Rocío
Estábamos en el mall con el Tomás y la Luna comprando cositas para la bendición.
—¿Este les gusta? —nos preguntó el Tomás con un conjunto Nike en sus manos. —Se verá terrible fino.
Lo miré y luego miré a mi amiga esperando la misma reacción que la mía.
—La huea fea. —le dijo mi amiga mirándolo mal. —Tenís los gustos en el hoyo.
El Tomás le arrugó la nariz y fue corriendo a abrazarme intentando ser Drama queen.
—¡Oye! —le reclamé. —¿Me estai diciendo fea?
—Eso te dijo. —me dijo el Tomás mirándola mal. —Es una víbora.
—Amiga no quise decir eso. —me dijo haciendo un puchero. —Pa' la ropa nomás tiene el gusto en el hoyo.
—Más te vale maldita loca.
Nos reímos.
Empezamos a ver mucha más ropa o cosas que el bebé pudiera necesitar más adelante, aunque creo que sí las necesitará tarde o temprano.
—¿Por qué los bebés ocupan tantas hueas?
—No sé, supongo que ocupan lo mismo que nosotros. —le dije encogiéndome de hombros.
—¿Qué opinan de este coche?
La Luna nos mostró un coche rojo que se veía bastante grande, tenía hartos compartimientos y era fácil de llevar y traer.
—Me gusta. —le dije viéndolo. —El rojo es un color intenso.
—Digno de un sobrino mío. —dijo el Tomás con orgullo. —Rojo como el Rayo McQueen ¿Será que anda a la misma velocidad que el?
La Luna se tocó la cabeza con vergüenza y yo solamente negaba con la cabeza, mientras reía.
—Eres hueón. —le dijo mi amiga. —Ya, esta llevamos.
La Luna se dió media y con el Tomás fueron a pagar el coche junto con otras cosas, mientras tanto yo me dediqué a ver cosas de la tienda para después regalarle a mi amiga antes de irme cuando mirando a la vitrina vi una silueta que se me hacía conocida, me acerqué mucho más a la vitrina para poder ver mejor y efectivamente era alguien conocido.
El Diego caminando de la mano con otra loca.
¿Me estai hueando? ¿Por qué la Luna es un imán de ahueonaos?
Salí de la tienda con toda la rabia corriendo por las venas para enfrentarlo.
—¿Me estai hueando? —le pregunté al Diego interviniendo en su caminata. —Así qué con esto ibai a estar ocupado.
La mina me quedó mirando confundida para después mirarlo a él con mala cara.
—¿Qué? —le preguntó ella. —¿Estai pololeando?
Me crucé de brazos mirándolo incrédula.
—Que hueón más care' raja.
—Yo...yo lo puedo explicar.
Miré hacía la tienda y veía saliendo la Luna con el Tomás.
—Diego. —le dijo mi amiga confundida. —Pensé que ibai a estar donde tu abuela hoy.
—¿Tu abuela está viva? —le preguntó la mina que estaba a su lado. —Me dijiste que estaba muerta.
Solté una carcajada.
ESTÁS LEYENDO
Destino culiao [Chilensis]
Teen FictionNunca creí en el destino, la Rocío creía en todas esas hueás y me insistía en que en verdad todo pasaba por algo, pero todo cambió cuando lo conocí a él, sin pensar en todo lo que pasaría desde su llegada. Destino culiao, te meo. [EDITADA]