchaba, deseaban escapar, la lluvia duro cinco días y el cielo comenzó a tornarse de un fuerte violeta, sin duda el final estaba cerca.