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JiMin permaneció estático, anclado en su posición con el pantalón y su ropa interior por encima de sus tobillos. Sus ojos no podían dejar de observar la puerta y el rastro de ausencia que había dejado aquel desconocido hace sólo unos segundos.

¿Qué había hecho? 

—Es claro. 

Susurró para sí mismo.

Entre el y el no, JiMin dudaba sobre si dejarse llevar nuevamente había sido lo correcto. Nada especial tenía aquel chico desconocido como para que él cayera dos veces en su juego, ¿verdad? Ciertamente no lo sabía, o quizá sí pero la afirmación se encontraba en alguna profundidad de su cerebro. 

JiMin exhaló frustrado. Él estaba acostumbrado a ser quien causara ese tipo de incógnitas en los demás, no a ser el que se mataba la cabeza tratando de darles respuesta. 

Aún en la leve oscuridad el pelinaranja acomodó sus prendas, se inclinó y embutió su boca con el agua del grifo para luego escupirla. Algo en él no se sentía del todo bien y no quería torturarse de manera voluntaria con ello. 

Salió del baño en el segundo exacto en el que escuchó una voz familiar gritar su nombre.

—¡JiMin! 

Era NamJoon.

—¡Estoy aquí! —gritó igual de alto para que su amigo se guiara.

—Por Dios, JiMin —jadeó el moreno, aliviado, al abrir la puerta de la enfermería y encontrarse con la silueta de su mejor amigo—. ¡Te he buscado por todos lados!

JiMin agachó la cabeza un tanto apenado.

—Pero siempre estuve aquí —bajó la voz ante sus palabras. Se sintió avergonzado de tan sólo pensar qué habría pasado si su amigo hubiese llegado minutos antes.

—¿Estás bien? ¿El dolor regresó? —dijo, tomando de la muñeca al más bajo para sacarlo al pasillo. Acto seguido encendió la linterna de su celular y lo alumbró de pie a cabeza.

—Sí, Nam. Estoy bien —respondió en tono tranquilizador.

¿Realmente lo estaba?

JiMin tuvo que cerrar los ojos por instinto cuando el contrario dirigió el chorro de luz justo a su rostro. Sin hacerle mucho caso a su afirmación tanteó con sus dedos la zona en donde su amigo había manifestado dolor unas horas antes. Suspiró al no tener quejas de su parte.

—¿Qué ocurrió? —preguntó JiMin.

—Algún idiota alarmó a todos gritando "¡Fuego, fuego!" —agudizó la voz en su imitación—. Los cobardes accionaron la alarma y segundos después cortaron la energía.

JiMin escuchaba atento sus palabras y un fugaz recuerdo lo alarmó. Lo que contaba su amigo tenía sentido pero no lograba ubicarlo con la escena en el baño. El de cabello menta había observado su reloj mientras hacía una cuenta regresiva y luego sonaba la alarma.

¿Tendría algo que ver?

—¿Y en realidad sí había fuego? —volvió a preguntar curioso.

—Por supuesto que no —rió—. Ya sabes como son los primiparos cuando le huyen a alguna clase.

El menor asintió y un silencio en el pasillo los invadió.

—Vamos, Park. Te llevaré a casa.

El par de amigos trazaron el rumbo hacia la salida en silencio. Los pasillos a su paso estaban envueltos en una oscuridad considerable, sólo siluetas era lo que alcanzaban a ver. 

—¿Estuviste todo el tiempo en la enfermería? 

Rompió el silencio el de cabello rosa. Su voz hizo un ligero eco entre las solitarias paredes del corredor.

—Sí. ¿Por qué no habría de estarlo? —habló bajito.

—No lo sé —se encogió de hombros—. Estaba en plena clase cuando la alarma sonó, corrí a buscarte antes de saber que era sólo algo tonto. Estaba a tres puertas de la enfermería cuando un chico me gritó que necesitabas ayuda en las gradas.

—¿En las gradas? —dijo con desconcierto.

—¡Esa fue la misma pregunta que me hice! —rió bajito—. Pensé: "¿Qué hace el tonto de JiMin en las gradas si hace unas horas lo atacaba un fuerte dolor?"

Eso no tiene sentido —replicó.

—Lo sé —NamJoon expandió sus brazos a la nada para luego dejarlos caer bruscamente a sus costados—. Dudé por dos segundos en lo que dijo ese chico pero ahí mismo cortaron la luz y corrí a buscarte donde supuestamente estabas. Soy un cretino.

—No lo eres, Kim —acarició enternecidamente el hombro del mayor—. Eres un excelente amigo.

JiMin no pudo apreciarlo con claridad pero sabía que en los labios de su amigo una sonrisa afloraba rodeada por dos hoyuelos.

Su pecho se encogió al saber lo mucho que NamJoon se preocupaba por él. Contar con su amistad era uno de los mayores privilegios que poseía, y no sólo él, también tenía la incondicional amistad de TaeHyung y HoSeok. Un par que, a pesar de no estudiar en la misma facultad que ellos, siempre se preocupaba por su bienestar y estaban listos para apoyarlo en cualquier circunstancia.

La luz del exterior se internaba en el pasillo que conducía a la salida. JiMin y NamJoon estaban a unos cuantos metros de aquellas grandes puertas cuando el menor preguntó:

—Oye, Nam, ¿cómo era el sujeto? 

El nombrado dudó.

—Ahora que lo preguntas no recuerdo haberlo detallado. Creo que tenía el cabello verde —pensando, llevó una mano a su bolsillo trasero y sacó unas llaves—. No. Creo que definitivamente llevaba el cabello azul.

Preguntas curiosas:

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Preguntas curiosas:

1. ¿En cuántos grupos de WhatsApp, en general, están metidos?

2. ¿Cuántos de esos grupos son dinámicos y divertidos?

3. ¿En cuál de esos estoy yo? 7u7

Si responden ganarán un corazoncito ♥

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