CAPITULO 16

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Las semanas pararon y Danny ya estaba recuperado del todo de sus heridas así que ya había empezado a trabajar como si no hubiese pasado nada. Ese fin de semana tenían una misión bastante importante por la cual no podía recoger a su pequeña, cuando esta se entero le suplicó que la dejase con Alexandra ya que ella no tenía que trabajar, Danny accedió ante la petición de su pequeña.

-Venga Alex vamos a la playa-. Suplica la pequeña con un puchero.

-No se yo si tu padre...-.

-No tiene porque enterarse-. Sonríe.

-Si es que haces lo que quieres conmigo pequeña diablilla-.

-Eso es porque me adoras-.

-Que creído te lo tienes-. Ríen fuerte. - ¿A ver tienes todo lo necesario?-.


-Me ofende la pregunta-. De su mochila saca una toalla. -Siempre vengo preparada-. Alexandra ríe.

En apenas unos minutos Grace ya había soltado sus cosas y estaba corriendo al agua con su bikini de flores rojas. La playa de Waikiki estaba llena de turistas, algo bastante habitual. Alexandra se acercó a donde la pequeña Williams había soltado sus cosas y se sentó viendo al agua para seguir cada uno de sus movimientos.

Su mente empieza a viajar lejos, preguntándose como estarían las cosas por casa, En Henrry y lo buen hermano mayor que seguro que estaría siendo; su niño bonito; Rossi con sus románticas frases de galán italiano... Hoch y Jack, incluso en Savannah y De....

-Ey Alex-. Llama su atención. -¿Por qué no te metes?-.

-No me apetece Gracy-. Le sonríe. -Otro día nadamos juntas te lo prometo-.

-Vale-. Se sienta a su lado y empieza a jugar con la arena. -Sabes me gusta pasar tiempo contigo-.

-A mi también-. Le sonríe con ternura.

-Me gustaría que Amber fuese más como tú-.

-¿A que te refieres?-. Pregunta sorprendida.

-Olvida lo que dije-.

-Cariño confía en mi, puedes decirme lo que quieras-.

-Es que tu te portas tan linda conmigo y me gustaría que ella fuese realmente así-. Hace una pausa. -Es que cada vez que llego a casa de sorpresa finge buena cara cuando se siente fastidiada. A Danno le dice que le gusta pasar tiempo conmigo pero es mentira, lo caigo mal. Todo eso lo dice para hacerse ver con él...-. Suspira cansada. -¿Además cuantos años tiene doce o trece más que yo? Dentro de un par de años se aburrirá de mi padre, lo hará sufrir y no quiero que eso pase-. Dice con expresión triste.

-Oh cielo-. La abraza.

-No se lo digas por favor-. Suplica aún en sus brazos.

.............

Grace había dormido en la casa de Alexandra, La mayor había tenido la idea de desayunar con Danny así que nada más levantarse se prepararon, cogieron sus cosas y las magdalenas que habían echo el día anterior y se fueron a casa de Danny, todo parecía que iba a ir bastante bien hasta que Grace se empeño en entrar sin avisar a Danny y sorprenderlo con el desayuno ya listo sobre la mesa de la cocina. Cuando estaban acabando vieron salir a Amber de la habitación del rubio con una de sus camisas cubriendo su desnudez, Amber les dedicó un sonrisa.

-Umm que rico esto de levantarse y tener el desayuno sobre la mesa-. Coge una magdalena.

-Que dice...-. Danny se queda callado al ver a las tres en la cocina. -¡Oh monita!-. Le sonríe cuando esta cerca y le besa la frente. -Pensé que ibais a venir más tarde-.

-Alex tuvo la idea de que podíamos desayunar los tres juntos-. Recalcó esas últimas palabras viendo a Amber.

-Si pero no pensamos que podrías estar ocupado-.

-Pues lo está-. Danny mira para Amber y recuerda las fachas que lleva.

-Oye Amber porque no te vas a cambiar-. Amber lo mira unos segundo y se va contoneándose hacía la habitación. -Siento la situación-. Le dice a Alex.

-No te preocupes, la culpa es mía por no haber insistido en llamar a la puerta pero es que Grace quería darte una sorpresa-.

-Toma Danno pruébalas-. Le acercó la bandeja. Danny cogió una.

-Guau está deliciosa-. Le da otro mordisco a la magdalena. -¿Donde las habéis comprado?-.

-Las hicimos nosotras, Alex me enseñó-.

-Están algo secas-. Interrumpe Amber. -Y saben un montón a harina-.

-No creo que...-. Va a hablar la morena.

-Amber , no tenías algo del trabajo o no se que cosa a primera hora de la mañana, es mejor que te marches ya no vaya a ser que llegues tarde-.

-Si pero...-.

-No quiero que llegues tarde por mi culpa-. Coge su bolso de la silla y se lo entrega. -Vamos que te acompaño-. Tras acompañar a su novia y despedirse vuelve a la cocina. -No le hagáis caso, están muy buenas-.

-Me alegro de que te gusten, están echas con mucho cariño-. Le sonríe.

Un giro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora