sarashi

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Té de manzana o limón? o quizás un café, aunque una bebida caliente con este calor...

Parado frente a su máquina expendedora favorita (la de los patios de la escuela) con una mano en el mentón y una mirada pensativa, el joven yakuza se debatía mentalmente sobre qué bebida elegir para acompañar su almuerzo.

Pero entonces, unas frías palabras lo sacaron de su ensimismamiento.

"Vas a elegir algo o te vas a quedar ahí parado todo el día"

Cuando giró, se encontró a Tsugumi, de brazos cruzados y con mal gesto, esperando su turno. Como de costumbre vistiendo sus pantalones caquis y esa blusa blanca de botones, una vestimenta varonil pero que le quedaba realmente bien.

"Ah, lo siento Tsugumi, no te había visto" el joven se apartó y la peliazul se posiciono frente a la máquina.

"Tan indeciso como siempre..." le dijo meneando la cabeza.

Con una mirada seria inserto las monedas en la ranura, presiono uno de los botones y un cartón de leche de fresa cayó por la máquina. El joven siguió en turno, imitó a la chica pero un té de manzana cayó en su lugar.

"Y como están yendo las cosas con Ojou? espero que la estés cuidando bien..."

Parecía un intento de iniciar una conversación casual por parte de Tsugumi, pero viendo la manera en que apuñalaba a su leche de fresa con el popote, Raku lo tomo más bien como una amenaza.

"Yo creo que..."

Raku se quedó pensativo por un segundo, recordando todo lo que había vivido ese año con la rubia, las locuras que habían hecho, las peleas, lo mucho que se habían divertido, y como olvidar los momentos... sexys.

"Nos está yendo bastante bien" respondió con una ligera sonrisa, mientras abría la lata de té y bebia un trago.

"Apuesto a que estabas pensando en algo pervertido verdad?" la astuta Tsugumi estrecho sus ojos haciendo que la mirada amenazante subiera de nivel.

"No, no lo estaba" Sólo un poco.

"Más te vale porque si no-" la amenaza se vio interrumpida por un largo y lindo bostezo, que Tsugumi intentó esconder con una mano sobre su boca.

"Y que tal tu? te ves cansada, va todo bien?"

"Estoy bien, esto no es nada... lo que pasa es que casi no tuve tiempo de dormir"

La cansada chica empezó desperezarse, echó los brazos atrás y sacó su pecho.

"Ayer tuve una misi-"

Entonces la conversación fue interrumpida por un sonido como de tela rasgándose proveniente del pecho de Tsugumi.

Todo pasó muy rápido pero era como si algo en su pecho hubiera explotado, su busto se expandió de golpe con un violento rebote, como si hubiera crecido un par de tallas en un instante. La tela de su blusa se ajustó tanto a su pecho que parecía que iba rasgarse en cualquier momento y los tensados botones parecían que iban a salir disparados por la presión.

Los ojos de Raku se abrieron desmesuradamente, ante el increíble acontecimiento.

Con su blusa así de ajustada se abrió un espacio justo en el centro de los pliegues de tela, que sirvió de ventana para dejarle ver la división entre las dos masivas y apretadas bolas de carne blanca que chocaban una con la otra. Pero lo más importante es que el joven estaba seguro que por un instante alcanzó a ver un par de relieves del tamaño de un botón en la parte más abultada de fina tela.

Nisekoi-REDonde viven las historias. Descúbrelo ahora