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Yoongi sentía como su garganta era apresada entre las filosas garras, con dificultad bajo la mirada para ver a su verdugo, no se sorprendió de ver al demonio que días atrás creyó haber apresado en la caja de su madre, sonrió con ironía, ahora más que nunca le había quedado claro que entre ellos existía un traidor, ese que los llevo a la desgracia y que no dudaba que la emboscada de esa noche fuera planeada con anticipación, nada era coincidencia.

El demonio en su forma natural sería terrorífico para cualquiera que lo viera de cerca, pero no parra él que estaba acostumbrado a verlos a diario tras sus celdas. La piel grisácea llena de escamas, las garras de felino, los rotos cuernos de cabra y los profundos ojos amarillentos, además de los feroces dientes que sobresalían de su boca configuraban una de las peores pesadillas del mundo, Yoongi los odiaba y torturaba cuando se pasaban de revoltosos pero ahora en esas circunstancias no tuvo más remedió que reís sofocadamente por estar a punto de morir en las garras de un alma menor. 

-¡Yoongi! -escucho a lo lejos pero ya era tarde, sin sus armas era imposible luchar 

En sus últimos segundos en la única persona que pudo pensar fue en Jimin, en lo mucho que deseaba abrazarle y en las palabras que jamás serían dichas. 

-Hijo del infierno me debes un alma y la cobraré -susurro el monstruo sacando un fétido aliento a muerte 

Yoongi sólo sonrió sin dejar de mirarlo, lo haría hasta el final, el demonio estaba a punto de desgarrar su garganta cuando una silenciosa pero letal flecha le atravesó la frente, un insoportable grito inundo sus oídos, cerro los ojos cuando cayó en el asfalto mientras la bestia se retorcía en el suelo agonizando, como lo pensó anteriormente, estuvo a punto de morir a manos de una criatura menor, aquella que no tenía la fuerza necesaria y que perfectísimo con acuchillarlo en el pecho o la cabeza. Volvió su vista hacía atrás sorprendido de ver a SeokJin en guardia con el arco entre sus dedos, suspiro aliviado 

-¿Estas bien?-pregunto al llegar a él -¿Puedes levantarte? esa herida en tu cuello se ve mal, déjame revisarté

-E...eso...f..ue..peli..gro..so...

-Le atine que es lo importante-dijo mientras sonreía con suficiencia 

Sintió los fríos dedos alrededor de la herida, contuvo un siseo de dolor 

-¿¡Yoongi!?

Miro al frente donde Jimin permanecía parado, estático con una mirada severa hacía SeokJin quien seguía sosteniéndolo. El hijo de Afrodita sintió la pesadez de la mirada y negando encaró a Jimin

-No es momento para las escenas de celos debemos seguir luchando

Jimin no dijo nada, camino lentamente hasta arrodillarse junto a Yoongi 

-Curaré tu herida 

Yoongi asintió, ninguno de los dos se dio cuanta cuando se quedaron solos, Jimin se quito el guante ensangrentado y con sus pequeñas manos toco la herida tratando de no hacerle daño, se preocupó al momento de ver una mueca de dolor en el pálido rostro, concentro su poder en su mano, pensando en la curación de quien más le importaba en esos momentos. Yoongi suspiro cuando sintió el dolor disiparse. Observando los ojos de su sanador sonrió con alivio de ver que este no tenía ningún rasguño 

-Gracias-susurro 

Jimin se quito la máscara con la mano libre para sonreír y acariciar con ternura y devoción su mejilla, sin esperar mucho se acerco hasta juntar sus labios y saborearlos por primera vez, Yoongi suspiro ante el contacto añorado, dejando el dolor atrás tomó la nuca del rubio impidiendo que este retrocediera, a su alrededor todo había desaparecido, sólo estaban ellos disfrutando del maravilloso sabor de sus labios, mordiendo y moviendo a su antojo.







Herederos Del Olimpo "Yoonmin, KookV, Namjin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora