Salió antes que su hermana se fuera, había querido ahora él pasar a la casa del menor por la gran sorpresa que le tenía. Se le hacía algo sencillo lo que le iba a regalar pero aún así, esperaba que le gustara mucho, se sentía nervioso por eso.
Pasó por una plaza dónde había encargado el gran regalo, para después pasar a la casa del menor, la dirección dada gracias a rogarle por más de una hora a su hermana. Y asi es como se encontraba cerca de la casa del menor, con una mochila en su hombro y una sonrisa en su rostro, manos sudandole estando muy inquieto. Tocó suavemente la puerta cuando ya estuvo parado frente a ella, una voz detrás se hizo escuchar.
–¡Oh! Yoongi ¿pero que...?– el menor lo miró sorprendido mientras veía la gran sonrisa que tenia el mayor.
–¿Puedo pasar?
Jimin no entendía nada y tampoco quiso preguntar, asi que sólo lo dejó pasar aún sin salir de su estado de extrañes. El mayor lo había sorprendido, él no debería estar ahi cierto. Era la primera vez que venia a su casa, sin ninguna invitación ni nada.
–¿Que hace aquí Hyung?– preguntó suavemente viendo que el mayor tomaba asiento en uno de sus sillones
–Quiero darte algo...se que soy un cabeza hueca y que mi actitud aveces no es la correcta pero...
–Digalo ya– se desesperó, los nervios que presentaba Yoongi era algo muy tierno
–Bueno...– metió la mano en su mochila– Perdón por haberme olvidado de tu cumpleaños– le entregó la pequeña cajita con un moño color azul encima. Se rasco la nuca una vez que Jimin tomó el obsequio
–Hyung...no tenias que...yo...– abrió la caja mirando su regalo. Abrió los ojos y empezó a gritar y saltar en su lugar– ¡Diablos! ¿Cómo supo que me gustaba el Gotcha?
–Bueno...un pajarito me lo dijo– sonrió arrogante
–¡Hyung deje de ser asi!– lo golpeó en el hombro suavemente causando la risa del mayor
–¿Te gustó?
–¿Que dice? Es el mejor regalo del mundo– se abalanzó a el mayor, abrazados fuertemente. Al principio Yoongi se sorprendió, sintiendo los brazos del menor en su cintura, apretandolo fuertemente, queriendo también estrecharlo entre sus brazos pero cuando apenas se había decidido en abrazarle, el menor se alejó.
–Tambien tengo algo para ti, sé que no es tu cumpleaños pero ya que estas aquí...– lo tomó de la mano y empezó a jalar a Yoongi con cara de duda
–¿Para mi? ¿Que es?
Jimin no contestó y sólo lo guió a un cuarto alejado de la sala, pasaron por un corredor largo hasta llegar a la puerta que al verla, supo que era de madera cara, tallada a mano y con pintura podría decirse que apenas seca. Se veía que no era muy recurrente que la abrieran, pues la perilla no estaba nada oxidada y cuando la giró el menor, ésta no rechinó.
Jimin lo invitó a pasar con un gesto de su cabeza, Yoongi lo miró inseguro, pero al ver la sonrisa amplia del menor no podía negarse. Al entrar a la habitación, ésta estaba llena de la luz solar, casi deslumbrado su vista, pero se le hacia muy mágico. A su derecha, se encontró con un espejo que ocupaba la pared en su totalidad, al ver el reflejo en él pudo observar un piano a sus espaldas, uno color vino, casi café. De inmediato se giró a verlo y casi corrió a él. Jimin rió ante eso.
Estando cerca de él pasó sus dedos suavemente por las teclas, percibiendo lo frías y suaves que estaban, miraba con alegría aquel objeto, aquello que tanto lo acompañaba en sus momentos de pensar, en ratos de compañía con su vieja amiga soledad.
ESTÁS LEYENDO
Amándote sin querer [Yoonmin]
DiversosHay una sabia frase que dice; «del odio al amor sólo hay un paso» Yoongi no entendía que es lo que de verdad significa y tampoco es como si le interesara mucho. Hasta qué conoce a Jimin. Un joven completamente entregado al estudio. Ellos dos son co...