•Capitulo 17•

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(Capitulo anterior)

-Parece que tu madre no te ha contado la historia entera.

-Solo hablando hipotéticamente, ¿verdad?

Nos quedamos con la mirada fija, ninguno de los dos estaba dispuesto a perder esta. De repente, me di cuánta de más cosas de él que las pensaba.

¿Y que quería decir con "historia entera"?

¿Era posible que mi madre me haya vuelto a mentir... otra vez?

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-¿Qué...que quieres decir con eso?

Odie haber tartamudeado, pero ya estaba hecho. Mi cerebro no podía entender lo que él acababa de decir. No podía solo quedarse mirando al vacío, me debía explicaciones ahora mismo.

-Tienes mis ojos, pero todo lo demás es de ella.- dijo tranquilamente.

Cuando él tenía la mirada perdida en el aire me dejó verlo mejor, ya que en este momento no me estaba muriendo de nervios. Estaba usando un traje elegante, y podría decir, es más, podría apostar que era muy costoso, como todo lo que estaba en la habitación. Su cabello oscuro estaba perfectamente peinado, y su barba estaba perfectamente afeitada.

-No es que no te esté creyendo... pero necesitamos pruebas de ADN, antes de que te pueda pasar algo de dinero y además...

-¡Espera!- técnicamente grité- ¿Qué demonios estás diciendo?

-Una pensión, ¿no es lo que quieres?- preguntó.

La idea de atravesar su rostro con un lapicero, cada vez era más tentadora, y cada vez se hacía más difícil convencerme de que esto estaba mal. ¿Qué había pensado? Personas como él, lo único que tienen en la cabeza es el dinero. Vire los ojos y me levanté del sofá blanco en el que estaba sentada.

-¿Qué dije?- preguntó confundido.

-No quiero tu maldito dinero, si es lo que te preocupa. Solo quería conocerte, quería estar segura de que no era hija de un maldito abusador. Tu dinero es basura para mi, puedes quedarte con el. Y olvida que alguna vez vine hacía ti, desearía nunca haberlo hecho.

Salí de la habitación y Hulk no dio un solo paso hacia mi.

Me dejó ir.

{...}

-Siento no haber hecho nada, apenas puse un pie en el edificio la seguridad me hecho del lugar- se disculpó Zabdiel por enésima vez en todo el camino.

-No es nada- le había respondido a cada disculpa que había dicho.

Su auto se detuvo en frente del edificio, ya casi eran las dos de la tarde. Solté un largo suspiro, y bajé del auto. Me despedí de la mano hacia Zabdiel, no tenía muchas ganas de hablar con él en este momento. Y se que suena descortés, porque me había acompañado toda la mañana en el "asunto" y solo quería deshacerme de él lo más pronto posible.
Pero me sentía como una mierda ahora mismo.

Subí las escaleras cansada, y saqué las llaves de mis bolsillos. Abrí la puerta del departamento, esperando encontrarme a Joel en el sofá sentado, pero no. Él no estaba ahí, pero alguien más si.

-Hola Joel, decidí pasarme a limpiar tu lugar cuando terminamos el entrenamiento, espero que no te moleste. Encontré una llave en la maceta de entrada.

Elena estaba de espaldas hacía mi, y ella pensaba que era Joel. ¿Qué demonios hacia aquí? ¿Y por qué realmente venía a limpiar? ¿Con una diminuta falda rosa de encaje que solo cubría hasta donde terminaba su tracero, y un corto top de encaje negro? Oh está arpía pensaba hacer algo más que limpiar.

×Promesas de amor× J.P (adaptada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora