boxers

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Aburrimiento. Ese era el sentimiento que recorría la mente de la pelirroja con la horquilla de caléndula. Recostada en uno de los sofás de su apartamento, pataleaba desganada mientras ojeaba el nuevo volumen de su revista favorita «Chicas Carnívoras». Fue entonces que al pasar la hoja, su flojo rostro adquirió tonalidad y sus enormes ojos naranjas brillaron de interés al leer el título del artículo: «¡Descubre si tu amado y tú están hechos el uno para el otro con este sencillo truco!». La chica leyó y releyó el artículo hasta aprendérselo de memoria y cuando lo hizo, rió malévolamente, porque mañana mismo planeaba ponerlo a prueba.

**********

—¡Raku-samaaa!

El grito jovial atravesó las paredes y un segundo después la puerta corrediza del aula se corrió, deteniendo la sesión de estudio de una siempre-linda Kosaki y un siempre-denso Raku, quienes compartían notas en la aula prácticamente vacía, con sus mesabancos pegaditos el uno al otro para mayor facilidad a la hora de debatir ideas, claro está. Ambos se giraron a ver a la dueña de la aguda y chirriante voz quien caminaba hacia ellos con una radiante sonrisa en el rostro.

—¿Tachibana? —pronunció interrogante Raku, ya que si algo era bien sabido en clase, es que esta chica nunca llegaba temprano. Siempre tarde y con los pretextos más inverosímiles posibles: ataques terroristas, terremotos que solo afectaban su edificio, agujeros de gusano.

—Buenos días amor mío. Me alegro de ver que hoy te levantaste tan guapo y varonil como siempre.

La amigable joven se abalanzó y lo abrazó como de costumbre, aprovechando para manosearlo, olfatearlo y hacerle sentir su feminidad. El yakuza tuvo que hacer un esfuerzo para poder quitársela de encima.

—Oi, quieres dejar de estar jugando.

—Sabes que no es ningún juego Rakkun, necesito de mi abrazo mañanero para empezar el día cargada de energía. ¡Ah!, buenos días Kosaki-san —la saludó con un deje de sorpresa al chocar miradas con ella. Y es que en realidad ni había notado que la joven estaba con el. Así era la visión del mundo para esta chica, primero su hombre luego el resto. Con una risilla pícara continuó diciendo—. Puedo ver que no pierdes el tiempo para flirtear con mi marido. Quién lo diría de ti, últimamente estas yendo con todo.

—¿Ehh? !Te equivocas, solo estamos estudiando! —se apresuró a responder la chica del largo mechón.

—Mira, no sé qué habrá pasado para que llegaras tan temprano pero en vez de interrumpirnos deberías aprovechar para ponerte a estudiar. Hoy a primera hora tenemos examen de física moderna y ya sabes como se pone de gruñona la profesora, en especial contigo.

—Deja de preocuparte de nimiedades amor. Ya tengo a la profesora en la bolsa.

—¡Estudiar no es ninguna nimiedad!... Espera, ¿que quisiste decir con que la tienes en la bolsa?

—Lo que pasa es que ahora mismo tengo cosas mucho más importantes que hacer.

—¿Ah sí? Iluminanos, ¿que es mucho más importante que estudiar?

—Verás... ehm... como te lo digo —eludió la mirada del yakuza con aire cohibido. La pareja no pudo evitar advertir en el drástico cambio de personalidad en la chica, de alegre y vivaracha a una inusual timidez, al grado que ambos ladearon su cabeza al mismo lado y a la vez. Entonces sin más tapujos, soltó la bomba—. ¿Puedes desnudarte para mí?

La atrevida solicitud tomó a la pareja de estudiosos completamente desprevenidos, Raku escupió el café que se había tomado esa mañana, mientras que Kosaki cayó de espaldas con todo y silla.

—¡Queee , a qué viene eso, ¿estas loca?!

—¡Marika-chan, ¿que clase de petición es esa?!

Nisekoi-REDonde viven las historias. Descúbrelo ahora