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-¿Un cachorro?
-Si mamá, es varón y desidi ponerle Rocko.
-Bonito nombre.
-Oye mamá en unos días cuando vaya a Barcelona te llegarán mis maletas, todo mi equipaje. Quiero que cuides bien todo ese material, ahí tengo unos cuadros que pinte para mi nuevo departamento.
-Sigues con la idea de irte a Nueva York cuando regrrses.
-Pues mamá, yo lo había olvidado, pero estuve hablando encontré una galería de arte muy hermosa que será toda mia. Quiero exponer mis pinturas para el mundo entero y Nueva York es un buen comienzo, además así podré trabajar directamente en la sucursal de allí.
-Que tal si nos mudamos todos.
-Mamá, déjame hacer esto sola, lo único que te pido es que cuides de mis cosas cuando lleguen.
-De acuerdo princesa, como tu digas, pero no olvides que te amo.
-Yo a ti mamita.
Una llamada sin duda alguna contraproducente, en dos días verlo a Barcelona y desde la cita no he sabido de Nicolas, y lo agradezco, porque aunque yo quisiera nunca podría tener algo con él, nunca funcionaria.
El pequeño Rocko es adorable, los días que lleva aquí han sido muy divertidos, Alexa muere de ternura con el y yo estoy encantada.
Me gusta muchisimo.
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-No lo creo, mi mamá nunca me ha puesto un avión privado a mi disposición.
-A mi mamá no le gusta que yo vaya en una aerolínea normal, esto es más seguro.
-Si obvio, y también más comodo.
-De hecho es lo único en lo que gasta exageradamente. Mi casa es de tema lo promedio, solo tiene a dos sirvientas y chofer. Mi mamá cocina y me enseñó a hacerlo.
-Increible, mi mamá no sabe ni calentar agua.
Ambas soltamos una carcajada y los ladridos de mi perrito nos hicieron reir nuevamente. Nicolas no viajo con nosotras, el muy idiota ni siquiera me miró, se fue en vuelo normal.
-Oye y cuéntame, que haras ahora que te gradues.
-Pues la verdad, siendo te sincera, no lo sé. Aun estoy pensando.
No quiero decirle a Alexa lo de Nueva York, no quiero que Nicolas lo sepa.
-Yo si se, me mudarse a América.
-¿En serio?
-Si. Quiero, manejar una de las sucursales de América yo sola, sin mi padre, creo que esa será mi mejor formación.
-¿Y a que parte de América iras?
-No lo se, aun lo estoy valorando también.
Volvimos a reir y seguimos conversando.
-Alexa traje montones de joyas, quiero presentarse las a tu mamá, quisas le gusten y las pone en su coleccion.
-Oye buena idea, una colaboración entre Rosse y Vermont, sería genial.
-¿Crees que a tu mamá le agrade la idea?
-Ojala que si.
No dejamos de hablar sobre futuros proyectos y cuando estábamos sobrevolando Barcelona, mi amiga sonrio ampliamente, una sonrisa nostálgica.
-Dio santo, dal qui sembra un sonno.
-No se que dijiste pero tu cara dice mucho. Si pensaste que es hermosa, estoy de acuerdo.
Volví mi mirada a ella y sonrei, miraba hacia abajo embobada como si la turista fuese ella.
-Me parece ilógico que no sepas hablar italiano.
-¿Que querias?, ya hablo Español, ingles, francés y hasta portugues, el italiano no me gustaba de niña.
-Es una pena. Cuando te lleve a Italia veras que es un país como ninguno.
-¿Y si te gusta porque no vives ahi?
-Alexandra hace más de 15 años que no voy a Italia, ya sabes porque.
La pena me inundo y ella lo noto porque rápidamente se dusculpo.
-Hay amiga lo siento, no quería que recordarás cosas malas.
-Tranquila, no he recordado nada malo. Solo que me da pena no poder visitar mi adorada Roma.
-Te entiendo.
-Señoritas, ya vamos a aterruzar, por favor pónganse los cinturones de seguridad.
-Si, gracias.
Ambas esperamos pasientemente hasta que la chica regreso y nos indicó por donde bajar.
En el agarre nos esperaba un auto para llevarnos a la mansion Vermont.
Desde la ventanilla del auto pude apresiar la belleza de una ciudad espléndida, eran las 6:30 de la tarde y todo estaba iluminado, la gente se movía a todas partes y mis ojos observaban con atención y sumo cuidado de no perder ningún detalle.
Alexa estaba junto a mi, sin pronunciar palabra alguna. Cuando llegamos a la mansion quede sorprendida por la exuberancia del lugar, recorde las mansiones de Roma.
-Bienvenidas.
Una señora muy mayor abrazo a mi amiga y luego a mi.
-Gracias nana.
-Señorita, es esta casa se habla mucho de usted. Es un placer conocerla.
-Igualmente.
-Pero pases, pasen al salon, la tu mamá está ansiosa.
-he, Nana¿Nicolas no ha llegado?
-Aun no.
-Gracias. Ven Analia, te presentaré a mis padres.
Entramos por un pasillo y llegamos a un enorme salon.
-¡Alexandraaa!
Una pequeña niña corrió hacia ella y la abrazo.
-¡Hijaaa, por fin!
Un hombre alto y rubio se acercó a ella y la levanto en el aire y la estrecho contra su pecho con amor.
-¡Papitooo!
-Mi princesitaa, te extrañe.
La abrazo fuertemente y luego vino Nicole.
-Mamita,¿ya me perdonaste?
-Cloro que si mi niña hermosa, mirate, estas presiosa.
La abrazo y le dio muchos besos en su rostro.
-Y para la tía Valeria no hay besos.
-Tía,  te extrañee, muchooo.-La abrazo y le do un beso enorme.-¿Y mi tío Fernando?
-Trabajando. Pero esta noche vendrá a la cena.
-Analia Lobateli,  un placer tenerte en mi casa.
-La señora Nicole me dio un abrazo calentito, de repetí extrañe a mi mamá más que nunca.
-El honor es mio Nicole.
-Ven te presento a mi esposo. Alexandro ella es Analia Lobateli, es amiga de Alexandra.
-Un placer Analia.
El tomo mi mano y me saludo.
-Y yo soy Valeria, un placer Analia.
Ella me dio dos besos.
-Por favor llámenme Ana.

Mi Mejor EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora