Capítulo 29. Por Irina y por (t/n).

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Narra (t/n):

Caminaba junto a Karma en dirección a clases, viendo como a lo lejos Irina se iba enfurruñada. Karasuma sería la razón, seguramente. 

Fue el cumpleaños de Bich-sensei, hace 4 días. —le comenté a Karma. 

—¿Enserio? Como nadie dijo nada, no sabía...

—Encargué un regalo, pero se esta tardando... me da pena Irina, seguro pensará que nadie la quiere. —realmente me sentaba mal, después de todo, le tenía bastante aprecio a la rubia. 

En un descanso que tuvimos me dirigí a la sala de profesores y llamé con cuidado. Irina realmente se veía mal, decaída. Amor no correspondido, sin duda. 

—¿Ocurrió algo?

—No, solo quería saber cómo estaba Bich-sensei. —respondí, mirándola. Esta se sorprendió por mi comportamiento. —Sé que tu cumpleaños fue hace 4 días, no pude decirte nada. —comenté. 

—Esta bien...

—Claro solo me preocupaba que se sintiese sola o mal... sé por su trabajo que precisamente siempre tiene muchos regalos valiosos. —ella sonrió débilmente. 

—No pude siquiera contactar con Lovro. —aquello me hizo fruncir el ceño. 

—¿Hace cuanto que no puedes hacerlo?

—No sé, no medí el tiempo. 

—¿Desde el festival de verano, tal vez? 

—Uh, sí, creo que sí. —aquello me extrañó. Seguramente le habría pasado algo. —Da igual de todas formas. —negó. 

—Claro... bueno... ya me voy... —sabía que estaba mal, pero con Karasuma delante no podía ayudarla. Además, ese maldito regalo se tardaba demasiado. En ese momento, llegaron las otras chicas. 

—Oh, hola (t/n)-chan. Bich-sensei, ¿puede ayudarme con las conversaciones en francés? —se la secuestraron afuera después de que aceptara ayudar. 

Bueno... esa es una buena forma de separarlos... —susurré. Estaba al tanto del plan, aunque no pude apuntarme a la salida. Lastimablemente, esperaba una llamada de que había llegado y podría ser importuno.

Narrador omnisciente.

Mientras, el equipo formado por Suguino, Kanzaki, Kayano, Naguisa, Okuda y Karma habían ido a comprar un regalo. El problema era que, con el poco dinero que tenían y la falta de ideas, ¿cómo comprar algo? Sin duda, echaban en falta a (t/n). 

—Hey, chicos. —una voz captó su atención. —¿Al final salió todo bien? —a Okuda le costó un poco, pero logró reconocerle: era el chico de la bicicleta cuando el accidente del anciano, con el que chocó en algún momento. —Ya sabéis, lo de la pierna del anciano. —por si los demás no lo recordaban. 

—Eres el florista que llamó a la ambulancia. —recordó Naguisa. —Muchas gracias por tu ayuda, al final logramos que nos perdonara. 

—Muy bien, me alegra que no fuera nada grave. Me ha parecido oír que buscabais un regalo para una persona adulta. 

—Sí, la verdad es que sí. —respondió Kanzaki. 

—¿Qué me decís de algo así? —les mostró una hermosa rosa roja como la sangre y se la tendió a Kanzaki. 

—Ya lo entiendo, un ramo de flores. —advirtió Kayano. 

~Dos diablos~(Karmaxlectora) -Terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora