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Rocío

Ahora estoy en medio de dos hueones que se llaman igual y se odian a cagar, que lindo.

—Yo voy al lado de la Rocío. —dijo el Tomás número dos mirando mal a mi pololo.

Esperé tanto para decir mi pololo, pero ahora estaba enojada con él.

—Es mí polola. —le dijo mirándolo mal. —Yo me voy a sentar al lado de ella.

Me aburrieron, hablan como si yo no estuviera aquí.

Que huea más enfermante.

—Me voy a sentar al lado de la Luna. —les dije enojada. —No quiero sentarme al lado de ninguno de ustedes.

Me quedaron mirando impactados.

—Luna. —le dije a la traidora.

Sí, la hueona me dejaba por un mino.

Se convirtió en lo que había jurado destruir.

—¿Que pasó amiga? —me preguntó, mientras el Simón la abrazaba por detrás.

Culiaos diabeticos.

—Me voy a sentar al lado tuyo. —le dije

—Al lado mío va el Maxi. —me dijo y vi que el Simón puso la media cara.

—Que vaya la Rocío mejor, wawita. —le dijo a mi amiga.

Me pegué una cachetá mental, a éste maricon se le olvidó que la Luna no se acuerda que son pololos, es entero ahueonao.

—¿Cómo qué wawita? —preguntó ella dejándolo de abrazar.

—Mm.. —balbuceó empezando a rascarse la oreja con nerviosismo.

Me miró buscando ayuda.

—Vamos a comprar las cabritas. —le dije pa' ayudar al Simón. —¿Simón nos dai plata?

Suspiró medio aliviado y sacó su billetera.

Todavía no podemos hablar del tema bien porque la Luna no se acuerda de él del todo y no la queremos confundir, pero desde qué pasó lo que pasó los chiquillos no quieren hablar del tema.

Creo que es momento de que les toque nomás po'.

—Te pediré lo que siempre te pido. —me dijo pensando. —No botes las cabritas.

Siempre me pasa lo mismo, pero en mi defensa venimos siempre a ver hueas que me asustan o me dan miedo.

—Ya oh.

Le levanté el dedo de en medio.

—Listos. —nos dijo el Maxi. —Nos sentaremos así, la Rocío, la Luna, el Simón, el Tomás, yo y el Tomás.

Bien mierda.

Ya era la hora, así qué, entramos a ver la película.

✧˚ · .

Al final todo resultó mal, se cayeron las cabritas, el Maxi y el Simón se pusieron a discutir en media película porque el Maxi dijo algo que molestó al Simón.

—¡Hija a tomar once! —me llamó mi mamá.

—¡Mamá, no tengo hambre!

—¡Baja ahora!

Uy la señora pesá.

Bajé porque sino me va mucho peor y para mi sorpresa me encontré con el Tomás.

Destino culiao [Chilensis]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora