•Capitulo 14•

282 29 3
                                    

La coreógrafa dió unos aplausos en el mismo sitio, sin poder evitar dar pequeños saltitos en donde estaba. Paro la música haciendo que Zabdiel y yo nos detengamos.

-¿Hice algo mal?- pregunté dudosa, ya que no recordaba haber olvidado algún paso de la complicada coreografía.

-No, lo has hecho perfecto. ¿No te has dado cuenta? No le has pisado ningún pie a Zabdiel ni una sola vez, Emma. Eso es perfecto -técnicamente grito.

Y entendía su emoción, mire a Zabdiel le pregunté con la mirada si era cierto. El solo asintió con la cabeza, hice mi extraño baile de cinco segundos a mi alrededor, cosa que hacía únicamente cuando estaba feliz. Zabdiel me miraba con una sonrisa de oreja a oreja.

-Esto es todo por hoy, chicos. Los veré el lunes- Alice, la coreógrafa recogió su bolso del suelo y se fue del estudio llevando su disco junto con ella.

-Los has hecho genial hoy, Emma.- dijo Zabdiel- Deberíamos celebrar.

-Me gustaría pero no puedo- dije haciendo una mueca, la emoción desapareció de su rostro. - No es que no quiera, lo que pasa es que mañana tengo una prueba de literatura y aún no termino el libro asignado, lo siento.

-No te preocupes, otro día será. Nos vemos después- se acercó para dejar un beso en mi mejilla, pero me aleje. Zabdiel me miró extrañado.

-Necesito pedirte un favor. Muy importante.- empecé y al instante me puse totalmente nerviosa.

-¿Pasa algo? ¿Porque estás tan nerviosa?- me interrogó.

¿Era realmente obvia?

-Necesitó que me ayudes con una "entrada al paraíso"- dije tratando de sonar lo más aliviada posible.

Zabdiel sonrió, sus hoyuelos en sus mejillas aparecieron.

-¿Piensas irte de fiesta sin mi Emma? Me siento ofendido- bromeó.

-No planeo ir a un club- le aclare- Es para algo más importante.

-¿Para cuándo la necesitas?

-Mañana temprano- respondí haciendo que frunciera el ceño.

-Es algo rápido Emma. Encontrar a un contacto es muy difícil, sobre todo cuando no hay mucho tiempo. No estoy seguro de que te pueda ayudar...

-Por favor, es de vida o muerte...

-¿Puedo saber para qué es por lo menos? quiero saber en qué te estás metiendo por lo que me voy a esforzar tanto.

-Mi verdadero padre tiene una empresa, ayer llamé y me hize pasar por una chica. Se llama Anna Miller, la única forma de entrar a hablar con mi "padre" es por entrevista, no hay otra forma.

Zabdiel dió un largo suspiro y después asintió con la cabeza.

-Esta bien, mañana temprano estará lista. ¿Anna Miller, verdad?

Sólo asentí con la cabeza.

-Una cosa más, ni una palabra de esto a nadie, ¿vale?

-De acuerdo- respondió.

{...}

-¿Ensayo? Es sábado, Bubbles. No pueden obligarte a ir los sábados a la escuela a ensayar ese estúpido baile- se que quejó Joel mientras llevaba su cuchara llena de cereal a su boca.

-La maestra quiere repasar la coreógrafia, dice que casi la tenemos- mentí- Además, son solo un par de horas, nada más. Volveré y podemos salir, podemos ir al cine están vez.

-Esta bien, tú ganas. Pero te tendré para mí el resto del día, ¿verdad?- jaló de mi, haciendo que me sentará en sus piernas.

Depositó un beso en mi cuello, para después subir a mis labios. Nos besamos hasta que ambos nos quedamos sin nada de aire en nuestros pulmones, y siendo sincera, tenía ganas de más. Quería más de el, pero ahora no era el momento adecuado. No cuando estoy a punto de fingir ser otra persona, y probablemente me lleven a la cárcel si algo llega a salir mal.

-¿Segura que no quieres quedarte?- pregunto entre jadeos.

-Desearía no irme- le asegure.

-Te estaré esperando, aqui- dijo con una sonrisa coqueta.

Me apresure en tomar mi mochila, y baje por las escaleras corriendo. Apenas llegué al McDonald's de la calle, pedí una hamburguesa, y entre al baño del establecimiento. Cambie la ropa deportiva que tenía, por la entallada falda negra, y la blusa blanca con vuelos y para terminar, unos altísimos zapatos de tacón negro con plataforma. Arregle mi cabello, para que se viera un elegante moño. Pero difícilmente eso era algo elegante.

Recogí rápido mi pedido, y comencé a comer mi hamburguesa mientras caminaba en la calle, evitando que el aderezo se derramara en mi ropa. Sorprendentemente conseguí agarrar un taxi en menos de cinco minutos, le indique al conductor la dirección, y el asintió.

Esperaba no arrepentirme de lo que iba a hacer luego.

×Promesas de amor× J.P (adaptada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora