Jungkook miró a Jimin por décima vez desde que el rubio se durmió en el asiento del copiloto. Sonrió por verlo tan sereno con los labios entreabiertos, con las manos sujetando levemente la mano que Jungkook mantiene en la pierna del rubio.
Tenía mucho que conducir, iría a casa de Namjoon en Busan y ellos estaban en Seúl y el viaje no era tan corto, dilataba horas en auto aunque valía la pena.
Era ya de noche cuando Jungkook aparcó el auto en una gasolinera y apagó el motor dispuesto a al menos descansar unos minutos, comprar algo de comida y luego seguir el viaje.
Inclinó el asiento para recostarse mejor y miró fijamente a Jimin quien había llevado su dedo pulgar hacia sus labios. La imagen le recordó cuando eran niños, cuando Jungkook tenía que darle su propio pulgar a Jimin para que el rubio pudiera dormir. Si no, no podía.
Jeon cerró los ojos y medito las cosas que habían pasado en los últimos años. Problemas, bromas, propuestas, rechazos, dolor y ahora estaba ahí en su auto junto al chico que más ama.
Pasaron unos minutos y Jungkook se quedó dormido. Jimin despertó y miró a su novio totalmente dormido, sonrió y se acercó a besar los entreabiertos labios del azabache. El pelinegro no tardó en despertar al sentir que Jimin no separaba sus labios de los contrarios. Sonrió por el beso y tomó al rubio de la nuca correspondiendo el beso.
—¿Dónde estamos, amor? —preguntó Jimin colocándose a horacajadas sobre Jungkook.
—En una gasolinera, pare para descansar un rato. El viaje no es tan corto bebé —susurró el pelinegro besando el cuello de su novio.
Jimin soltó un jadeo por los besos en su cuello y luego por las cálidas manos del pelinegro acariciar su espalda por debajo de su jersey plomo.
Las caricias no cesaron, o al menos no hasta que el móvil de Jungkook empezó a vibrar en su bolsillo. Buscó el aparato y sin apartar la mirada con Jimin levantó la llamada.
—¿A qué hora llegan Kook? —preguntó Namjoon desde la línea.
—Hyung, paramos en una gasolinera. Quizás dentro de una o dos horas. —respondió a lo que Namjoon solo soltó un "no cogan en público" para luego reírse y colgar.
Jungkook volvió a su adicción preferida; besar a Jimin. Pasaron unos segundos y el rubio no estaba contento cuando el pelinegro le susurró que debían comprar comida y luego seguir.
Al cabo de risas, caricias y bromas, mientras Jimin terminaba de cantar su canción favorita Jungkook estaba llegando ya a Busan, a lo poco unas horas más para que todo empezara a suceder.
Un edificio se asomó para los chicos, donde Jeon dobló dentro del estacionamiento de este y apagó el auto. Jimin daba pequeños saltitos en su asiento para luego quitarse el cinturón y salir del auto.
—¿Dónde estamos? —preguntó Jimin viendo a su alrededor —¿Este es el apartamento de Namjoon-hyung? —Jungkook asintió bajando las maletas del maletero. Caminaron al ascensor —¿Qué hacemos aquí?
—Bebé... por favor —susurró Jungkook besando los labios de Jimin.
En silencio llegaron al frente de una suite del edificio, no parecía no siquiera que fuera un apartamento, parecía más una casa, era triste que Namjoon viviera solo y viajando a cada momento.
Un olor delicioso se sintió al abrir la puerta, con la llave que Namjoon le había dado con anticipación a Jeon.
—Llegamos, hyung —dijo Jungkook.
Un chico moreno y de sonrisa con huyelos recibió a los novios, Jimin estaba confundido, le había propuesto matrimonio ¿qué hacían en la casa de Namjoon?
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Amnesia «KooKMin»
FanfictionJimin y Jungkook son mejores amigos sin embargo, Jeon siempre se sintió atraído hacia su mejor amigo. Cuando Jungkook había tomado el valor para declarar su amor; Jimin sufre un accidente borrando a su paso todos los recuerdos de su infancia y junto...