Capítulo 1

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Cassandra

Sé que no soy perfecta, pero ¡Vamos! Tampoco creo que eso deba influir demasiado en mi maldita vida amorosa. La lista de casi relaciones falló antes de que algo comenzara.

Hombre casado. Listo, y creo que fue la peor experiencia, descubrir que eres la otra es un sentimiento que no le deseo a nadie.

Hombre obsesivo con el trabajo. Casi estoy segura de que fue el primero y todo fracasó porque él tenía otras prioridades.

El típico chico malo. Por su puesto, fue mi novio en preparatoria y nada terminó bien en esa relación.

Mejor amigo con derechos. Funcionó, hasta que descubrimos que solo queríamos una linda amistad.

Y volví a quedar sola, no es algo que me importe demasiado, digo, después de todo solo tengo veintidós años, existe tiempo lo que al parecer no existe son hombres con los que encaje, hubo mi relación más duradera, pero él quería hijos y matrimonio, todo muy de golpe. Sobra decir que no soporte su presión y hui de él, es por ello que estoy en el aeropuerto de la ciudad de Boston esperando a que mi lindo hermano mayor venga a recogerme.

Sujeto la única maleta que tengo conmigo y comienzo a buscar un taxi, llevo una hora esperando y mi paciencia no es la mejor del mundo, antes de hacer cualquier cosa intento marcarle, pero no me responde, ¡Estupendo! ¡Primero el vuelo se retrasa! ¡Después el mocoso del avión derramó su bebida en mi camisa favorita! ¡Y ahora debo esperar a David! Analicé la situación y quizás lo mejor es que me instale en mi pequeño departamento antes de hacer cualquier cosa, calmarme porque aun tengo el estrés del viaje.

— ¡Cassandra! ¡Cassandra! —el grito de mi hermano me hizo girar de inmediato y en cuanto divisé su hermosa cabellera pelirroja corrí a sus brazos llena de emoción, no creí que verlo de nuevo me haría tan feliz hasta que sentí mis mejillas húmedas— No llores mi pequeña Cassy, yo también te extrañé mucho.

Me presiona en su pecho mientras besa mi cabeza, amo cuando hace eso, David es mi único hermano y solía hacer lo mismo cada vez que tenía miedo por las noches.

— ¿Ya viste la hora que es? Tu siempre tan impuntual—digo cuando recupero un poco la compostura, se ríe de mi queja y toma la maleta que tiré al suelo.

— Hermanita, tu sí que viajas ligero ¿Es todo lo que debo cargar o hay una super maleta en otro lado? —niego con mi cabeza, jamás comprendí a las personas que llevan miles de maletas enormes, mis planes no eran quedarme a vivir aquí y él lo sabía, pero no se lo recordaría a cada instante.

— El lugar que elegiste es del tamaño de una caja de zapatos, pude haberte recibido en mi casa y lo sabes.

Lo sabía, de hecho, creo que él sería muy feliz si fuera de esa manera, pero no coincido con la vida nocturna de David, también me gusta salir mucho, es poco el tiempo que paso en los lugares que rento, jamás tuve la necesidad de comprar una casa, opino que eso es atarme a un lugar y no soy creyente de establecerme en un solo lugar o con una persona.

— Estaré bien, solo soy yo, no necesito demasiado espacio—me examinó un poco y pude ver la negación en su mirada.

— Estás demasiado delgada, ¿Comes bien? ¿Y que con esto? —señala la maraña de cabello rojizo en mi cabeza ¿Qué tiene? ¿Una chica ya no puede salir con un moño descuidado a la calle?

— Te recuerdo que tu cabello es del mismo color y yo siempre como bien—señalo obviamente, si hay algo que alguno de nuestros padres biológicos nos heredaron genéticamente es el extraño cabello rojo, siempre pensé que en mi hermano luce genial, parece modelo de revista, en mi siempre parece que un pájaro hizo su nido en mi cabeza.

— Entra—señala un auto negro, no sé mucho de autos, pero este parece lindo y nuevo. Desde que le va bien en su empleo no deja de proponerme que me mudé con él, esta vez acepté por dos razones y la primera es que me ofrecieron un buen empleo aquí, claro que será temporal, pero me servirá en lo que encuentro mi próximo destino y la segunda es precisamente mi mala suerte en el amor, este ex que quería compromiso y yo le dije que no. Algunas veces se debe eliminar los sentimientos que nos evitan crecer y él eso hacía conmigo, me limitó demasiado hasta que comenzó con las cosas absurdas de boda y niños.

— ¿Y cómo van las cosas con tu novio? —pregunta una vez que vamos en camino. No quise decirle que ya estoy soltera como hermano mayor está constantemente preocupado por mí y no le agrada la forma en que ando de un lugar a otro, David tenía más fe que yo en mi relación con el idiota de mi ex.

— Bien...

— ¿Y cómo se tomó el que vengas acá por una temporada? —odiaba mentirle.

— Al principio fue complicado, pero ya sabes si hay amor la distancia no importa—aunque no me podía ver por ir conduciendo puse una sonrisa tensa en mi rostro.

— Tal vez quiera venir con nosotros a pasar la navidad ¿No te gustaría? —Vamos David, dame algo en lo que no tenga que mentirte.

— Tal vez, quizás lo hable con él después.

— Tienen problemas ¿Verdad? Cassy, te amo y creo que él es la persona indicada para estar contigo, puede sonar un tanto hipócrita, pero sueño con el momento en que seas feliz.

— Soy feliz—le recuerdo un poco molesta— Hermano mayor, la felicidad no siempre está con un amor romántico. Tu eres mi pedacito de felicidad, hemos estado juntos siempre así que tienes prohibido menospreciarte de esa forma.

— Muy bien, ¿Te gustaría salir a comer mañana?

— Lo siento, empiezo mi turno mañana—le debo recordar que no solo son vacaciones.

— ¿Tan pronto? Pensé que el hospital te daría tiempo de instalarte.

— Básicamente me dio el tiempo, pero recuerda que el vuelo se retrasó y yo tuve que arreglar muchas cosas antes de venir aquí, en eso se fue mi tiempo.

Estacionamos en mi edificio que en realidad era muy lindo, aunque como David dijo el espacio era algo reducido. Subimos los escalones en silencio, volver a mi hermano me hacía sentir una niña pequeña nuevamente.

— Por favor cuídate—dijo cuando llegamos a mi puerta— Y mucho éxito para mañana, eres la mejor enfermera, así que sé con certeza que serás la mejor—besa mi frente y me da un fuerte apretón con su abrazo.

— Hermano mayor ¿No te quieres quedar a cenar? —por un momento pensé que era una estupidez por su expresión, pero terminó asintiendo.

— Claro que sí, solo déjame cancelar con Adam—sacó su celular y tecleo unas cuantas veces antes de volver a la bolsa de su pantalón.

— Me alegra que hayas aceptado, porque aún no conozco ningún buen lugar para comida rápida.

Vi la sonrisa en su rostro y supe que estaría bien. Después de todo no siempre es malo un nuevo comienzo. 

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¡De verdad muero por que Cassandra conozca a los terribles tres! 

Muchas gracias por leer. Las amo, ya saben.

Crazy Rz

Todo lo que nunca quiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora