•Capitulo 4•

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Abrí la puerta del departamento con mi juego de llaves, cuando entré la sala se encontraba completamente vacía. Caminé hasta la cocina, Joel se encontraba rodeado de un desastre total, habían miles de ollas en el fregadero. ¿Era salsa de tomate lo que estaba en el techo? Parecía que hubo una explosión de pasta en la cocina.

-Yanelis me dijo que te ibas a quedar después de la escuela, te extrañé.- Joel me dio un beso en mi mejilla, pasando sus brazos por mi cintura.

-¿Qué paso aquí?- dije mirando alrededor de la cocina.

-Mi intento de cocina. Quería hacer la cena para los dos.- liberó una risa. -Y terminó en esto, creo que deberíamos ordenar pizza.

-Vamos a terminar esto.- dije liberándome de sus brazos.

-¿Estás segura?- preguntó, volviendo acercarse a mi. -¿Por qué mejor no ordenamos pizza? Y podemos ver una película, juntos.- dijo volviendo a pasar sus brazos por mi cintura y dándome un pequeño beso en mi cuello.

-No me vas convencer, te vas a poner a arreglar este desastre, mientras yo termino de reparar tu desastre- dije.

-Lo intenté.- besó mi cuello nuevamente y comenzó a recoger la pasta del suelo.

{...}

-Nunca intentaré cocinar otra vez, lo prometo.

Joel y yo estábamos comiendo, sentados en la mesa del comedor. El televisor estaba encendido, pasando un partido de futbol que Joel no estaba prestando mucha atención. Habíamos tardado más ordenando el desastre de la cocina que cocinando, cuando terminé lo ayude a terminar de limpiar.

-De todas maneras, el entrenador no nos dejó terminar nuestra conversación. ¿Qué paso con Zabdiel? ¿Hablaste con él?- Joel lanzó sus preguntas mirándome fijamente.

-Sí. Terminamos.- respondí secamente.

-¿Sólo eso? ¿Sin dramas ni nada por el estilo?

-Sí.- me levanté de la mesa y recogí el plato de Joel y el mío.

-¿Por qué te quedaste en la escuela después de clases?- Joel me siguió a la cocina, se sentó sobre la fría barra de mármol, mientras yo abría la llave del agua.

Voy a estar en la obra de la escuela- dije. Sabía que esta conversación no le iba a gustar nada a Joel.

-¿En serio? Eso es genial, pero no sabía que te gustaba actuar.- comento sorprendido.

-No me gusta, y no voy a actuar.- cerré la llave del agua y me sequé con el mantel que estaba cerca.

-¿Entonces?

-Voy a bailar.- dije y volví a la sala. Joel ya estaba a mi lado cuando volteé. Pasó sus manos por mi cintura, y me empujo contra la pared de la sala.

-¿Por qué estas tan nerviosa?- preguntó. -¿qué pasa?

-La obra de este año esta lleno de cursilerías, el tema es el último año de la escuela. La profesora de historia me ofreció un lugar en la obra, si yo lo hacía podía salvar mis calificaciones de historia. Tengo dos pies izquierdos, y no se como demonios voy a hacer esto.

-¿Con quién vas a bailar?- y llegó la pregunta que no quería oír en absoluto.

-¿Quién va ganando en el partido?- dije escapándome de su agarre, pero solo fueron segundos y llegué de nuevo a la cocina.

Parecía que estábamos jugando a los atrapados. Apenas puse un pie en la cocina, Joel me tomo de la cintura y nos puso a ambos contra la pared.

-¿Con quién vas a bailar, Bubbles?

-Con Zabdiel.- respondí. La sonrisa de los labios de Joel desapareció completamente, y se tensó automáticamente.

-Eso explica por que estabas tan nerviosa.

-Escucha, es solo un baile. Que este haciendo esto con él no significa absolutamente nada para mi, es más, si pudiera evitarlo lo haría, ¿lo sabes no?

-Es en la forma que él te sigue mirando.- masculló.

-¿Cómo me sigue mirando?- la única vez que me había percatado de la mirada de Zabdiel fue cuando Joel me había avisado de esta.

-Te sigue mirando como si siguieras siendo de él, y el tipo esta muy equivocado. De todas maneras, ¿qué canción van a bailar?

-"Can I have this dance".- respondí no muy emocionada. Joel solo rodó los ojos.

-Puedo bailar mejor que él.- dijo haciendo con sus labios un camino por mi cuello.

Paty le había enseñado a sus hijos a bailar, ya que ella todas las tardes solía poner videos musicales, podría apostar que Gabo, Isra y Joel se los habían memorizado todos y cada uno de ellos. Pero Joel tenía un ritmo en las piernas increíbles. Si al lado de Zabdiel parecía un pingüino, al lado de Joel era absolutamente nada.

-Estoy muy segura de eso.- le respondí con una risa.

Atrapé sus labios en un beso. Las manos de Joel bajaron más allá de mi cintura, haciendo pequeños movimientos. Habíamos llegado al punto en que los besos no eran suficientes, y me encontré a mi misma deseando más de él. Un gemido se escapo de mis labios. Las manos de Joel bajaron a mis caderas, elevandome en el aire y mis piernas abrazando sus caderas, me llevo hasta la barra de la cocina. Estaba algo helada, pero no es que tuviera frío alguno, no con los labios de Joel encima de los míos. ¿Qué demonios estaba sintiendo? ¿Porqué quería dejarlo sin ropa en medio de la cocina? Eso tenía nombre. Y era ganas de follar a tu novio. Estaba asustada, y ansiosa al mismo tiempo. ¿Y qué si no era suficiente para él? Él había hecho esto miles de veces, y yo seguía siendo virgen.

-No tienes que hacer esto.- dijo Joel entre besos.

-Te deseo.- murmuré. -Pero no estoy segura.

Joel se separó de mis labios, posó sus manos sobre mis mejillas, las cuales deben de estar en este momento de un rojo ardiente.

-Cuando estemos juntos, quiero que este segura al cien por ciento, sabes que te amo, y que te esperaré lo que sea. Sólo una cosa.

-¿Qué?

-Sé lo que estas pensando. Sé que he estado con muchas mujeres, y sabes que con ellas fue solo sexo. Nada de sentimientos. Y ya sabes todo lo que siento por ti. ¿Sabes cuantos profesores me han dicho esta mañana que soy un chico muy afortunado? Todos con los que he tenido clase, me lo han repetido. Bueno seguida de la frase de Yaneliss: "Hazle daño, y me voy asegurar de que tu amiguito desaparezca".-ambos nos reímos. -No te voy a hacer daño...

-Porque no quieres sufrir por tu "amiguito"- dije

-Por eso y porque eres más que solo sexo, Bubbles. Y te lo repetiría miles de veces para que se te quede grabado. Quiero ser el primer chico, y no sabes cuantas veces.

-No digas algo que tenga que ver con la felicidad de tu amiguito, por favor.

-Esta bien.- sonrío de oreja a oreja. -Solo hazme saber el día que estés lista, yo lo estaré esperando.

-Te amo.- dije abrazándolo.

-Lo se- respondió, le di un suave golpe en su abdomen -Solo estoy bromeando. Yo también te amo.

×Promesas de amor× J.P (adaptada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora