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Tomás

Cuatro palabras:

Éste hueón está alucinando.

—¿Qué mierda estai diciendo? —le pregunté más confundido que la cresta.

¿La Rocío enamorada de mí?

—¿Por qué no te vai ahueonao? —le preguntó enojada la Luna. Estaba apretando los puños con rabia y la cara se le había puesto roja. —Tan cagao' de la cabeza estai que tenís que acudir a mentiras pa' sentirte bien e importante.

El hueon la miró de arriba a abajo y luego repitió lo mismo con la Rocío.

—¿Ésta es tu venganza culiá? —le dijo la Rocío empujándolo. —Te aguante que me amenazarai en la mañana, pero esta hueá nicagando te la paso.

¿Qué?

—¿Hermano por qué te las dai de matón si con cuea sabís pegar un combo? —habló el Simón súper tranquilo. —Además amenazai a una mina que con cuea te cacha, estai dando pura pena.

Eran de esos tranquilos y callados que engañan.

—Qué te metís vo' flaite culiao.

Yo solo escuchaba, la Rocío esta enamorada de ti desde hace dos años, la única frase que estaba en mi mente en este momento.

—Vira de acá Benjamín culiao. —le dijo enojada la Luna. —No te bastó con huearme en mi propia casa y ahora me venís a hinchar las hueas acá. ¡Déjame en paz!

—Ay Lunita. —le dijo, mientras se acercaba a la Luna para acariciarle la cara. —¿Por qué no mejor volvís a la casa?, te extraño.

El Simón que estaba al lado mío apoyado en el auto, carraspeó y se removió incómodo en donde estaba.

—No me toques. —le dijo la Luna.

Pero al tenerlo en frente la valentía se le había ido a la mierda y estaba flaqueando para alejarse, estaba en un estado de shock.

—Tomás, hace alguna hueá. —me dijo el Simón en un tono muy serio, mientras me movía fuerte. —La haces tú o la hago yo.

—¿Chiquillas, vamos? —les pregunté haciendo que la atención de las dos recayeran en mí.

¿Alguien más ahueonao que yo?, no hay, ni existe.

—Hueon sin vida. —le dijo la Rocío, tirando a la Luna hacía atrás para que él no se se acercara. —Si querís te doy plata pa' que te comprís una.

La Luna pestañeó algunas veces y se adelantó a la Rocío pegándole una cachetada que le dio vuelta la cara. Él se la iba a devolver, pero yo me interpuse.

Ésta hueón si cree que le va a poner un dedo encima a mi prima.

—Anda a llorar con tu mamá. —le dije mirándolo mal para después empujarlo fuerte. —Lo que haga la Rocío o la Luna es hueá de ellas y no me quiero ni enterar que andai hueando de nuevo a alguna de las dos, sapo culiao.

—Todavía no te salvas de mi, Lunita. —dijo con la mejilla derecha roja, mientras le tiraba un beso a mi prima.

—Yo le hubiera pegao' sendo combo en el hocico. —me susurró el Simón caminando hacía la puerta del conductor.

Lo miré serio y luego negué.

—¡Hueon asqueroso, te veo cerca mío o de mi amiga y te parto tu madre sapo culiao! — le gritó la Luna.

Después se pregunta porque pasa vergüenza.

Me reí con el Simón de la huea que gritó, estaba claro que con eso no asustaba a nadie.

Destino culiao [Chilensis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora