Capítulo 17

79 9 1
                                    

De nuevo me encontraba andando por los pasillos de aquel edificio que me parecía cada vez más familiar, el señor Lamnywhaan se encontraba frente a mí, dándome la espalda mientras me guiaba por aquellos largos pasillos. Había logrado memorizar el camino desde la entrada al campo de entrenamiento, al bonito jardín, a la sala de reliquias (nombre así a la habitación con las vitrinas que contienen las armas y los collares) y al comedor y sí; tenía que desandar todo el camino si quería moverme a alguna de esas habitaciones y empezar de nuevo desde el punto de partida.

—¿Adónde vamos? —las piernas comenzaban a dolerme, el señor Lamnywhaan podría ser mayor pero se movía tan malditamente rápido que casi tenía que trotar para seguirle el paso.

—A un lugar tranquilo donde podamos hablar —fruncí el ceño, en mi opinión este pasillo era bastante tranquilo, podría tirarme ahora mismo al suelo y hablar hasta que mis extremidades inferiores hormigueaban por el entumecimiento, de verdad podía hacerlo, sólo necesitaba que dejara de caminar como si le estuviera persiguiendo un usurero. Aún así, no pronuncié ni una palabra; quizá aquel lugar al que nos dirigiamos era tan bonito como el jardín que tanto me gustaba—. Llegamos —al atravesar la puerta no había plantas ni tampoco una espléndida vista del cielo, pero el sitio tenía encanto; era la biblioteca, donde ya había estado hace algunos días, aunque no recordaba que hubiese recorrido tanto la última vez para llegar aquí. Avancé un poco más siguiendo al señor Lamnywhaan hasta llegar al pie de unas escaleras que no había visto hasta ese momento. Ascendimos hasta un segundo piso que consistia cuando mucho en siete metros cuadrados, si contamos el grosor de las grandes estanterías claro está. Los libros en ellas parecían curiosamente más viejos y descuidados que los que había visto en la planta baja, además, despedían un curioso olor; kareishu, el mismo que despedía el señor Lamnywhaan. Con un ademán me indicó que me sentase frente a la pequeña mesa rodeada por las estanterías, poco después él tomó el lugar que quedaba disponible frente a mí—. Si mi memoria no me falla, ya te he hablado un poco sobre los brujos y hechiceros —coloque ambos brazos sobre la mesa y me incliné ligeramente hacia él, repentinamente interesada por el tema. Asentí—. Los hechiceros se enfocan en proteger a los habitantes, crean pergaminos especiales que se colocan en las puertas de las viviendas y crean barreras invisibles que impiden el paso de los Oscuros, también son capaces de crear escudos durante un enfrentamiento y pueden luchar, pero eso agota más rápido sus energías, además de ser débiles en comparación a un brujo —hizo una pequeña pausa para mirarme fijamente, esbozó una pequeña sonrisa y continuó—. Por otro lado los brujos pueden hacer casi cualquier cosa, pueden proteger, luchar y hasta manipular la realidad, pueden... —su voz fue apagándose como la llama de una vela hasta extinguirse, lo miraba gesticular pero sin emitir sonido alguno, fruncí el ceño y pronuncié un "perdón?" que nunca se hizo oír, entonces el pánico comenzó a invadirme después de que la idea de estar siendo arrastrada al mundo de los Oscuros apareció en mi mente.

—Emma —una extraña voz hizo eco en mi cabeza, era dura, clara y demandante—. Encuéntrame —sentí cómo momentáneamente el aire se atascó en mi garganta, ¿encontrarla? Observé a mi alrededor, no había nadie más en la biblioteca además del señor Lamnywhaan, quien me observaba con parsimonia y ya había dejado de "hablar"—. ¡No! —me reprendió—. No me busques con tu cabeza, no me encontraras de esa manera. Buscame con tus sentidos —cerré mis ojos, me recargue contra el respaldo de mi asiento y me dispuse a controlar mi taquicardia mediante respiraciones profundas. Me encontraba exhalando la última bocanada de aire cuando un cosquilleo ascendió por mi espalda y la piel me vibró, abrí los ojos completamente hipnotizada por aquella sensación, eché una mirada detrás de mi espalda y me levanté de mi lugar, descendí por las escaleras—. ¿Estás segura? —el tono retador de aquella voz me hizo detenerme en medio de la habitación, la sensación en mi piel era chispeante y embriagadora y entonces sonreí.

—No —esta vez mi voz se elevó y produjo un eco, no tenía ni idea de qué rayos estaba pasando, pero era fascinante. Continué mi camino, salí de la biblioteca, anduve un par de minutos y me detuve en un pasillo que conectaba con otros tres, giré a la derecha con una decisión sin sentido y de pronto me encontré en el bonito jardín, frente a una estructura translúcida cubierta de ropas negras  .

—Es hora de practicar —de pronto aquella figura se volvió sólida, dejando la translucidez en el pasado junto a la sensación chispeante. 

—Así que la aceptas como tu aprendiz —me sobresalte al escuchar la voz del señor Lamnywhaan justo detrás de mí.

—¿En qué momento...? —él me miró y me dedicó guiño

—Te dije que ellos pueden modificar la realidad, no me viste levantarme y caminar detrás de ti porque ella no quería que me vieses, pero siempre estuve ahí. Además, detuvo mi explicación a la mitad —le dedicó una mirada cargada de reproche.

—No necesita que le expliquen algo cuando se lo puedo demostrar —aquella persona se quitó la capucha, dejando ver a una mujer mayor muy pálida. 

—Emma, ella es Tánatos, ya se han visto un par de veces. Ella será tu maestra —y entonces me volví de piedra. Vale, eso si que no me lo esperaba—. Debes aprender de ella todo lo que puedas, pero primero debes creer que puedes hacerlo.

—Si eres lo suficientemente capaz, entenderás que las personas ven el mundo a través de un cristal y que tú tienes la habilidad de romperlo. Para ti todo lo que existe es manipulable, te darás cuenta de que nada es cien porciento real una vez que eres capaz de modificarlo todo, tú lo controlas, tú lo moldeas —miré a Tánatos como si esta fuese una chiflada. 

—Confía en tus capacidades, eres diferente y eso no debe asustarte —el señor Lamnywhaan colocó su mano sobre mi hombro y fruncí el ceño, ¿en realidad estaba asustada? Sí, joder, lo estaba.


LOST (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora