3

9.2K 977 202
                                    

Jimin dejó el pesado cuerpo de Jungkook caer sobre su sofá temiendo que este se vomitara, apenas había tenido tiempo de organizar sus ideas y esa era su primera noche que tenía de descanso, por la amnesia había olvidado donde trabajaba hasta que su jefe le llamó regañandolo por las ausencias. Le explicó el por qué y el mayor fue amable con él.

—¿Que hago con usted? —preguntó Jimin poniéndose en cuclillas a la altura del rostro de Jungkook quien parecía dormir profundamente.

El chico parecía atormentado incluso ahí dormido, sus cejas fruncidas y labios agrietados con tan poco tiempo en haber sido a humedecidos, la pregunta se repitió una y otra vez dentro de la cabeza de Jimin mientras lo observa detenidamente en un inútil intento de recordar algo que le de al menos la punta del hilo que halar para al menos recordar algo sobre ese joven. Pero no había nada más que un vacío que le hacía retroceder al encontrarse acorralado con recuerdos vacíos y oscuros que le hacían dudar hasta de su propio nombre.

Decidió ir a dormir después de un rato de quebrarse la cabeza en acertijos inservibles que solo ayudaron a empeorar su jaqueca, aunque había un extraño durmiendo m en su sala, no tenía la estabilidad emocional ni física para enfrentarse a ello ahora mismo.

«¡Genial Jimin! Deja que un hombre más grande que tu duerma en tu sala» Se dijo a sí mismo viendo por última vez el azabache.

• • •

—Joder... —exclamó Jungkook frunciendo el entrecejo mientras masajea sus sienes en busca de aliviar la jaqueca. El odiaba beber demasiado, siempre era un idiota o decía cosas que no quería, pero aún sabiendo aquello termino bebiendo como si no existiera un mañana, esperaba que el día anterior no haya dicho nada fuera de lugar. —Lugar... —repitió luego de pensarlo empezando a ver alrededor —¿Donde estoy? —tardó unos segundos en recordar que había llegado al apartamento de Jimin.

«No le digas nada a mi bebé moch

La frase se repitió como un fugaz recuerdo, quizás podía haber dicho algo parecido a ello pero ¿Qué no debía decirle? Y ahí estaba arrepintiendose de haber bebido tanto esa noche.

—Ya que despertó puede irse —Jungkook volteo hacia la voz y miró a un Jimin adormilado, viéndolo detalladamente no pudo evitar sonreir, Jimin llevaba una camiseta de él y un short corto, probablemente ajeno del propietario del conjunto —Si quiere puede tomarse una ducha, pero eso es todo.

—Te ves bien ¿Aún no me recuerdas? —el pelirosa negó con disgusto. —¿Estás seguro?

—No, no se equivoque. Que esté aquí es resultado de su imprudencia de tomar licor en exceso y venir a para aquí —regañó cruzándose de brazos.

—Siempre venía cuando me pongo borracho. —Jungkook trató de excusarse en busca de tapar el dolor en el pecho que le provocaba ver la mirada desconfiada de Jimin encima de él, no había rastro de aquel bonito brillo que quedaba cada vez que se veían, solo había miedo, desconfianza y molestia, como si en realidad fueran completamente desconocidos.

—Pues debería borrar eso de su lista de costumbres. Sepa que aquí no es bienvenido. Además que me incomoda tener un desconocido en mi sofá viéndome cuando acabó de levantarme.

—¿Qu-que? Jimin, no hay necesidad de ser tan cruel. Se que todo esto debe ser confuso para ti pero sigo siendo tu mejor amigo, yo... yo estoy aquí para ayudarte, no para hacerte daño.

—No soy cruel. Soy realista ¿Ya se iba, no? Por favor no vuelva a aparecer en mi vista, me incomoda... No, mejor dicho, me molesta verlo. —exclamó el pelirosa tratando de convencerse a si mismo de lo que acababa de decir, por qué, muy en el interior no quería que el mayor de fuera, sin embargo, no conocer las razones por las que quería que se quedara era la razón por la que no quería tenerlo cerca.

Amnesia «KooKMin» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora