Capítulo 2

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Adam

Estoy tan irritado de escuchar a todos los niños lloriquear porque no tienen el pastelillo de su color favorito, o porque creen que alguno hizo trampa en algún juego infantil, veo como un pequeño niño rubio le grita a su madre para quedarse un poco más de tiempo en la fiesta de cumpleaños. No suelen ser muy seguidas las veces en que me encuentro en esta situación debido a que mis chicos prefieren estar ellos solos, después de todo son tres, compañía no les hace falta pero la maestra de su primer año me comentó que les sería de utilidad "socializar un poco más" sé que es su trabajo pero ella no los conoce como yo, parecen ser tres angelitos que los une un amor fraternal cuando en realidad son miembros de un club muy exclusivo al cual no dejan entrar a cualquiera

Los localizo de inmediato y noto que ahora están tranquilos, Jake está más entretenido con su lectura actual que con todos los niños que corren a su alrededor, Jace dibuja sobre una de las servilletas con el plumón de color negro que siempre carga a todos lados y Jared juega con su video juego portátil, aparentemente todo va bien.

— Entonces... Adam ¿No te apetecería ir por una copa? — a mi lado se sienta Marisela, una de las mamás que hay en el colegio, su insistencia en salir juntos me está causando verdadera molestia, trato de mantener la compostura, recuerdo a mamá diciendo que a una mujer siempre se le habla con respeto y ¿Qué puedo hacer con ella? No daña a nadie solo no se da por vencida.

— En realidad estoy ocupado.

No quise decirle lo cansado que estaba de su insistencia, pero tampoco le estaba mintiendo, con mis tres hijos no me queda demasiado tiempo para cualquier otra actividad que no sea trabajo, almuerzos, limpiar desastres o pedir disculpas por sus bromas.

— Quizás deberías tomar un descanso, ya sabes...—comienza a pasar su mano por mi hombro poniéndome tenso—disfrutar un poco...

Antes de alejarla escuché la inconfundible voz de Jake.

— Me parece muy ilógico que vayas a soplar las velas de tu pastel de cumpleaños si no sabes de dónde proviene, las velas de cumpleaños se usaban para proteger a quien cumplía años de los demonios del año siguiente, claro que el cristianismo después rechazó la celebración por ser un "ritual pagano"

Vi como la pequeña niña castaña de dos coletas altas y corona miraba confusa a Jake, el mayor de los tres era sorprendentemente inteligente para su edad, pero había veces en que debía intervenir antes de que algo saliera mal.

— Mamá...—la niña tenía los ojos cristalizados y decidí que era momento de actuar.

— Perdón—me alejé a toda velocidad de Marisela, no podía perder ni un segundo era solo cuestión de tiempo para que los otros dos pequeños hicieran una de las suyas — Jake, campeón ¿Puedes venir? —vi la mirada de mi pequeño hijo y con esos ojos color verde hizo lo mejor que pudo para disculparse con la niña.

— ¿Qué pasa papi? —se sienta en uno de los lugares vacíos.

— ¿Recuerdas lo que hablamos de que hay momentos para decir las cosas?

— Yo no hice nada malo, solo le di un... ¿Cómo le dicen? Ah, sí. "Un dato curioso" y según mi análisis es el momento correcto ya que le dije que significaban las velas anteriormente y es su cumpleaños, no es mi culpa que no me entienda—Eso era verdad, no era su culpa que los niños de su edad no le entendieran, por ello se llevaba mejor con sus hermanos.

— Existen formas, pudiste decírselo después, quizás mañana durante clases. Solo cuida un poco más tus palabras, eres un niño muy inteligente Jake y por eso hay quienes no te van a entender ¿De acuerdo?

Todo lo que nunca quiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora