-¡Emma! ¡Venga, levanta! -mi hermano pasa gritando por el pasillo a todo pulmón y sé que es hora de prepararme para ir a la escuela. Me incorporo en la cama y lo primero que veo es a una de mis piernas atrapada entre las sabanas como si estas fuesen pitones-. No puede ser, no de nuevo -me quejo mientras comienzo a deshacer aquel desastre.
Bajo las escaleras lista y me dirijo al comedor donde mi desayuno espera por mí, lo devoro rápidamente y en silencio, intentando desaparecer lo más pronto posible del radar de mi madre. Me levanto de mi lugar, tomo mi loza sucia y prácticamente corro a lavarla, para después salir pitando escaleras arriba, no miro a mi hermano pero sé que tiene una sonrisa socarrona porque le conozco a la perfección.
-¡Emma! ¡Alguien te busca! -la voz de mi hermano llega a mis oídos justo cuando estoy dejando en su lugar mi cepillo dental.
-¡Ya voy! -me coloco la mochila sobre el hombro y bajo a la primera planta, mi hermano está parado en la puerta y hay un chico alto al otro lado, frunzo el ceño mientras camino hacia ellos, mamá ya debió de haberse ido al trabajo, pues no hay rastro de ella. Mi hermano me dedica una mirada cuando llego a su lado, ve de soslayo al chico frente a nosotros y sale de casa con la mochila al hombro camino a la universidad. Salgo cerrando la puerta tras de mí, le echo el seguro y guardo las llaves en mi mochila bajo la atenta mirada de aquel chico, carraspeo un poco y conecto mi mirada con la suya-. ¿Se te ofrecía algo? -pregunto con educación y me siento ligeramente avergonzada al notar lo atractivo que es; mandíbula cuadrada, piel ligeramente bronceada, cejas gruesas y oscuras, pelo negro despeinado con ondas, un poco largo y ojos color miel, llevaba una playera color verde militar con cuello en V y unos lentes oscuros bastante bonitos colgando de ella, no me atrevo a observarlo más pero de alguna forma sé que todo en él grita "varonil".
-Richard me pidió que cuidase de ti a partir de ahora -el sonido de su gruesa voz erizó los vellos de mi piel y sentí un ligero escalofrío trepar por mi espalda.
-¿El señor Simons? -pregunté, sólo para asegurarme y él asintió. Aparté la mirada de sus ojos y voltee a ver el césped de mi casa mientras fruncía el ceño, analicé las cosas un momento y suspiré, relajé mi cuerpo y observé la hora en el reloj que traía puesto sobre mi muñeca porque había perdido estúpidamente mi móvil, sentí un pequeño paro cardíaco cuando me di cuenta que si me iba ahora mismo llegaría con diez minutos de retraso a la escuela, la primera hora de hoy era calculo integral y la verdad no es como que sea la materia en la que mejor me va-. ¡Tenemos que irnos a la escuela! -eché a correr hacia la parada de autobús, pero aquel chico me tomó de la muñeca, tiró de mí y como no vi venir aquel movimiento me estrellé contra su pecho duro, me llevé la mano a la nariz y eché la cabeza para atrás alejándola de su fornido cuerpo-. Ouch.
-Lo siento, pero no hace falta correr -elevó su mano y con el pulgar señaló algo detrás de él, lo miré un poco enfadada por el golpe mientras sobaba la punta de mi nariz y seguí la dirección de su dedo, una gran motocicleta negra se encontraba estacionada a lado de la acera y mi ojos casi se salen de mis cuencas.
-No me subiré a esa cosa del demonio -escupí de forma impulsiva y el elevó una ceja al cielo, mierda, ¿cómo este tipo puede ser tan malditamente atractivo?
-No llegarás a tiempo si yo no te llevo -bufé y lo miré, él esbozó una pequeña sonrisa de victoria y sentí la sangre subir a mis mejillas. Caminé hacia la motocicleta a regañadientes seguida de él y me coloqué a un lado de ella, él subió primero y me miró.
-¿Cómo te llamas? -pregunto al darme cuenta que me subiré con un extraño al vehículo con más tasa de mortalidad y accidentes de todo el mundo, definitivamente estoy mal de la cabeza.
-Axel Brown -la ligera diversión en su voz no me pasó desapercibida y le dediqué una mirada venenosa. Observé el asiento trasero y suspiré; era demasiado alto para mí.
-Está demasiado alto -confesé en un susurro y noté la forma en que Axel observó mi estatura y el asiento trasero, que, en mi defensa, era más alto que el suyo. Bajó de la moto y lo que siguió pasó tan rápido que no tuve tiempo alguno de quejarme o propinarle una patada en la cara; Axel se acercó a mí, me tomó por las caderas, me levanto del suelo con facilidad, me sujete de sus antebrazos por inercia y me depositó en el asiento trasero de su motocicleta. Sin decir nada pasé mi pierna al otro lado del vehículo y miré a Axel subir nuevamente a la motocicleta, tomó el casco que estaba sobre el tanque de gasolina, me lo tendió, lo tomé y me lo coloqué, lo observé quitar las gafas de sol oscuras del cuello de su playera y colocárselas. Axel encendió el motor y un fuerte rugido llegó a mis oídos, mis manos viajaron rápidamente hasta su cintura y me apreté contra él de forma inconsciente, percibí una vibración de su cuerpo y supe que se estaba riendo de mí, «idiota». Elevó la pata de la motocicleta y su rostro se giró un poco hacia mí, permitiéndome verle de perfil.
-¿Lista? -colocó su mano sobre una de las mías en su abdomen y sentí que mi temperatura subía; jamás fui una persona que tuviese mucho contacto físico con los demás y mucho menos con los hombres, los únicos chicos con los que suelo hablar son mi hermano Ian y mi mejor amigo Derek, pero ni siquiera los abrazos con ellos van más allá de lo ocasional. Asiento en silencio mientras me permito sonrojarme, aprovechando el hecho de que no puede ver mi rostro tras el casco y entonces retira su mano, la coloca en el manubrio y esta cosa endemoniada comienza a avanzar, «espero que esto valga la pena».
(Axel no tiene barba, pero es lo más cercano que encontré a él)
ESTÁS LEYENDO
LOST (Borrador)
FantasiSinopsis. Los Oscuros habían dominado este planeta desde hace muchos años, infundiendo miedo en los corazones de la gente, creando estragos en las calles... y robando almas de inocentes. Afortunadamente, han pasado bastantes años desde aquella época...