Mirar ceniciento

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Otra vez intento subir el volumen, para dejar de pensar, en aquellas ideas que mi mente consumen y que con los gritos de la música elevada intento callar.
Otra vez veo a través de una pantalla, inmerso en unas ideas que mantienen mi mente ocupada, otra vez vuelvo a ver la situación detallada, otra vez si... Vuelvo a esa imagen pausada, la música solo contextualiza mis pensamientos, mi cuerpo sufre las emociones, ando en el andar de unos vientos, que consumen mis acciones... Y en mis mirares cenicientos, ausentes de concebir la  realidad que me rodea, me hayo.
¿Es un sueño? O es la realidad, no noto la diferencia cuando torno mi mirar ¡tengo que vivir! ¡Tengo que soñar! La mente de un joven no se puede encadenar... Y ahí reside mi guerra, en una mirada perdida, contextualizada con una canción, música alta que se siente poco en mente y más en corazón, ahí reside el día a día de un poeta, que dibuja, que escribe, que es una marioneta... De pensamientos que percibe, como cadenas prietas.

Noches en verso (Poesia sin cadenas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora