Todo lo que nunca quise

Capítulo 17

Cassandra

Veo a los tres pequeños de espaldas dirigiéndose valientemente a la entrada de su salón y una parte de mí se siente mal. Tienen seis años y por supuesto que son muy inteligentes, pero no dejan de ser unos niños pequeños que pueden requerir ayuda en cualquier momento.

A mi lado está Adam tan despreocupado que no puedo creerlo ¿A caso no le preocupa que los chicos estén siete horas en este lugar? ¡siete horas!

— ¿Cómo pasaste por esto cuando fueron al preescolar? —se ríe de mí mientras me toma de la mano para ir al estacionamiento.

— No fue sencillo, los tres fueron más valientes que yo, debo admitir que cuando regresé al departamento todo se sintió tan vacío que tuve que ir a casa de mi madre para que me ayudara a pasar por esto.

Me encanta la forma en que confía en su familia, él sabe que puede contar con ellos y me hace sentir un vacío por David.

— No podía educarlos en casa por siempre, fueron inteligentes casi desde que eran unos bebés ya más adelante cada uno fue tomando distintas áreas en las cuales se desenvolvieron, Jake ama los libros, Jared es un amante de la ciencia y tecnología, Jace pinta de una forma muy buena para su edad.

— Son bastante increíbles ¿Cómo puedes hacer esto todas las mañanas sin temer que algo les pase? —mi pregunta es un poco baja, pero aun así él lo escucha, no puedo creer que haga esto todos los días sin sentir una pizca de tristeza.

— La verdad es que hace dos años casi no lo pienso mucho, estuve trabajando lo más que me era posible sin quitarles tiempo a ellos —me suelta unos momentos para ver su celular, su expresión cambia a una más seria, aunque no deja de contarme— Crecí en una familia muy grande, éramos cinco hijos y aun así mi papá y mi mamá tuvieron un tiempo especial para cada uno todos los días. Quiero eso para mis hijos también.

— ¿Cómo fue para Azul estar rodeada de tantos chicos? —espero por todos los cielos que el nombre de su única hermana si sea Azul, recordar a toda la familia Miller es una ardua labor que aun no llevo a cabo.

— Mmm... era distinto, estaba muy pequeño cuando Azul y William nacieron, sin embargo, conforme pasó el tiempo crecieron ellos dos más unidos entre sí que con el resto de nosotros, luego mis demás hermanos fueron llegando, del que más tengo recuerdos es de Marcos, lógicamente al ser el más pequeño es de quien todos recordamos más —estaba comenzando a molestarme que estuviera mensajeándose en el celular, estaba tan distraído que no notó que nos pasamos su auto hace una cuadra.

— ¿Entonces los pingüinos vuelan porque Ludwig van Beethoven falleció en 1827?

— Sí, claro... estoy de acuerdo contigo—eso me hizo detenerme y cruzarme de brazos, llegaríamos a su departamento caminando si no lo sacaba de su distracción.

— ¡Adam! Si no me pones atención ahora mismo me voy a enojar de verdad.

— ¿De que hablas? Te estoy prestando toda mi atención—aun así, no despega la vista molesta del celular.

— ¿Por eso nos pasamos tu auto hace cuadra y media? —gracias al cielo levanta la mirada y se da cuenta de lo que hablo.

— Cass... lo siento yo debo ir a la oficina de mi hermano Will—escuchar a las personas llamar Will a Darlos aun me es extraño, el breve tiempo que lo traté siempre fue solamente Darlos para mí. Cerré mis ojos para calmarme, una respiración profunda y comprendí que no podía molestarme por esto yo a veces era peor.

Fue la distancia invisible lo que más me hizo sentir mal.

Caminamos en un corto silencio por la acera para dirigirnos a su auto solo que antes de llegar finjo leer un mensaje en mi celular— Debo ir con Maia, parece que hay un problema con Vainilla & Chocolate. Te veo después Adam—no esperé a que reaccionara cuando ya me estaba dando la vuelta y corriendo al lado opuesto. Me sentí repentinamente insegura.