Capítulo 1. No eres tanto.

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Narra (t/n):

"Hacía tiempo que no tuviese ganas de quedarme en casa... claro, tengo una misión." pensé, peinándome con cuidado. Dejé mi largo pelo (t/c/p) suelto, colocándome una simple diadema negra. Saqué de una pequeña caja mi collar favorito. Consistía en un simple abalorio en forma de gota de color rojo como la sangre, colgando de una cadena plateada. Lo observé unos segundos. El rubí brillaba con fuerza bajo la suave luz de mi ventana. Sonreí por unos segundos y lo escondí debajo de mi camisa blanca.

Me levanté del tocador y revisé por última vez mi ropa. En mis ojos (t/c/o) se asomó un brillo de emoción que no pude ocultar. Recogí mi mochila y caminé hasta la puerta en la que me esperaba mi chofer en su limusina. Había conseguido esquivar a mi dama de compañía/niñera y a varios sirvientes.

—Señorita (t/n). —saludó, inclinando la cabeza y abriéndome la puerta. —¿Emocionada por su primer día en la escuela secundaria Kunugigaoka? —preguntó comenzando a conducir.

—Sí, bastante. —respondí, mirándo neutralmente el paisaje a través de la montaña. Había aprendido a no mostrar mis emociones, aunque con él tampoco me alertaba demasiado, estaba bastante relajada.

—Me alegro. —dijo. —Me gustaría preguntar el porqué esa clase, si no es impertinente. —cuestionó segundos después.

—Planes. —me limité a responder. Me dejó frente a las escaleras que ascendían a la imponente montaña.

—Puedo subirla si lo... —comenzó.

—Puedes volver a casa. No necesito que me recojas. —le corté. Él asintió sorprendido y me bajé, comenzando a caminar.

Fue una subida bastante larga y agotadora, lo admito, pero estaba bien. No era tampoco como correr la maratón. Arriba me esperaba el que sería mi profesor de educación física como indicó en un correo. También me había explicado todo en una reunión en mi casa.

—Buenos días Karasuma-sensei. —saludé mirándole tranquila. 

—Buenos días (t/a)...

—(t/n). —le corté. Él asintió y nos dirigimos al edificio. 

El edificio de madera soportaba ya el peso de bastante años, estando en unas condiciones que hacían dudar que fueran parte de la Kunugigaoka. El interior tampoco estaba en mejores condiciones, pero no me importaba. Me parecía incluso acogedor. No era muy grande, justo para  un par de salas y la de profesores. Por supuesto, había todo lo necesario para que no bajáramos, pero era demasiado ajustado. Entró en el salón 3-E, y esperé a lo que dijera. Había unas ventanas abiertas, dejándome escuchar con facilidad. 

—Chicos, a partir de ahora tendréis una nueva compañera. Espero que la tratéis bien. —se limitó a decir. Entré calmada, observando a la clase. Había leído un poco de ellos: su nombre y calificaciones, lo básico para hacerme una idea. Detuve mis ojos unos segundos sobre un pelirrojo al fondo, una chica pequeñita de trenzas, una muñeca de cabello liso y verde oscuro, y un joven de cabellos celestes con dos curiosas coletitas. Los cuatro quedaron levemente sorprendidos por mi mirada, especialmente el último. Akabane Karma, Okuda Manami, Kanzaki Yukiko y Shiota Naguisa.

—Me llamo (t/a) (t/n), espero que nos llevemos bien. —me presenté sonriente. Giré mi rostro al ser amarillo que se suponía que era nuestro objetivo. —Usted debe ser Koro-sensei. —adiviné. Él asintió con su sonrisa.

—Efectivamente, (t/a)-chan.

—Prefiero (t/n). —comenté, sonriendo. Él asintió aceptándolo.

~Dos diablos~(Karmaxlectora) -Terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora