~BLOOD WORK~ (YoonMin)

Te reto, juega tus cartas

[1/3]

Hoseok, Namjoon y Jin estaban corriendo por el aeropuerto a una hora intempestiva.

–Estamos muy jodidos. – Dijo Hoseok, mirando a los otros dos. –Odio este aeropuerto. Vamos a morir. –

–No vamos a morir. – Dijo Namjoon, levantando su muñeca para mirar el reloj. –Tenemos...20 minutos. –

–Vamos a morir. – Dijo Hoseok. –Vamos a arder dentro del taxi. Son 45 minutos hasta casa. –

–Entonces no tomaremos un taxi. – Dijo Jin. – ¿Sabes lo difícil que es reservar algo solamente por la noche? –

–Lo sé, lo sé, hyung. – Hoseok gruñó, atravesando las puertas automáticas. –Lo has repetido durante todo el puto viaje. Yoongi tuvo la mejor idea y simplemente se quedó en casa. –

–Eso no es lo que dijiste en Paris. – Namjoon bromeó antes de señalar el edificio a lo lejos. –Allí. –

–Que os jodan. Os odio tíos. – Hoseok frunció el ceño, mirando el cielo que estaba empezando a cambiar del morado al amarillo mientras comenzaba a amanecer.

–Solo dijiste la primera parte en Paris. – Jin sonrió. –Tenemos tiempo. Podemos correr hasta allí. –

–Que te jodan, Jin. Que te jodan, que te jodan, que te jodan. – Hoseok se colocó la mochila sobre los hombros y empezó a correr. –Solo tengo euros. –

–Yo lo pagaré. – Dijo Jin, corriendo al lado de Hoseok. –Puedo pagarlo. –

La cantidad de luz solar en el ambiente empezó a ser muy incómoda a mitad de carrera, y para cuando llegaron a la recepción del hotel el trio estaba jadeando y ligeramente chamuscado. No parecía más que un mal bronceado, pero otro par de minutos habría significado el fin para ellos.

Jin deslizó la tarjeta sobre el mostrador, mirando a Hoseok. – ¿Estás bien? –

–No voy a ir a ningún sitio con vosotros otra vez. – Hoseok siseó, observando la piel pelándose del reverso de sus manos.

–Eso no es lo que dijiste en Barcelona. – Namjoon bromeó, riéndose hasta que se encogió por el dolor. Hoseok quería darle un puñetazo, pero eso requeriría movimiento. Jin soltó bastante dinero en el hotel para que consiguieran una bonita suite, asegurando su comodidad. Namjoon realmente no entendía cómo Jin podía permitirse hacer todas las cosas que hacía con el salario de un enfermero, pero realmente no se lo preguntaba. Su novio había estado vivo el tiempo suficiente para acumular una fortuna, y gran parte de su pasado era un misterio para él. Seokjin le contaba cachos y piezas de cosas que le habían pasado – cómo era la escena. Describiría con todo detalle la era y el lugar hasta el color del dobladillo de un trozo de tela, pero nunca la historia completa.

Abandonaron su equipaje al pasar por la puerta y colapsaron sobre las camas. Las cortinas eran lo suficientemente oscuras y pesadas para que no hubiera luz que les causara más daño. Namjoon no podía entender cómo Jinnie podía preparar cosas así. No lo entendía, pero así es como era siempre. Jin siempre sabía cómo sacarle de cualquier lío- grande o pequeño. Y Namjoon era un experto en meterse en líos.