Todo lo que nunca quise

Capítulo 23

Cassandra

Es extraño despertar por el sonido de la risa de los increíbles tres y lo que es más extraño es que eso me haga sentir bien. Intento acomodarme cuando siento el agarre de Adam, me sostiene en un fuerte abrazo que me hace imposible moverme, por primera vez estoy agradecida de que me tuve que quedar después de la comida familiar de los Miller, porque se alargó hasta convertirse en cena y terminamos ya muy tarde, él no quería que me fuera sola y yo no quería arriesgarlo a manejar tan tarde sin mencionar que los increíbles tres ya se habían dormido.

Se escucha como si los chicos hubieran roto algo así que me comienzo a reír por el gruñido que suelta Adam, me suelta y se pone la almohada sobre la cabeza.

— Tan inteligentes y siguen rompiendo jarrones que me regala mamá—dice a penas entendible.

— Duerme un poco súper papá, voy a ver que pasa—entro al baño que tiene la habitación y por suerte encuentro un cepillo de dientes bajo el lavamanos, una vez ya presentable y sin mal aliento corro a ver a los chicos que están sentados alrededor de varias piezas esparcidas, parece que están armando un rompecabezas con pegamento en una mano y piezas rotas en la otra.

— Se pueden cortar ¿Lo sabían? —me sonríen encogiéndose de hombros.

— Fue un accidente además no creo que papá lo note mucho—dice Jake y solo me río por lo deforme que está quedando el jarrón.

— Dejen eso chicos y vamos a buscar algo para desayunar—renuncian a ello, pero antes de tirarlo lo ponen todo en una caja que cierran con cinta adhesiva.

— ¿Dormiste en el cuarto de papá? —pregunta Jared mientras saca algunos recipientes, Jace tiene harina en las manos y Jake nos observa desde su banco alto para alcanzar bien la mesa.

— Sí, ya en la noche era tarde para irme ¿Les incomoda eso? —pregunto con cautela antes de decirles que no habrá postres de desayuno.

— No y mucho menos si vamos a desayunar un delicioso pastel de chocolate—es lindo el intento de Jared.

— Me alegro mucho de eso chicos—los junto para abrazar a los tres— Podemos hacer ese pastel, pero no será para desayunar ¿Qué tal unos hot cakes y huevos revueltos? Pueden ser acompañados de una malteada si quieren.

No les parece al principio sin embargo terminan aceptando, descubrí hace tiempo que les encanta hornear a los tres y como aprenden todo demasiado rápido ya deben saber el cincuenta por ciento del menú de Vainilla & Chocolate.

— ¿Quieres que escuchemos algo? —pregunta Jake con la Tablet en mano.

— Lo que quieran por mi está bien—les digo sin dejar de batir la mezcla para hot cakes. Cuando la música clásica comienza a sonar por toda la cocina me les quedo viendo seriamente, sé que tienen seis años, pero esperaba algo más tipo patita lulú, o algo más infantilizado, a veces olvido la firme pero amorosa educación que recibieron de su papá.

— ¿Podemos jugar a algo? —pregunta Jace.

— Adelante, muéstrenme como y yo les intentaré seguir el ritmo.

— Bien primero que nada ¿películas o libros? —me hace la pregunta un Jake muy concentrado en ponerle colorante comestible a la mezcla.

— Libros—respondo sin pensarlo mucho.

— Muy bien va primero Jace "Al pie de este abismo, el hombre puede descansar como hombre. ¡Adiós a todos!" —comienza Jake.

— Es Drácula de Bram Stoker—le responde un orgulloso Jace a Jake.