Somos como el agua

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Todo se estaba preparado. Todos los detalles se calcularon, dejando a Joonie y a las misteriosas fuerzas detrás de la organización que hicieran que todo quedase perfecto. Tenían incluso algo similar a staff yendo de un lado a otro de la habitación. Claro, parecían voluntarios humanos, pero tenían chapas con sus nombres por el amor de dios. Estaban cuidadosamente contando de nuevo los panfletos en la caja y hablando sobre lo que iba a suceder. Yoongi se apoyó contra la pared, observando a Jimin enderezar su corbata en el espejo. Sus pequeñas manos temblaban mientras hacía un nudo con la tela.

Taehyung caminó hasta él y puso una mano en el hombro de Jimin, sonriendo de esa forma estúpida enseñando demasiado los dientes. Dios, cómo le odiaba.

–Lo harás genial. Siempre eres genial. – Taehyung aseguró a Jimin, sacudiéndole amablemente. Los hombros de Jimin se relajaron con sus palabras, y sonrió cariñosamente. Yoongi les miraba, amargado. Atrapando su mirada, Jimin caminó hasta Yoongi y le colocó el cuello.

–No tienes que hacer esto, Jiminie. – Yoongi resopló mientras Jimin sonreía y deslizaba las manos por su camisa.

–Quiero hacerlo, hyung. – Los ojos de Jimin brillaron antes de que se entrecerraran hasta desaparecer, acompañados de la sonrisa más adorable del universo. ¿Cómo se podía resistir Yoongi? Había un pequeño temblor detrás de los ojos de Jimin, y Yoongi frunció el ceño. Se acercaron, ignorando el hecho de que Taehyung estaba a unos pasos de ellos.

– ¿Nervioso, cariño? – Yoongi preguntó, acercando a Jimin por la cintura.

–Sí. – La voz de Jimin tembló y sus ojos empezaron a aguarse. El pecho de Yoongi se apretó. No había manera de que fuera a dejar que Jimin se derrumbara delante de él. Con un suave susurro, Yoongi dejó un pequeño beso en su frente.

–Siempre puedes decir que no. – Yoongi murmuró en su pelo. –Pero estoy aquí para ti. –

Jimin asintió sorbiendo por la nariz y tomó la mano de Yoongi con la suya, apretándola con fuerza. La expresión de Yoongi se suavizó y rozó sus labios contra los de Jimin.

–Estaré a tu lado todo el rato. – Yoongi murmuró en voz baja.

No pasó mucho antes de que los tres fueran guiados a la habitación de al lado con un pequeño atril. Era en el campus, y el periódico del colegio, al igual que un par de revistas de pequeña-tirada, estaba allí. Había habido rumores sobre que era una farsa lo que tenía sentido, pero la multitud era un poco menos de lo que Namjoon había esperado. Pero 100 personas en vez de 200 seguía siendo algo por lo que alegrarse, y se acercó dando botes emocionados hasta el trio.

–Lo hemos practicado docenas de veces. – Namjoon dijo en un tono tranquilizador. –Lo vas a hacer genial, Jiminie. Si te equivocas en alguna palabra, solo sigue adelante. –

Namjoon movió las manos e hizo un exagerado ejercicio de inhalar y exhalar, ayudando a Jimin a superar sus nervios. Jimin siguió sus movimientos diligentemente, y Yoongi no pudo evitar sonreír ante la ridícula imagen.

Se colocaron en posición según les había asignado Namjoon: Taehyung y Yoongi flanqueando a Jimin. Yoongi miró a Taehyung que le guiñó el puto ojo. Podría darle un puñetazo. Yoongi se cruzó de brazos y dejó que sus ojos volvieran a Jimin cuyos pequeños dedos estaban jugueteando con las notas frente al micrófono.

La voz de Jimin salió como un pequeño chillido, pero no estaba lo suficientemente cerca del atril como para que importase. Era un bailarín. Nunca había tenido que dar discursos antes excepto para cosas aburridas en el instituto, no como la figura de una causa. La marea de caras con cámaras y aquellos que le miraban expectantes le emocionaban y le aterraban.

~BLOOD WORK~ (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora