∽◇∽
Lauren
Los rallos del sol entran por la ventana, filtrándose por las cortinas blancas. Gruño cuando mis ojos perciben esa molesta luz, y cubro mi cara con la almohada. No quiero despertar. Quiero seguir dormida, fuera de la realidad, y solo soñar cosas bonitas. Suspiro, tallando mis ojos, buscando a Carla en la cama. Al no sentir su cuerpo en la cama, me incorporo mirando a mi lado.
Carla no está.
Frunzo el ceño y me levanto de la cama estirando mi cuerpo para no sentir tanta pereza. Miro en el baño, pero no está. ¿Dónde estaría?, ¿por qué se ha despertado tan temprano? —6:30 am. Restriego mi cara y tomo la goma de la mesita y amarro mi cabello, lavo mi cara y coloco crema hidratante para después lavar mis dientes y limpiarme con una toalla. No he estado durmiendo mucho, el trabajo ha sido agotador estos días y todo lo relacionado con Carla ocupa mi tiempo, tengo que estar más alerta, ella me necesita a su lado, y yo tengo que cuidar de ella. Hacerla sentir mejor.
Salgo del baño y suspiro con alivio al mirar a Carla apoyada en el marco de la puerta de nuestra habitación, comiendo de una banana que lleva en su mano.
—Hey... buenos días. —Me acerco sonriendo al igual que ella mientras mastica, y le doy un beso en la frente —¿Qué haces despierta tan temprano?
—Quería algo de comer, así que fui por una banana.
Sonrío, y acaricio su mejilla abultada. Me causa tanta ternura.
—¿Estás bien?
—Me siento bien.
—¿Segura? —Cuestiono.
Ella sonríe.
—Estoy muy bien, amor. —Sonrío sintiendo mi acelerado corazón en mi pecho. DIOS COMO PUEDE SER TAN DULCE. —Quiero mostrarte algo.
—¿Qué es? —Carla niega, y toma mi mano para tirar de ella fuera de la habitación. Mis dedos se entrelazan con los suyos.
—Espera. —Macullo y tiro suavemente de ella para detenernos. Mis dedos toman su barbilla y rápidamente mis labios sienten los suyos. Un beso lento y suave se produce entre nosotras. Nunca dejo de sentir esa sensación tan hermosa que me transmite en cada beso. Ese cosquilleo en mi estómago y ese alocado sentimiento que causa mi corazón. Ella es perfecta. Luego me separo tomando un poco de aire, y beso su frente. —Me da mucho gusto que te sientas mejor.
Carla niega, está roja como un tómate. Ella jala de mi mano una vez más. No comprendo qué quiere mostrarme, y bajamos las escaleras. Para mi sorpresa Dinah con todo su esplendor está sentada en el gran sillón.
—Jane.
—Lauren. —Saluda ella Jane. Siento un poco de vergüenza, por estar en pijama. Dios mío, debió decirme que tendríamos visitas en casa. Carla por su parte parece no importarle su atuendo. Pijama de dragones. —Ya me contó Carla que no te dejo dormir.
Rio sin humor, y la miro seria.
—Muy graciosa.
Ella niega restándole importancia.
—Ya, en serio, ¿cómo estás? —Miro a Carla. Su medía sonrisa y sus ojos llenos de brillo. Carla suelta mi mano y un tirreno beso me da en la mejilla para después perderse entro de la cocina.
—Mas o menos. —Bufo. —Se lleva lo mejor que se pueda, Jane. —Tengo tantas ganas de llorar, porque no sé de que manera sacar toda la frustración por la situación tan abrumadora. Apoyo mi cabeza en el respaldar del sillón quejándome mientras cubro mi rostro con ambas manos. ¿Qué puedo hacer para que Carla se sienta bien?
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