—¡Jungkook, no me empujes! —gritó un pequeño pelinegro sentado en un columpio mientras su mejor amigo le empujaba con fuerza para hacerle mecer más alto y asustar al pequeño pelinegro —¡Jungkook, basta! —el niño ya estaba temblando de miedo mientras su amigo solo soltaba carcajadas al ver su carita de bebé asustado.
—¡No! —empujó una última vez y se colocó frente a Jimin, la oportunidad le pareció perfecta el pelinegro el cual no dudó en saltar a los brazos del mayor.
Cerró sus ojitos con fuerza y termino cayendo sobre el pequeño castaño mientras esté caía sobre la nieve acumulada.
Jimin tenía apenas 7 años mientras que Jungkook ya estaba por cumplir sus 10 años.
—Mañana es mi cumpleaños ¿Qué vas a regalarme? —Jimin hizo un puchero pensando en regalarle un balón de fútbol o darle su pijama de iron man que tanto quiere Jungkook.
—No te diré —le sacó la lengua y se levantó sintiendo sus mejillas rojas por el frío —No debería darte nada, fuiste malo conmigo en el columpio —reclamó el pequeño pelinegro con sus mejillas sonrojadas por el frío.
—¡Lo siento mochi! No lo haré de nuevo —El pequeño Jungkook abrazo a Jimin y beso su mejilla en ofrenda de paz.
—Igusl no te diré —Jimin le sacó su lengua y corrió riéndose como si hubiera hecho la travesura más grande de su vida.
Ambos pequeños cruzaron la calle para entrar a la casa de Jungkook donde corrieron a su cierto, al llegar Jimin quitó su chaqueta y con dificultad para subirse el pequeño pelinegro se acostó en la cama del mayor.
—Quiero tu pijama de Iron man —lloriquió Jungkook tirándose a su cama, al lado del menor —Y también quiero que me des algo que jamás le darías a alguien.
—¿Cómo qué? —preguntó el pequeño pelinegro ladeando su pequeña cabeza que estaba trabajando al mil para descifrar lo dicho por Jungkook.
—No lo sé —susurró Jungkook revolviendose entre sus sábanas. —Un beso. —el castaño soltó un chillido nervioso, típico a su edad.
Jimin se levantó rojo de la vergüenza, había oído hablar de los besos pero jamás se lo habían pedido y mucho menos su mejor amigo.
—No se que es eso —susurró bajando la mirada a sus temblorosos dedos regordetes —Hyung ¿Que es? No, me da miedo —Jungkook miró por encima de su almohada de conejo, tan rojo como Jimin, sin embargo, no se daría por vencido
—Pero quiero un beso tuyo, Namjoon me dijo que es lo mejor de la vida, pero luego habló de algo llamado sexo. —Jimin le dedicó una mirada confusa —También le pregunté que era tener sexo pero dijo que soy muy pequeño para saber eso —hizo un puchero y frunció el entrecejo. —Pero tranquilo, primero podemos probar los besos y le preguntaré a hyung sobre el sexo. Asi podemos hacer eso también.
—Pero no sé cómo hacerlo. Besar.
—¿Te enseño? Yo tampoco sé, así que podemos aprender juntos.
Jimin asintió lentamente mientras Jungkook se sienta a su lado abrazando aún su almohada.
Ambos temblaron por la nueva y desconocida experiencia, Jimin levantó la vista para ver cómo Jungkook respiraba con dificultad sintiendo aún más miedo por qué su Hyung estaba nervioso.
—¿Listo?
Jimin aún inseguro de lo siguiente que sucedería asintió ahora sintiendo a Jungkook tomarlo por los hombros. Ambos vieron sus ojos y respiraron profundo antes —Aqui voy —Jungkook cerró los ojos y se acercó tan rápido haciendo que sus frentes chocaron en el primer intento.
—Auch —Jimin soltó una risa nerviosa hasta que Jungkook lo calló tocando sus labios fugazmente con los suyos, apenas dilatando cinco segundos.
—Ya, listo —susurró Jungkook corriendo al baño para esconderse en el.
Ese fue el primer sentimiento que Jungkook experimentó hacia su mejor amigo, su corazón estaba latiendo tan fuerte que sintió que lloraría de la emoción, claro, experimentar aquello fue lo máximo para un niño que cumpliría sus diez años, aunque fuera un pequeño roce entre sus labios le había gustado. Ahora su único pensamiento estaba en que los labios de Jimin eran tan suaves, que aunque el hecho de pensarlo lo ponía rojo, quería repetirlo.
—¡Mamá dice que puedo quedarme a dormir! —gritó Jimin golpeando la puerta del baño después de unos minutos.
—S-si claro, toma la ropa que hay en el último cajón y cámbiate.
Cuando el castaño salió del baño con su máxima fuerza de voluntad para no ver a su mejor amigo de otra manera, esta fuerza se fue mil metros bajo tierra al ver a Jimin con una enorme camisa suya junto a sus boxer.
—Bu-buenas noches —susurró Jungkook acurrucándose en su cama para no ver a Jimin a la cara. El pequeño pelinegro volvió a subirse a la cama de Jungkook entre quejidos por no poder alcanzarla bien, cuando estuvo arriba, se acostó a su lado tapándose con la misma sábana de Jungkook.
—¿Puedes abrazarme? O ¿Estás enojado? —preguntó Jimin con su pequeño puchero sobresaltado pero Jungkook no respondió. Ambos niños tenían la costumbre de dormir abrazados desde que tienen memoria así que Park no podía dormir si Jeon no le abraza.
Jungkook con todo el sonrojo del mundo puesto en sus mejillas se volteó y rodeo a Jimin por la cintura para pegarlo más a sí mismo, haciendo que su pecho estuviera pegado a la espalda de Jimin.
—Buenas noches, Kookie —dijo Jimin sonriendo al sentir la sensación cálida de los brazos de Jungkook. El mayor no respondió nuevamente. Solo se quedó con los pensamientos atacando su ya no tan inocente mente.
Editado: 16/4/2020
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Amnesia «KooKMin»
FanfictionJimin y Jungkook son mejores amigos sin embargo, Jeon siempre se sintió atraído hacia su mejor amigo. Cuando Jungkook había tomado el valor para declarar su amor; Jimin sufre un accidente borrando a su paso todos los recuerdos de su infancia y junto...