Herederos Del Olimpo "Yoonmin, KookV, Namjin"

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Se miraban con curiosidad, ninguno había tenido la oportunidad de verse con anterioridad, a simple vista eran notables sus diferencias. Esperaron pacientemente en silencio, desde ese momento se dieron cuenta que el estar condenados a pasar un tiempo en la tierra juntos era un terrible error, si sus padres se odiaban era lógico que ellos permanecerían renuentes a su compañía. 

Jimin no apartaba la vista del chico pálido y pelinegro que le había hablado con anterioridad ¿De quién era hijo? su semblante de seriedad y sufrimiento no era algo que podía pasar desapercibido. JungKook en silencio evaluaba al pelirrojo que no dejaba de mirar el fuego violeta que salia del zocabon de mármol, llevaba un traje blanco con un chaleco armadura dorado, en el pecho tenía impresa una insignia que reconoció como el partenón de Atenas. Pero no era el único que llevaba un símbolo similar, hasta él mismo y su hermano lo llevaban como honor a sus raíces. 

De un pasillo emergió un sacerdote del Olimpo, su larga y amplia capucha azul cobalto cubría con estrategia sus manos y rostro, se acercó a ellos quedando dentro del circulo, todos estaban atentos a lo que este pudiera decir 

-Hijos del Olimpo ha llegado el momento de dictar su sentencia- su voz era gruesa, la tonalidad no se parecía a nada que hubieran escuchado antes era una extraña combinación entre cántico celestial y gruñido infernal helaba la sangre con solo escucharlo- Nuestro Dios Zeus los ha condenado a permanecer en la tierra siendo mortales hasta que se encuentre al culpable de las atrocidades cometidas en contra de la humanidad, a menos que el responsable hable

Se miraron entre sí tratando de descifrar quién tenía que pagar por las consecuencias de ir en contra de  las leyes de los Dioses, en sus rostros se reflejaba el miedo y la incertidumbre, Jungkook supo que nadie hablaría, estaban aterrorizados y este singular sentimiento proveía de una incapacidad motriz y emocional para dar una respuesta concreta 

-Ya que nadie es lo suficientemente digno como para afrontar las consecuencias y prefiere arrastrar a inocentes entre sus egoístas manos hemos entonces de comenzar, cada uno se presentara hacía sus compañeros de celda

Aquellas palabras solo llenaron el ambiente de pesadez, ellos solo deseaban ser salvados de tan injusta sentencia pero no podían decir nada, una de las cosas que les habían enseñado sus padres desde sus primeros años fue a no contradecir a aquellos que estaban jerárquicamente en un puesto más alto, al ser los menores de sus familias se esperaba que acataran las ordenes sin decir alguna palabra, ellos debían mostrarle a los demás que eran buenos y obedientes, no eran como sus hermanos mayores que habían demostrado siglos atrás que eran capaces de tener un nombre con poder. Se mordían los labios tratando de evitar dejar salir los reclamos que se hallaban en su interior quemando sus gargantas. Bajaban la cabeza con sumisión  temiendo un  castigo peor, porque aunque no lo aceptaran Zeus estaba siendo en demasía indulgente después del daño que uno de ellos o todos habían provocado. 

Tanatos el Dios de la muerte temido por los humanos y respetado por las divinidades siempre había deseado el mundo humano, se alimentaba de los últimos soplos de vida, dejando a las pobres almas como un caparazón vacío con dolencias para toda la eternidad, la humanidad estaba al borde de la extinción y entre mas soplos tuviera, el Dios que no se doblegaba ante nadie podría llegar a ser tan poderoso que sería capaz de aniquilar a los universos, incluyendo al Olimpo. 

-Iniciemos- el sacerdote saco de su manga un  puñado de arena la cual arrojo al fuego violeta el cual se intensifico

-Mi nombre es Namjoon hijo del Dios supremo- el alto chico hablo dejando a los demás anonadados ¿Cómo era posible que el mismo hijo de Zeus se encontrara entre ellos? ¿Tan cruel era este como para condenar a su propio hijo? pero no era muy diferente de lo que habían hecho sus padres. Iba vestido de azul celeste con armadura plateada, en su pecho descansaba el símbolo del Olimpo con un rayo atravesandolo

-Soy Hoseok hijo del Dios de los océanos Poseidón- A diferencia de los demás este no llevaba armadura sino un conjunto blanco de seda, en su cuello se encontraba la marca del tridente remarcada como una brillante cicatriz  

-Soy Yoongi hijo del Inframundo- su pálida piel y ojos negros al igual que su cabello lo hacían ver como el más extravagante de los ocho, su vestimenta negra remarcaba su cuerpo delgado, en su cuello portaba una cadena con un  extraño signo que ninguno pudo identificar 

A la zquierda de Namjoon se encontraba un chico de belleza explendorosa, este sonrió con amabilidad pero también con vanidad amaba ver como el rostro de las personas a su alrededor cambiaba al ser consientes de su belleza 

-Mi nombre es SeokJin hijo de Afrodita- Todos comprendieron así el motivo de su inusual aspecto 

-Taehyung-respondió el pelirrojo sin intención de continuar, todos esperaron pero él no volvió a abrir la boca 

-Yo ammm yo soy Jimin es un gusto-era tierno y dulce pero abajo de toda esa carisma se escondía la oscuridad-Hijo de Apolo 

Por último llego el turno de los chicos que carecían de expresión facial, intimidaban con solo ver la profundidad de sus miradas 

-Yo soy Yugyeom mejor conocido como Fobo-dijo el mayor 

-Jungkook, hijos de Ares 

Los conocían, los únicos hijos del Dios de la guerra, aquellos que en los relatos vagaban con su padre para disfrutar de las aniquilaciones y desgracias de la guerra, pintados como seres vengativos que se alimentaban del miedo y el pánico de las masas. 

-Ahora deben escuchar bien, la única regla que tendrán será que ninguno puede contactarse con sus progenies. Cierren los ojos es momento de irse 

Obedecieron sumisos algunos con lagrimas en los ojos victimas del terror, de repente sus cuerpos se sintieron ligeros y un extraño calor los rodeo, sus estómagos se revolvieron causándoles fuertes nauseas. Al abrir los ojos ya nada a su alrededor era reconocido.

-¿Dónde estamos?