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"El amor verdadero nace de los tiempos difíciles".....Jhon Green

Cerraba con un suspiro la caja que le dejó su padre antes de llegar a la cabaña, dentro no encontró más que esperanza. No fue querido y lo sabía, si por su madre fuera él ya hubiera desaparecido, dejó de ver a su padre desde una edad temprana y aunque la mayoría de sus recuerdos están brumosos en su corazón estaba consciente de que el único calor familiar se lo dio él.

Dentro de la caja se encontraba un peluche que usaba de pequeño, una medalla con su emblema y una carta donde decía lo mucho que lo amaba y lo orgulloso que estaba.

El entrenamiento para manejar su poder iba acrecentando su seguridad y las ganas de seguir. Poco a poco se estaba conociendo a sí mismo pero a la par crecía un sentimiento de rencor por todo lo que se le arrebató, no era justo, sus padres hicieron con ellos lo que deseaban, llenándolos de angustia y secretos, ahora más que nunca simpatizaba con el traidor, aquel valiente que se levantó contra la opresión del Olímpo. 

Guardaba las cosas en el cajón de la cómoda que estaba al lado de la cama cuando sintió que la puerta se cerraba con seguro tras de él, supo quien era con sólo sentir su presencia, algo nuevo que había aprendido de su poder, fingió no haberlo escuchado pero su corazón latía con fuerza mientras escuchaba cómo se acercaba, cuando estuvo a escasos centímetros de su cuerpo lo abrazo por detrás dejando un ligero y húmedo beso en su nuca. 

-Te he extrañado esta mañana 

-¿Cómo te fue en el entrenamiento?-susurro mientras disfrutaba de los pequeños besos que el pelinegro le propinaba a su cuello, ladeo la cabeza al lado izquierdo para darle mayor acceso a si piel 

-Es lo mismo de siempre, no hay nada nuevo que aprender-susurro mientras llegaba a su oreja-Jin estaba como loco cuando casi estrangulo a Yug

Soltó un pequeña risilla-Un día de estos lo vendrán matando del susto mocosos 

-¿A quién le dices mocoso?-dijo mientras lo volteaba para tenerlo de frente 

Jungkook era ligeramente más alto que él, su pálida piel, cabello negro y músculos en el cuerpo lo hacían ver como un hombre irresistible, Le sonrió con picardía tratando de provocarle, amaba verlo cabreado por alguna tontería que decía o hacía, todo porque estaba consciente del poder que ejercía sobre él, sabía muy bien que Jungkook se sentía atraído y que en realidad le era difícil reaccionar de forma coherente cuando estaba a su alrededor.

-Tal ves te lo estaba diciendo a ti -susurro con seducción 

-¿A si? oh el pequeño pelirrojo quiere jugar pero lo que no sabe es que el hijo de la guerra no juega limpio-dijo antes de tomar por completo sus labios, le beso con profundidad explorando su boca con deseo y necesidad 

Así eran sus momentos a solas, llegaba a ellos una necesidad impetuosa por sentir el toque de las manos ajenas, sus pieles quemaban por las caricias llenas de lascivia y la pasión inundaba sus sentidos. Jungkook lo lanzó a la cama sin separar sus labios, se subió a horcajadas y con sus manos fuertes y delgadas acaricio su cuello, recreando un recorrido hacía sus costillas, cadera y muslos, soltó el primer gemido y es que se sentía tan bien ser tocado por ese hombre. 

Al dejar de sentir sus delgados labios acariciando su boca hizo un puchero de protesta, Jungkook río ante el gesto tan infantil y tierno, se levantó de la cama y comenzó a quitarse su armadura, lo disfrutaba, verlo desnudarse tan confiado de su cuerpo hacía que su boca salivara con deseo y que su vientre diera un tirón anunciando la creciente excitación de su cuerpo. El pelinegro lo observaba con una sonrisa de suficiencia como si supiera a la perfección lo que su pequeño ritual causaba en el pelirrojo que casi babeaba al ver sus abdominales y la V que se marcaba a la perfección en los flexores de la cadera. 

Se sentó en la cama con el fin de apreciar la manera en que su ropa desapareció dejándolo sólo con su ropa interior negra y apretada que marcaba la protuberancia de su erección. Volvió a la cama sólo para tomarlo de los hombros y levantarlo

-Muy bien pequeño pelirrojo veamos que guardas bajo ese feo suéter 

Taehyung río, se posicionó en medio de sus piernas, dejándose ver como un pequeño inocente porque eso le encantaba. Jungkook comenzó a quitarle la ropa, al momento se sintió en desconfianza, no era la primera vez pero siempre al ver su muy bien trabajado cuerpo sentía vergüenza por el propio, pero aquella incertidumbre era desechada cuando Jungkook lo observaba con profundidad, aspirando con dificultas, se lamía los labios y lo admiraba como si de una obra de arte se tratara. 

Beso su vientre sin dejar de mirarlo a los ojos, no espero mucho, la ansiedad por sentirlo los estaba aniquilando por dentro, bajo con cuidado su ropa interior sin perderse cada una de las muecas y los gestos de placer que hacía. Era un maldito Dios, estaba pensando seriamente que ese pelinegro era algo de Afrodita porque lo seducía y lo revolcaba en el mar de la lujuria como nunca antes imagino. Creyó que al vivir bajo la tutela de su madre permanecería virgen por el resto de sus día tanto así que trato por mucho tiempo desechar aquella necesidad inherente, pero todo se fue al carajo cuando vio al hijo de la guerra, fue un infierno para ambos compartir habitación porque se deseaban más de lo que se imaginaban, no fue hasta que casi murió que se dio cuenta de que lo necesitaba y que no podía fingir que la atracción entre ambos no existía. 

-No puedo esperar...Kookie por favor 

-Le ruegas al mocoso-dijo mientras se levantaba y lo abrazaba soltando un jadeo de satisfacción al sentirse piel con piel 

Lo beso con ferocidad, moviendo su lengua y mordiendo su labio inferior con fuerza, jadeaba y se sentía en las nubes mientras las blancas manos acariciaban cada parte de su cuerpo, no había lugar que Jungkook no reclamara como suyo con besos, mordidas, lamidas y caricias. Participaba activamente en el placer de su pareja, deseaba ver a Jungkook perdido por el placer que sus manos y boca podían brindarle. 

El pelinegro tomaba sus cabellos con fuerza mientras sentía la cálida lengua recorrer su extensión. Estaba a punto de llegar así que lo separo y lo tumbo en la cama posicionándose entre sus piernas, besando su cuello y deleitándose con sus gemidos de placer. 

-No puedo esperar mucho tiempo bebé -susurro en su oído, antes de llevar sus dedos a la estrecha entrada y tentarla 

No obtuvo respuesta pero paso a prepararlo con sus dedos, Taehyung estaba dentro de una montaña rusa emocional, quería llorar del placer y la felicidad que sentía al encontrase en sus brazos, pero al mismo tiempo deseaba arañar su espalda para marcar lo que era suyo, jamás tuvo una muestra de amor verdadera y ahora que la tenía se había vuelto posesivo. 

-Te amo tanto-susurro. Jungkook lo observo y le beso tiernamente 

-También te amo Taehyung-susurro antes de enterrarse en su cuerpo

Las estocadas fueron lentas al principio, pero con la intensidad fueron en aumento hasta hacerlos jadear, sus cuerpos se pegaban compartiendo el calor y el sudor. No dejaban de verse a los ojos como si de esa manera fueran capaces de trasmitirse todo el amor que sentían. Jungkook tomo su pierna derecha llevándola a su pecho para aumentar la profundidad, lo beso con necesidad mordiendo su labio inferior hasta sentir el sabor de la sangre, el hijo de la guerra era salvaje, nadie lo creería si lo mirara de frente a la luz del día. 

Ambos llegaron al clímax con un grito, Jungkook se desplomo a su lado y lo atrajo hacía su cuerpo. Beso su frente y le sonrío 

-Ahora si creo que le causaremos un infarto a Jin.

Herederos Del Olimpo "Yoonmin, KookV, Namjin"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora