Amnesia «KooKMin»

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Jungkook volteó por última vez e hizo una reverencia a la tumba de sus padres y se fue caminando hacia su auto, su cuerpo estaba cansado, tanto física como mentalmente, pensó nuevamente en Jimin ya estando en el auto, cerró los ojos y respiró profundamente en el intento de calmar la depresión interior que estaba amenazando con arruinar su vida.

Llegó a su apartamento, caminó hacia su habitación y se dejó caer sobre su cama, se quitó los zapatos junto a la ropa para luego acurrucarse en el centro de la cama. El alcohol en su sistema le deprimió aún más llevándolo a pensamientos a los cuales no quería recurrir, se sentía como la basura misma, desechable e inútil.

Había empezado a llover, era una lluvia intensa; de aquellas que parecen recordarte lo retorcida que está tu vida, aquellas que con cada rayo te advierten que podrías estar muriendo, tenía miedo y decepción. Sin siquiera darse cuenta ya estaba llorando, sus prácticamente quejas entre llantos eran tapados por la tormenta.

Se sentía frustrado ¿Que había echo mal? ¿Por que Jimin le olvidó? ¿Por qué estaba tan solo? ¿Por qué siempre dependió de Jimin? ¿Por qué estaba tan enamorado de Jimin? ¿Por qué todo su mundo rueda alrededor de ese pelirrosa?

Pasó llorando por casi una hora y media hasta que empezó a sentir que su cabeza dolía y tenía frío, tomó su móvil y se quedó viendo las fotos en este, cada una con una historia diferente, buscando la manera de quedarse dormido.

Durante el tiempo que Jimin estuvo hospitalizado fue un infierno total, todos los días lo limpiaba, le leía su libro favorito, le daba besos de buenas noches y buenos días, le hacía terapia física para que no le costará caminar al despertar, dormía en esa maldita silla incómoda por quedarse solo a su lado ¿Y todo para que? Para que cuando despertara saliera con "¿Quién eres?" ¡No tenía sentido! Era injusto, no merecía ser desechado como la basura, no merecía ser echo a un lado cuando él había dejado su vida por el suelo por estar junto a Jimin.

Se quedó dormido aún dolido por tantas cosas.

• • •

Jimin dejó sus zapatos en la entrada de su hogar y se dirigió a tomar un refrigerio para luego ver algo de televisión, tenía mucho que hacer, ni siquiera sabía por qué había ido a ese cementerio, pero ver a ese chico tan deplorable era triste, tanto que se sintió culpable por prohibirle visitarlo.

Su celular vibró encima de sus piernas y lo tomó.

—¿Diga? —era Namjoon, su jefe.

—¿Cómo vas Jimin? —el mayor parecía tenerle confianza pero el pelirosa sinceramente no sabía su relación con él más allá de ser su jefe.

—Todo está bien señor, mañana entregaré las finanzas del tiempo que estuve fuera. Lo siento mucho —escuchó una risa por el otro lado de la línea ¿Que era tan gracioso?

—¡Ah, Jimin! No tienes que hacerlo, eso ya está resuelto ¿Puedes venir a trabajar la otra semana? Iré a una reunión y te necesito a mi lado —en realidad Jimin había pensado ir a trabajar al día siguiente, llevaba ya bastante sin ir.

—S-si, claro que sí.

—Genial, saluda de mi parte a Kook. — «Tan dejavu » fue lo unico que pensó.

El mayor colgó sin dejar protestar al menor, su mente aún era una telaraña de dudas en las cuales ninguna tenía sentido.

Después de despertar en el hospital su corazón se agitó de manera agradable ante el abrazo del pelinegro desconocido, sintió culpabilidad al negarse ante la ayuda de este, también se sintió horriblemente solo cuando Jungkook se fué dejándolo en el hospital.