CAPÍTULO 9

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∽◇∽

Lauren

Carla no está bien.

Los exámenes médicos indican que sus defensas están bajas, que la falta de hierro y vitaminas causan la aparición de moretones en su cuerpo, moretones que no dejan de dolerle en ningún momento. Eduardo es el Director del hospital y antigua supervisor de Carla, le recomendó que lo mejor era descansar.

—¿Te he dicho ya que te quiero? —Su pregunta llena de inocencia me hace sentir una profunda ternura hacia ella.

—Sí... —Respondo. —¿Te he dicho ya que te quiero?

Su risa hace eco dentro del auto.

Que hermosa es.

—Sí, lo dices mucho hoy, ¿sabes? —Llevo su mano a mis labios, y reparto besos en la yema de sus dedos —¿A dónde vamos?

—A comprar la cenar. —Aunque es tarde, siempre hay un puesto de comida abierto las veinticuatro horas. Puedo sentir los ojos de Carla sobre mí. La miro por unos segundos para luego mirar a la calle. —¿Qué ocurre?

—Podríamos ir a casa y preparar algo allí. —Su pregunto suena una súplica.

Me detengo a orillas de la calle.

—¿Te siente mal? —Pregunto con un atisbo de preocupación en mi voz susurrante.

Me deja sorprendida como Carla quita su cinturón y sale del auto diciendo a duras penas:

—Quiero vomitar.

El pánico se apodera de mí, y salgo del auto siguiéndola. Me acerco a ella, moviendo su cabello para que no se ensucie, intento, no sé, tal vez aliviar sus arcadas acariciando su espalda y  susurrando palabras tranquilizadoras. Sé que al no tener nada en el estómago duele. Ella se incorpora suspirando con algo de agitación y ahogo.

—Estas sudando mucho. —Digo al observar su rostro. Mis nervios aumentan al ver que su respiración se agita aún más, su cuerpo entero se sacude con los temblores, su piel pálida y fría, y aquellos círculos negros bajo sus ojos reflejan cansancio. ¿Cómo puede alguien decaer tan rápido? —Vamos al hospital.

Carla toma mi antebrazo al escúchame, y niega con la cabeza.

—Solo quiero ir a casa. Eduardo dijo que esto pasaría. —Sus ojos están cristalizados, oscurecidos aún más. —Tengo sueño, Lauren.

Muerdo mi labio inferior, observo la calle mientras los autos pasan de un lado a otro. Mi corazón late con fuerza, asustada, si saber qué hacer, lo único que tengo en mente es que quiero que ella esté bien. La abrazo sintiendo los temblores que sacuden su frágil cuerpo. Acaricio su cabellos y su espalda mientras siento sus manos cerrarse en puños para tomar mi camisa.  Me separo de su cuerpo, y beso su frente con suavidad.

Tiene que descansar. Tengo que cuidar de ella.

—Vamos a casa. —Le informo ayudándole a colocarse el cinturón de seguridad, Carla suspira, y se apoya en la ventana. —¿Qué comiste al salir de casa? —Pregunto subiendo al auto también y poniendo el auto en marcha para sacarla de ahí.

—Cereal. —Susurra Carla después de un largo silencio en el auto. Por un momento me alegré, no me está mintiendo. Nía me dijo por la mañana que eso fue todo lo que comió antes de salir.

—¿Por qué no comiste otra cosa? —Insisto.

—Porque quería cereal, Lauren. —No insisto más. Está irritada. En ese momento empieza a toser, y eso, no me gusta.

Dark; Camren.   [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora