La hora de la cena llegó demasiado rápido para mi gusto y no podía evitar sentir el cuerpo hecho un manojo de nervios al estar sentada en la mesa del comedor entre mi madre y mi hermano, frente a nosotros un Axel con la espalda recta esbozaba una sonrisa incómoda y no era para menos, ahora mismo el ambiente se sentía como esas escenas de las películas donde los polis interrogaban a los sospechosos en una habitación oscura con una única luz apuntandoles a la cara, haciéndolos sudar frío. Una vez que mi madre terminó de servirnos la cena observó a Axel, el cual se llevó un trozo de bistec a la boca, un platillo que rara vez comíamos en esta casa, lo que indicaba que este era un momento importante y necesitábamos parecer gente civilizada y no tres locos, o que la carne estaba por caducar. Giré mi rostro hacia Ian, le fruncí el ceño y le señale la comida con los ojos, él simplemente se encogió de hombros y dibujó una equis con sus dedos, muy bien, la carne estaba por caducar, aquello me levantó una pesadez de los hombros que ni siquiera había notado, al menos la situación no parecía ser tan mala.
—y bien... ¿Axel? —mi madre entrecerró los ojos en su dirección, fingiendo recordar su nombre. Axel se aclaró la garganta con un carraspeo, dejó los utensilios y la miró a los ojos.
—Brown, mi nombre es Axel Brown, un gusto —él le extiende su mano por encima de la mesa y mi madre la estrecha, sin decirle su nombre.
—Esa motocicleta... ¿de dónde la conseguiste? —fruncí el ceño en su dirección; no entendía si estaba insinuando algo o si realmente estaba interesada en esa máquina infernal.
—Fue un regalo de mi abuelo —la sonrisa llena de nostalgia que esboza me enternece y no puedo evitar sonreírle, cuando él lo nota su sonrisa se vuelve más amplia, mostrando su dentadura. Mamá me da un puntapié por debajo de la mesa y un salto en mi lugar, giro mi rostro hacia ella y la miro, me guiña un ojo sin que Axel lo note y rápidamente siento un fuerte calor en las mejillas, <<Dios, por favor, sólo llévame>>.
—¿Y desde cuando sales con mi hermana? —me atraganto con el jugo, me golpeo suavemente el pecho y lo miro como si le hubiese crecido otra cabeza, ¿qué rayos le pasa? Él gira para verme y entiendo la disculpa que me dedica con la mirada, es ahí cuando lo entiendo; todo es obra de mamá, a saber con qué le habrá extorsionado para que se presentase a esto.
—Alrededor de un mes y medio, ¿quizá? —giro tan rápido el rostro que siento un ligero mareo, Axel me mira con una sonrisa plasmada en los labios, <<olvidalo Dios, no me lleves aún, al menos necesito vengarme de estos tres>>
—¡Oh! ¿En serio? ¿Por qué no me habías dicho nada Emma? —y ahí estaba yo, con un trozo de carne en la boca y tres pares de ojos viéndome fijamente, ¿pero qué diablos? Me aclaro la garganta, me remuevo en mi lugar, pongo la espalda recta y con un poco de jugo ayudo a desliar la comida por mi esófago.
—Esperaba que fuera más serio, tu sabes, un mes y medio no es suficiente para saber si es una relación... duradera —le lanzo una mirada furtiva a Axel quien parece estarse divirtiendo con todo esto.
—¡Aún así debiste de habermelo dicho! Es tu primer novio cariño —la mano de mi madre me acaricia la mejilla y me mira con ternura, de verdad que todo esto no podría ser más vergonzoso.
—¿De verdad? No tenía ni idea —miro a Axel, me guiña un ojo cuando nadie más lo ve y no puedo evitar notar el parecido entre él y mi madre; sus personalidades encajan muy bien.
—Bueno, regresando al tema de la motocicleta —ruedo los ojos y suspiro.
—¡Mamá! —nos quejamos mi hermano y yo al unísono y ella nos frunce el ceño.
—Tus días de gloria ya acabaron, se terminó, finito —esta vez soy yo quien mira a mi hermano con las cejas apuntando al cielo, lo observo acabarse toda la comida de un bocado, tomar el jugo e irse por las escaleras. Volteo hacia mi madre la cual se encuentra haciendo un casi imperceptible mohín y sonrío, si el plan era actuar normales que sepa que todo se fue al traste, porque esta familia podía ser de todo menos normal. Me río en su cara y ella suelta un bufido.
—"Tus días de gloria ya se acabaron, se terminó, finito" —imita con voz chillona mientras ataca al trozo de carne con su tenedor y cuchillo—. Ni que estuviera tan vieja —farfulla y vuelvo a reír, Axel me dedica una mirada divertida que desaparece inmediatamente después de ver el brillo morado en mi pecho, yo observo el suyo y entonces el frío me golpea la espalda como si de un balde de agua fría se tratase, me levanto tan rápido como puedo y retrocedo, alejándome de mi madre, evitando traerla al mundo de los Oscuros. Axel se acerca a mí a paso veloz y me toma por los brazos, obligándome a conectar nuestras miradas.
—Es diferente —susurro confundida; la sensación de esta aparición no era la misma a las anteriores—. Se siente más ligero —observo la forma en la que la mandíbula de Axel se tensa y recorre la habitación con la mirada.
—Ahora necesitan menos fuerza para abrir la puerta entre nuestros mundos. Esta vez tenemos que encontrarlo e ir por él —una vez que comprobó que el Oscuro no se encontraba dentro de la habitación volvió a mirarme a los ojos—. Necesito que lo encuentres, ¿puedes? —tragué duro, asentí y cerré mis ojos después de tomar su mano, necesitaba saber que no estaba sola en esto. Tomé una gran bocanada de aire y dejé que mi mente quedara vacía; era momento de poner en práctica todo lo que había aprendido hasta ahora. Un cosquilleo me recorrió el brazo y entonces me centré en esa sensación, abrí mis ojos y giré el rostro.
—Está en el jardín —Axel siguió mi mirada y comenzó a caminar hacia la puerta trasera de la casa, llevándome con él aún tomados de la mano, sujeto el pomo de la puerta y hasta entonces me dejó ir para sacar un pequeño artefacto de su bolsillo, lo sujetó con fuerza y me miró.
—Necesitaré que me cubras la espalda, sé que Elizabeth y Tánatos aún no te han enseñado todo lo básico, pero recuerda; piensa en lo que más deseas proteger y todo saldrá bien —asentí y lo seguí afuera una vez que abrió la puerta, observé como el artefacto en su mano liberaba dos largas y puntiagudas hojas hechas de obsidiana que con una ligera sacudida comenzaron a brillar. El oscuro se encontraba frente a nosotros, elevándose en el aire, mostrando cuán espeluznante era y antes de que siquiera pudiese hacer algo en contra de nosotros Axel se lanzó a por él, hizo girar su arma en su mano y tras fallar el primer golpe el Oscuro se abalanzó sobre él, abriendo su boca y liberando una espesa niebla hacia él. Elevé mis manos y visualicé a mi madre en la cocina, completamente indefensa, entonces una barrera apareció frente a Axel, protegiéndolo de la neblina que chocaba con fuerza contra el escudo, el gran circulo dorado lleno de símbolos que flotaba frente a mis manos comenzó a desvanecerse, haciéndome saber que la barrera se debilitaba ante el ataque. Cerré mis ojos y proyecte en mi mente a mi hermano, a Derek, Sam, Nancy, Stacy, la señora Morrison, al profesor Simons, al señor Lamnywhaan, Elizabeth, hasta a Tánatos y a la señora Elena, visualicé a todos aquellos a los que estimaba y a todas las buenas personas que había conocido a lo largo de mi vida, no se merecían sufrir por mi culpa, no se merecían nada de esto, ni siquiera un poco. Abrí mis ojos y observé como el Oscuro dejaba de expulsar aquella cosa oscura de su boca y giraba hacia mí, cambiando de objetivo, el gran circulo frente a mí brillaba con fuerza y cuando él decidió atacarme de la misma forma que lo había hecho con Axel el gran circulo explotó, sacando chispas a su alrededor y un gran rayo golpeó al Oscuro, haciéndolo retroceder, Axel aprovechó su momento de debilidad y lo atravesó por la espalda con una de las puntas de su arma, una luz morada comenzó a emanar de su herida y pronto todo el Oscuro se iluminó y se consumió en cenizas rojas. Mis piernas flaquearon y caí de rodillas contra el césped mojado, ensuciando mis jeans de lodo, unos brazos me rodearon y un pecho me dio calor, elevé la mirada y me encontré con la de Axel.
—Bien hecho —susurró en mi oído—. No estaba enterado de que ya supieras cómo hacer un ataque con tus poderes.
—No sé qué fue eso —confesé—. Sólo... sucedió —observé mis manos con el ceño fruncido, encontrándome a mi misma confundida y sorprendida a la vez.
—Emma, ¿qué fue eso? —la voz temblorosa de mi madre me hizo girarme hacia la puerta trasera de la casa, ahí donde ella se encontraba parada, sujetándose del marco y con una mano en el pecho, completamente pálida.
—Yo... —"lo siento", fue lo que quise decir antes de sentir mi cuerpo tan pesado como el concreto y que la oscuridad me envolviese en sus brazos, apartandome de la conciencia.
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LOST (Borrador)
FantasíaSinopsis. Los Oscuros habían dominado este planeta desde hace muchos años, infundiendo miedo en los corazones de la gente, creando estragos en las calles... y robando almas de inocentes. Afortunadamente, han pasado bastantes años desde aquella época...