~BLOOD WORK~ (YoonMin)

Bajo de autoestima así que funcionas con gasolina

Era noche cerrada cuando Namjoon volvió a casa con Taehyung bajo su brazo, herido y magullado. Yoongi y Jimin estaban en algún lugar, y una suave y familiar risa atravesó las paredes. Pero no reconfortó ni a Namjoon ni a Taehyung. Por un momento, la feliz risa dejó un sabor amargo en sus bocas.

–No sé cuándo puedo volver a poner un pie en el campus. – La voz de Taehyung era dura, y se sentó en el borde de la cama de Namjoon. Su ojo izquierdo estaba cerrado por la hinchazón, y la oscuridad de la sangre acumulada dejó un tinte azulado bajo su piel. Observó a Namjoon atentamente abrir cajón tras cajón, buscando algo. Los colmillos de Namjoon habían aparecido en el momento en el que Taehyung fue herido, pero parecía simplemente ignorar sus impulsos. Su cuerpo estaba traicionando a su mente, y Namjoon intentó recomponerse e ignorar la sed de sangre durante todo el tiempo en que atendió a Taehyung. Pero era tan obvio que quería beber su sangre: la forma en la que sus ojos viajaban hasta sus heridas, la forma en la que temblaban con hambre, la forma en la que se tocaba los labios. Estaba salivando con solo mirar a Taehyung. Aun así se centró en lo que estaba pasando, mantuvo su tono estable, y nunca hizo ningún movimiento hacia Taehyung incluso cuando estaba tan vulnerable y al alcance de su mano. Era una demostración bizarra de auto-restricción, y Taehyung, un cíclope temporal, le observó con fascinación.

–No te preocupes por eso. – La voz de Namjoon estaba dolorida pero aún era cálida y amable. –Puedes esconderte y quedarte aquí si quieres. –

–Muchas gracias. – Taehyung se sentía como la mierda, y no quería pensar si quiera en intentar volver a su habitación. Con un suspiro, se dejó caer hacia atrás sobre la cama. No estaba asustado de Namjoon.

–No fue culpa de nadie. Y tú recibiste esos putos golpes como un campeón, dios. – Dijo Namjoon, sacando algunas cosas del cajón y dejándolas encima para hacer sitio.

–No es para tanto. – Dijo Taehyung, pero todo dolía. Solo se había acostumbrado a no demostrarlo.

–Eres un hijo de puta muy duro. – Namjoon continuó impresionado. –Tu cara está completamente jodida. Y, no lo dije antes, pero gracias. Gracias por proteger a Jiminie. No es así como quería que fueran las cosas. –

–Es mi mejor amigo. – Taehyung repitió, encogiéndose cuando el dolor atravesó su mandíbula.

–Los dos decís eso constantemente. – Namjoon se rio. Taehyung frunció el ceño.

–Él estaba ahí para mí cuando no había nadie más. Y yo estaba ahí para él. Se metían con nosotros, pero Jimin no es como yo. No estaba acostumbrado a ello como yo. – Taehyung se masajeó la mandíbula. –Me solían meter en casilleros, me pegaban, me daban puñetazos...lo que sea, cualquier cosa que puedas imaginar. No me importa. Así fue toda mi infancia. Pero en el momento en el que alguien empujó a Jimin, yo solo...no pude soportarlo, hyung. ¿Te puedes imaginar a un pequeño Jiminie metido en un casillero mientras le llaman chupa-pollas?

–No, no puedo. – Namjoon le dirigió una suave mirada antes de darse la vuelta.

–Jinnie, ¿dónde has puesto los analgésicos? – Namjoon preguntó al aire, rebuscando en el cajón.

– ¿Jinnie? – Taehyung arqueó una ceja inconscientemente e inmediatamente siseó por el dolor.

–Seokjin. Mi novio. – Namjoon dijo simplemente. –Es un enfermero.

–Oh. – Taehyung se volvió a sentar. – ¿Él es...? –

–Sí, es como yo. – Namjoon miró sobre su hombro. –Pero no quiere salir a la luz. En realidad no...apoya mis esfuerzos...Pero puede que tenga razón. Joder, solo con ver lo que ha pasado hace que me replantee todo. Mierda. Ahora vuelvo, deja que mire abajo. Guarda todo en la cocina, por dios. –