~Dos diablos~(Karmaxlectora) -Terminada-

Capítulo 18. Misión: Salvar clase 3E.

Narra (t/n):

Nos llevaron a la falda de la montaña, donde detuvieron los coches y nos bajamos. Miré con añoranza la torre.

—Me gusta este plan. —comenté sin más. 

—Que alto...

—Sí, bueno, solo un poco. —acerté, buscando un buen punto de escalada.

—Me he infiltrado en la red del hotel y conseguí sus planos. —comentó Ritsu.

—(t/n)-chan, tu viniste antes, ¿cierto? —asentí a la pregunta de Kayano.

—Sí, me lo conozco de memoria. —afirmé. —Y ciertamente, nada ha cambiado. Gracias Ritsu, no me hubiera gustado tener que pintarle el mapa a la gente en la mano. —añadí, mirando mi teléfono.

La peli-rosa continuó explicando, mientras yo comenzaba a buscar la subida. Comencé a escalar poco a poco, hasta sentarme a un par de metros y mirarles.  

—Es más fácil de lo que parece. Infiltrarse y robar algo es más fácil de lo que parece. La única dificultad es escoger un papel e interpretarlo. Y si no puedes salir de esa situación actuando... —hice una pistola con mis dedos. —... bang bang. —finalicé disparando. —Tened en cuenta que vamos con una asesina de infiltración profesional y conmigo. Además del intelecto de Karma-kun y Koro-sensei. Estaremos bien. 

—Pareces confiada. —comentó Karma.

—Bueno, como dije, yo ya estuve aquí antes y os aseguro que de todo lo que hay aquí dentro... yo fui lo peor. —recordé, con una sonrisa sádica en mi rostro.

Todos comenzaron a subir escalando, yo igual. Karma se mantenía a mi lado, mientras competíamos por ver quien iba más rápido. Preferíamos intentarlo a rendirnos y entregar a Koro-sensei. Era demasiado sencillo para lo habitual.

—Te quedas abajo, (t/n)-chan.  —me miró desde arriba, con diversión reluciendo en sus orbes mercurio.

—Vas a ver. —continué subiendo, quedando más o menos siempre a la par que el pelirrojo. Karasuma dio las ordenes y pasaron 3 minutos para memorizar el mapa. —Karasuma-sensei, pase lo que pase ahí arriba, piense que las habilidades que tenemos cada uno son hasta cierto punto desconocidas incluso para el resto. No nos subestime. —le pedí, mientras jugueteaba con el bolígrafo grueso entre mis manos.

—¿Para qué quieres eso? —cuestionó el pelirrojo.

—Cosas mías. —respondí con una sonrisa enigmática.

Okano y yo comenzamos a subir con mayor rapidez, a pesar de la falta de luz, debido a nuestra agilidad. Aún así, ella era más rápida que yo, dado que estaba pendiente de los demás, más que nada. Cuando subimos, nos ocultamos tras una valla, mientras observaba el lugar.

—Bien... ¿sabéis? Creo que Irina sí nos servirá. —murmuré, mirándola.

—Es como una productora de televisión. Tiene una estructura para evitar que los terroristas tomen el control.

—Vaya, cuánto sabes del tema.

—No me extraña que a los villanos les guste este sitio... con perdón, (t/n)-chan.

—No te preocupes. No me gusta este sitio, solo es divertido jugar con ellos.

Entramos por la entrada de servicio. Había más guardias de los esperados por ellos, aunque yo ya lo presentía. Puse mi mano en el hombro de Irina.