Tu droga es un rompecorazones

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Manteniendo el paso con Jimin que salió tarde pero caminaba deprisa, Taehyung observó el hermoso barrio. La noche era densa y oscura. La humedad del aire parecía pesada y triste, creando sombras que podrían engañar a la mente de alguien que no tuviera todos sus sentidos intactos. Jimin parecía nervioso, pero era comprensible. A pesar de lo mucho que discrepaba con Jimin, probablemente se sentiría igual si fuera él. Y haría cualquier cosa, cualquier cosa. C.U.A.Q.U.I.E.R.C.O.S.A. para mantenerle a salvo. Rezaba para que lo supiera. Rezaba para que algún día pudiera entenderlo.

Jungkook y él habían estado mandándose mensajes durante todo el día, pero de repente se había hecho el silencio. Sabía que Jungkook había donado sangre a los vampiros. Sabía que había conseguido un nombre. Y sabía que ese nombre era Kim Namjoon. Desde entonces, Jungkook había vuelto al Club HOPE para investigar más. Tenía que controlarse para no mirar su teléfono cada pocos minutos para ver si su compañero le había mandado un mensaje. Por favor que esté bien.

Pero ahora Taehyung, detective junior miembro del PEIO, estaba de camino junto a su mejor amigo (si todavía podía llamarle así), para conocer a su novio vampiro. Ese hecho hizo que su estómago se retorciera. Vampiro. Demonio. Ser del infierno. Y su mejor amigo había caído en sus garras. Y ahí estaba, bajo una máscara fingiendo que estaba bien con ello. Solo sería durante un poco más. Miró a Jimin. Se estaba mordiendo el labio, y su respiración salía lentamente de él mientras caminaban. Sus cejas se alzaron cuando atrapó los ojos de Taehyung, y los suyos desaparecieron en su sonrisa. Taehyung le sonrió de vuelta, cuadrada y cariñosa. Era un intercambio normal pero de un tiempo lejano. Todo entre ellos había cambiado.

– ¿Nervioso? – Taehyung preguntó, su voz suave y aterciopelada.

–Un poco. – Jimin chilló, tirando de la correa de su bandolera. –Vas a conocer a mi novio. –

–Relájate. – Taehyung dijo tranquilamente, pinchazos de dolor empujaban a través de su lógica. Inhaló el aire nocturno tanto como pudo dentro de sus pulmones, calmando sus propios nervios. Sus ojos viajaron por los oscuros y largos barrotes que creaban una fortaleza alrededor de la vieja arquitectura en su interior. Jimin se deslizó a un lado, siguiendo despreocupadamente su rutina de pulsar el timbre. Lanzó una mirada tímida a Taehyung en los segundos entre que sus dedos tocaron el interfono y la voz salió de éste.

– ¿Sí? – Una voz grave gruñó a través del altavoz. Era Min Yoongi. La dulce cara de Jimin se sonrojó.

–Soy yo. – Lanzó a Taehyung otra Mirada tímida. –Y Taehyung. –

Yoongi no respondió, pero la verja se abrió igualmente. Tae parpadeó asombrado por el frondoso pero perfectamente cuidado jardín entre la verja y la casa. Era increíble que una propiedad en Seoul fuera tan verde. Jimin tiró de su manga antes de adentrarse bajo los árboles para tener una mejor vista. Taehyung parpadeó sorprendido hacia Yoongi que estaba esperando en la puerta. Parecía diferente. Normal. Humano. Llevaba una camiseta blanca simple y ajustada y vaqueros azules rotos. Taehyung no se había fijado en los pendientes en sus orejas en la oscuridad del club cuando estaba oculto bajo su capucha.

–Bienvenidos. – Dijo sin más, moviéndose a un lado para que entraran. No había duda en sus movimientos, nada de nerviosismo, y Taehyung frunció el ceño intentando absorber todo lo que estaba viendo. SI estuviera allí como un agente del PEIO, habría estado feliz de pasarse horas recorriendo cada centímetro de la casa. Pero no lo estaba. Estaba allí como amigo de Jimin. Para conocer a su novio. Su cara hizo una mueca y Jimin le dio un codazo a espaldas de Yoongi. Le siguieron hasta la sala de música que tenía aire a vida mientras que el resto de la casa parecía vacía. Yoongi se giró y apoyó la espalda en el piano, cruzándose de brazos. Los ojos de Jimin viajaron entre ellos mientras tomaba una profunda respiración.

~BLOOD WORK~ (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora