Intrusos y otros animales. Parte 2.

2.8K 400 25
                                    

—¿Por eso a ti te respeta? —pregunté. Era cierto que solo la había visto retroceder ante Gareth.

—No me respeta, me vigila. Intenta entenderme, utiliza su inteligencia contra mí para averiguar la manera de llegar a controlarme a mí también.

—Me sorprende que Gaelle se deje manejar por ella.

—Gaelle tuvo que acabar con sus propios hijos para que no murieran de hambre —reveló—. El dolor de lo que hizo la trajo a esta existencia. Su afecto hacia Valetine es un reflejo de lo que le ocurrió. Nunca he tenido el valor de evitar esa relación. Valentine la conoce, y ha conseguido penetrar en su mente gracias a ello. Si le muestras tu debilidad, acabará contigo.

—Tú no haces esas comidas para adaptarte, ¿verdad? Lo haces por ella.

—Bueno, yo era sacerdote, Lena. Vivir en el pasado era una parte implícita de mi labor. Si hacer tres comidas diarias ayuda a mitigar el dolor y el temor de Gaelle, no puedo negárselas.

Me concedí un breve instante para pensar en ello, pero no tenía ánimos para continuar con la charla.

—Se hace tarde —le dije. Él se puso de nuevo en pie.

—Te recomiendo encarecidamente que mantengas a esta pobre criatura lejos del alcance de Valentine. Ya sabes que no le gusta recibir nuevos habitantes en esta casa.

—Sí, lo sé. —Suspiré.

Descubrir que cabía una pequeña posibilidad de que ese animalillo fuera Flavio, me produjo más felicidad de la que me creía capaz de sentir en esos momentos. Ese hecho había provocado que todo lo demás desapareciera durante un tiempo de mi mente. Los De Cote, Christian, los grandes predadores... Todo, excepto las palabras de Hernan. Me habían perturbado demasiado como para ser eclipsadas. ¿Había razones que explicaran el repentino cambio de Christian?

¿Unas razones lo suficientemente buenas como para que yo quisiera intentar protegerlo en lugar de huir de él? ¿Y si algo o alguien le estaba obligando? ¿Y si él en realidad no quería hacerme daño? Dios, ¡él sabía muy bien cómo interpretar su papel de gran predador! Algo saltó en mi interior, como si una fuerza se apoderara de mí. Tenía que comprobarlo. Gareth tenía razón, ningún gran predador deseaba tanto a una presa como para sacrificarse de la forma en que Christian lo había hecho por mí. Desde luego que no. Sentí ganas de salir a buscarlo, de ir y comprobar mi teoría, pero algo me frenó. Si su interpretación había sido tan brillante, dudaba que fuera a echarla a perder tan pronto. Si existían esas razo- nes, debía descubrirlas para saber cómo enfrentarlas. Pero, en ese caso, ¿cuáles eran mis opciones? ¿Aceptar el trato de Hernan? ¿Dejar que él me moldeara a su antojo? No, esa no podía ser una posibilidad. Aquello sería como meterse en un nido de serpientes ávidas por morder mi cuerpo. Pero, entonces, recordé a Christian, y la pálida e inerte imagen de mis pesadillas. Tal vez había llegado la hora de buscar ayuda en otra parte.

No había nadie en la casa excepto la única persona que parecía formar parte del mobiliario, Gaelle. Ella estaba sentada frente a mí, bordando un bonito diseño en un pequeño pañuelo. De vez en cuando, alzaba la mirada por encima de sus gafas y me sonreía. No necesitaba ningún tipo de corrector visual, era solo un elemento añadido a la gran lista de cosas que hacía para parecer normal. Gareth estaba fuera, con Valentine. Siempre intentaba que nosotras coincidiéramos el menor tiempo posible bajo el mismo techo, algo por lo que le estaba tremendamente agradecida. Entre otras cosas por- que así podía soltar a Flavio por la casa de vez en cuando.

Lisange, obsesionada como siempre por mi seguridad, había ido a comprobar que todo seguía en orden por los alrededores, y había dejado a Reidar vigilando las pequeñas calles que rodeaban la casa, algo que, a mi parecer, se contradecía un poco con su afán protector. Por mucho que ella lo amara, yo no dejaba de sentirme algo susceptible ante la idea de que un miembro de la Orden de Alfeo velara por mi seguridad en las distancias cortas. Sin embargo, en ese momento, tener a Reidar tan cerca me ofrecía una nueva posibilidad.

Trilogía Éxodo (Éxodo, Revelación y Jueces)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora