Caminaron por una plaza, buscando algo de comer, una botana como papas, un helado, algo que les calmara por un rato el hambre. Jimin en todo momento preguntaba cual era la sorpresa, tal vez era el salir y tener un día de pareja, pero Yoongi cada vez lo negaba simplemente no le decía otra cosa o sólo cambiaba de tema.
En este momento el atardecer los invadió, la noche se acercaba y con ello la sorpresa de Yoongi.
Por otro lado Jimin se había prácticamente rendido de una sorpresa grande, tenía ilusiones mayores pero sólo había sido un día normal. Aunque no se quejaba, pues la había pasado muy bien a lado del chico que lo traía loco.
Caminaron por las calles solitarias y alumbradas de todo Seúl. A lo lejos Jimin pudo visualizar la torre Namsan, iluminada en todo su esplendor.
–¿Vamos a subir?
Yoongi asintió sin aguantar su sonrisa enorme, tomando la mano de Jimin y entrelazandolas, caminaron hacia la torre. Una vez arriba tuvieron el hermoso panorama de lo que era Seúl, sus calles, edificio y alumbradas casas. Era una vista preciosa, pero había algo extraño.
Se suponía que mucha gente podía subir ahí, ver lo agradable de la vista y unas que otras parejas dejar el candado del amor. Pero al contrario de todo eso, solo Yoongi y Jimin se encontraban ahí.
–¿Yoongi?
–¿No te parece bello?– la vista de Yoongi se dirigió al cielo estrellado, despejado de cualquier nube–Dicen que si subes y ves el cielo nocturno con la persona que más quieres, su amor será para siempre.
El corazón de Jimin empezó a bombear de alegría. Su rostro rojo
–¿De verdad?– admiro el perfil de Yoongi
–En realidad lo inventé– soltó una carcajada al final de su mal chiste recibiendo un golpe en el hombro– ¡Lo siento! Es la primera vez que estoy aquí y estoy nervioso
–Eres un bobo, eso es lo que eres– puchereo Jimin. La verdad le había creído cada palabra y se había (solo un poco) emocionado
–En realidad...– tomó la mano del menor entrelazandola–Quiero decirte algo
–Dime– sus ojos se encontraron
Yoongi lo observó por un momento, teniendo en mente lo hermoso de su rostro, lo perfecto que encajaban sus ojos, sus labios, sus hermosas y sonrojadas mejillas brillando bajo la luna. Todo él, todo amaba de Jimin.
–Te amo– dijo con tanta sinceridad, los ojos de Jimin se cerraron ante la gran sonrisa, pero al momento desapareció cuando dejó de sentir la mano de Yoongi en la suya.
–¿Que haces?– preguntó al ver que buscaba algo en su bolsillo
Yoongi saco una caja negra de terciopelo, jugando con ella en su mano, debatiéndose si dárselo o no.
–Yoongi...es...¿lo que creo que es?– si respiración errática cortaba la estable voz
–N-No...bueno, si– los nervios lo estaban comiendo vivo– Se que aún somos jóvenes e inexpertos y que hay mucho por vivir y conocer tanto en la vida como entre nosotros pero...si tú aceptas...dentro de un tiempo te propondré matrimonio como se debe– suspiró dejando salir todo el aire. La atención completa de Jimin lo ponía más nervioso– Éste anillo es mi promesa de esa propuesta
–Yoongi...yo...
El mayor tenía miedo, miedo a su respuesta y que fuera botado como a un perro por tal atrevimiento, si, tal vez era demasiada pronto y su mente solo se imaginaba una vida junto a él, una vida hecha y una familia con él. ¿Era demasiado?
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Amándote sin querer [Yoonmin]
SonstigesHay una sabia frase que dice; «del odio al amor sólo hay un paso» Yoongi no entendía que es lo que de verdad significa y tampoco es como si le interesara mucho. Hasta qué conoce a Jimin. Un joven completamente entregado al estudio. Ellos dos son co...