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Estaba de más mencionar lo sorprendido que se sintió el azabache al ver el identificador de llamadas, su corazón se agitó en preocupación y alegría haciendo una combinación catastrófica. Tomó la llamada y pensó en que decir.

—¿Qué pasa Jiminiie? —Jimin se preguntó ¿Cómo podía sonar tan amable, tan lindo después de prácticamente correrlo de su casa? Soltó un sollozo sin saber que contestar, su mente le estaba pasando una mala jugada. —¿Jimin, que pasa? ¿Estás bien?

—Ju-jungkook, ¿Podrías venir a mi casa?

—¡Claro, estaré ahí en unos minutos! No te muevas —la llamada quedó en silencio tras colgar.

Y claramente unos minutos más tarde Jungkook tocó la puerta de Jimin, él pelirosa abrió la puerta y una corriente eléctrica recorrió su cuerpo al ver él azabache agitado frente a él, con toda la disposición para hacer lo que el dijera.

—Y-yo, vine lo más rápido que pude —respiró y soltó un gran suspiro, el chico estaba un tanto sudado con la mirada cansada.

—Pasa —Jungkook asintió y entró al conocido lugar —Yo... lamento haberte echado hace un rato antes —Jimin lo siguió con la mirada baja, aún no terminaba de explicarse a si mismo por qué había llamado Jungkook.

—No importa, me alegra que me llamaras —el pelinegro parecía distante ahora, no parecía estar ensimismado en hacerle recordar, era todo lo contrario y eso lo hacía sentir un poco mal. —¿Pasa algo? —Jungkook al fin alzó la vista y frunció el ceño —¿Estabas llorando? —se acercó y acunó el rostro de Jimin en sus manos pero se apartó de inmediato —Lo siento.

—Y-yo, Taehyung se puso extraño. —explicó con el labio inferior tembloroso en tentativa de que quería llorar —Él... él se acercó mucho y... me tocó —mientras seguía hablando su cuerpo empezó a temblar de nuevo, con la falta de oxígeno provocando que fuera presa del pánico.

—¿Trató de tocarte? —Jungkook miró como a Jimin le empezaba a dar un ataque de pánico y lo primero que acudió a hacer fue abrazarlo. —Sshhh... ya estoy aquí bebé. —Jimin se sintió abrumadoramente protegido en los brazos del pelinegro que acaricia su cabello con el motivo de tranquilizarlo.

—Tenía miedo —sollozó en el pecho del más alto mientras este hacía círculos con sus manos en la espalda del pelirosa.

—Jimin, te dije que el no era buena compañía, ese chico está enfermo. Si, quizás no lo recuerdes ni a mí ni a lo que pasó entre tú y él pero Jimin, yo siempre querré lo mejor para ti, siempre haré lo que para ti sea lo correcto... Aunque eso sea actuar como desconocidos —susurró al final apartándose del abrazo, luego dándole el espacio necesario a Jimin bajó la mirada.

—Creo recordar lo que él me hizo. —habló enredando sus dedos entre los mismo en forma de un tic nervioso.

—¿Enserio? ¿Tus recuerdos están volviendo?

—No lo sé, solo fueron pequeños golpes de memoria. La mente es un misterio, así que no sé si volveré a saber lo que olvidé.

—Entiendo... Y ¿Para que me llamaste? ¿Te lastimó? ¿Necesitas ir al hospital? ¿Te pusiste ansioso de nuevo? Si quieres voy a comprarte helado, te... te gusta comer helado para sentirte tranquilo —Jimin alzó las cejas algo sorprendido, acertó en la mayoría, parecía conocerle mejor que él mismo.

—No me lastimó, solo se pasó de listo. Y pues la verdad si, me puse algo ansioso y lo único que se me ocurrió fue llamarte. Gracias por ofrecer el helado pero no quiero molestar.

—Esta bien, no me molesta, solías pedirme helado siempre. Me alegro que al menos tu cuerpo reaccione igual que antes.

Jimin aún se sentía nervioso y la presencia de Jungkook le hacía sentirse protegido, le gustaba, tanto que empezaba a desconfiar de si mismo con el azabache a su alrededor.

—Lamento querer alejarte de mi, creo que deberiamos recrear los viejos tiempos... Ya sabes —carraspeo nervioso por la ilusionada mirada de Jungkook —para ver si mis recuerdos vuelven.

—¿En serio? Ahorita ya es tarde, si quieres mañana podemos salir ¿Te parece?

—Cla-claro.

—Bueno, creo que debo irme. —Jungkook se levantó y le sonrió a Jimin.

—¡No! —alzo la voz —D-digo, quédate. Ya es muy noche —Jungkook sonrió de lado y asintió. —Te traeré sábanas.

La noche o lo que restaba de ella Jungkook no pudo dormir al igual que Jimin, Jeon había dormido en el sofá y Jimin en su cama, sin embargo sus pensamientos parecía ser iguales.

A la mañana siguiente Park se levantó primero para tomar un rápido desayuno. Al entrar en la cocina su corazón latió como loco al ver a Jungkook sin camisa y su pantalón de la noche anterior dejando ver un pedazo corto de su boxer plomo.

—Buenos días Jiminiie —al pelirosa empezaba a gustarle ese apodo.

—Buenos días —susurró tomando asiento en el comedor.

—Solia hacerte el desayuno o ir a dormir a tu habitación pero supongo que preparar la comida sonaba mejor —Jimin estaba sonrojado con la mirada apartada tratando a toda costa de no ver el marcado cuerpo de Jungkook. Pero su rostro era todo lo contrario, la mayoría del tiempo una sombría y triste expresión pasaba por su rostro.

—Si, claro —dijo secamente tratando de sonar desinteresado.

—Toma —le ofreció un tazón con cereal con leche y trozos de fresas exparsidos, un pan tostado y una taza de café negro —Tu favorito.

Jungkook tomó solamente una taza con café y una tostada que se la llevó a la boca mientras desataba el delantal de cocina. Su pecho quedó al descubierto cosa que hizo a Jimin atragantarse con el café.

¡Joder, tenía un cuerpo para morirse! ¿Como es que solo eran mejores amigos antes?

—¿Que quieres hacer hoy?

—¿Que solía hacer? —Jungkook se hechó a reír contrayendo los músculos de su abdomen.

—Pues, amabas ver películas mientras tocabas mí cabello o te gustaba ir al parque de diversiones para pasar el día o salir a correr. No lo sé, hacías muchas cosas en tus días libres.

—Quiero ver una película ahorita, quizás más tarde vayamos al parque.

—¡Genial! Escogeré la película. —ofreció Jungkook emocionado.

Jimin se quedó vagando en sus pensamientos mientras el contrario buscaba una película en el TV del pelirosa. Habían muchas cosas que se le venían a la mente, todos pedazos de recuerdos bizarros que no podía terminar de recordar, pensar en tanto hacia su cabeza doler.

—¡Listo! Puse tu película favorita, ven siéntate —Jungkook sonrió.

El pelirosa se sentó al lado de Jeon lo suficientemente apartado de él, pero Jungkook se dejó llevar olvidando por completo la amnesia del contrario, se acostó en el sofá colocando su cabeza en el regazo de Jimin mientras da play a la película. La sensación era tan reconfortable, hasta le hacia olvidar los dolores que últimamente se habían instalado en el cuerpo del azabache.

Jungkook se dió cuenta de sus actos y trató de levantarse pero para Jimin la acción le había parecido abrumadoramente acogedora que le impidió levantarse.

—Esta bien... —susurró Jimin dándole a Jungkook una sonrisa sincera que tranquilizó su agitado corazón.

A medida que la película avanzaba Jimin no era conciente de sus actos, estaba acariciando el cabello de Jungkook con tal delicadeza que le pareció sorprendente no darse cuenta que lo hacía. Se detuvo y se sonrojó, la película había avanzado casi una hora y ahora Jungkook estaba dormido en su regazo. Se detuvo a verlo detalladamente ¿Como había podido olvidar a alguien con facciones tan hermosas? ¿Que había sido realmente antes de perder la memoria?

Sea lo que sea empezaba a gustarle la compañía de Jungkook.

Editado: 7/7/2020

Amnesia «KooKMin» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora