13

83.9K 10.1K 7.2K
                                    

El barco militar del capitán Kim embarcó en el puerto maltrecho de un pequeño pueblo pesquero poco conocido. Pese a los cerros que encerraban el sitio imposibilitando la visión, se encontró favorable permanecer ahí debido al conveniente escondite que resultó ser. Una vez que las anclas fueron arrojadas, Kim permitió el descenso de sus marinos para cumplir las órdenes previamente dadas. Aparentemente, nada diferente a un abastecimiento de víveres ocurría en aquel buque. La realidad era diferente, sin embargo.


El objetivo principal era, de hecho, infiltrar al interior a los soldados de la resistencia que participarían activamente en el ataque contra Daejeon. Por lo que, ensimismados por no levantar sospechas, el capitán Kim Taehyung y el general Min Yoongi se pusieron manos a la obra para llevar a cabo satisfactoriamente el plan. Mientras que el primero hacía frente a las autoridades del pueblo y negociaba con ellos, el segundo recibía a los hombres que por la noche llegaban escondidos dentro de cajas que supuestamente guardaban telas y alimentos enlatados.

Ya instalados, Min, junto a Jimin, se encargó de preparar a los jóvenes y novatos soldados con pequeñas clases fugaces de defensa personal y les explicó las estrategias de ataque que hasta ese momento tenían como designio. Además, aunque no le gustara esa parte, también les dio órdenes precisas de que hacer en caso de ser atrapados por el enemigo. La muerte siempre era mejor que la tortura. El cabo Park, en cambio, decidió que quería hacer aún más por la causa y se encargó de entrenar a los que no poseían ningún conocimiento en técnicas de escape y evasión. El general Min no podía sentirse más orgulloso de su chico, inflando su pecho con altivez cada que iba a visitarlo para asegurarse de que nadie se acercara de más a él.


A la par que ellos, el -recién- coronel Kim Seokjin, tras leer un telegrama urgente de su General, guiaba al regimiento del Sur hacia la batalla en Andong, recibiendo en el camino a, cada vez, más batallones mermados que llegaban poco a poco para defender su territorio. La noticia de que tomarían simultáneamente dos ciudades se había propagado entre sus mismos y todos querían participar para acabar por fin con aquella guerra absurda.

El principio del fin se estaba construyendo.




¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Jimin se limpió el sudor de la frente con un pañuelo verde que Taeyong le había prestado después del entrenamiento. Siempre terminaba cansado y mojado por culpa de lo complicado de los ejercicios, pero ese día en particular su cuerpo había exagerado. Literalmente, parecía una llave de agua caliente abierta. Su ropa verde militar estaba empapada y su rostro seguía humedeciéndose a pesar de no estar haciendo grandes esfuerzos. Jimin no entendía porqué, pero esos episodios de bochornos extraños comenzaban a volverse más frecuentes y más estresantes; lo único que lo mantenía tranquilo era, curiosamente, el general Min, quién había adoptado con él una rutina vespertina que rara vez cambiaba cuando todas sus actividades cesaban.

Muéstrame la pancita [Yoonmin- Omegaverse].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora