Objetivos

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Perdón, se me olvida actualizar :D

Capítulo 4. Objetivos.

En los complejos de la ciudad de Berk, un chico de cabello negro salía presuroso de uno de los edificios. Se había quedado dormido y ahora corría a toda prisa con un pedazo de pan en la boca mientras se ajustaba tanto la camisa como la chaqueta. Tenía una entrevista de trabajo que para él era importante y quería causar una buena impresión a aquel sujeto.

Se habían citado en el hotel Milton, donde el hombre le aseguró que servían un café exquisito. Ese hotel quedaba a unas cuadras del complejo de apartamentos, podría llegar en 10 minutos si corría con toda la fuerza que sus piernas le diera.

Con la bendición de los dioses y empujando a varias personas logró llegar un minuto antes de la hora acordada; se detuvo en la entrada del hotel, respirando agitadamente casi sofocándose después de haber corridos diez cuadras muy largas, se miró en las puertas del cristal dándose cuenta que su apariencia era un total desastre; diría que su estilo formaba parte del potencial que sabía que tenía para el puesto que estaba solicitando. Acomodándose un poco el cabello, entró al edificio respirando con tranquilidad, aunque por dentro el corazón le latiera a gran velocidad.

Buscó al hombre en el vestíbulo como lo habían acordado, encontrándolo en uno de los sofás. Estaba siendo atendido por una mesera, tal parece que no lo había esperado, eso le hizo pensar que tenía puntos en su contra.

— ¿Eret Eretson? —Nombró nerviosamente.

El hombre le puso atención, terminó de pedir su desayuno a la camarera y una vez que esta se fue se levantó para recibir al recién llegado.

— ¿Tú debes ser Tannlos Haddock? —Extendió su mano para estrecharla. —Siento no haberte esperado, pero salí sin desayunar y ya tenía hambre.

— ¡Ah! —Suspiró internamente, todavía tenía oportunidad de conseguir ese trabajo.

Eret esperó a que le trajeran su desayuno, en lo que esperaba observó detenidamente al chico. Era un poco más bajo que él, tenía una mirada verde muy seria pero que denotaba nerviosismo, a su parecer había ido muy formal cuando él prácticamente andaba en fachas, esperaba que fuera porque que lo quería impresionar o en el peor de los casos que fuera un vanidoso como otros reporteros que conocía.

La mesera llegó con el desayuno, dejando un plato con huevos estrellados, verduras y pan acompañado de una taza de café.

—Muy bien... Tannlos. —Se tomó la atribución de llamarlo por su nombre. —Cuéntame algo de ti, soy todo oídos. —Eret se dispuso a tomar su desayuno dándole la oportunidad al chico para que lo impresionara.

—Bien. —Tannlos tragó saliva. —Tengo 24 años, me gradué de la carrera de periodismo y me especialicé en fotoperiodismo...

—Aja. —Eret no pareció impresionarse y siguió comiendo, no le estaba prestando mucha atención, pero era una de sus intenciones.

Tannlos no supo que más decir, empezó a tamborear los dedos contra su pantalón con nerviosismo.

— ¿Por qué quieres trabajar conmigo? —Preguntó Eret para ayudarlo un poco.

—Con sinceridad debo decir que me agrada su trabajo. —Trató de no sonar muy halagador. —Ya que siempre se enfoca en lo que en realidad importa y no sólo hacer reportajes amarillistas como otros reporteros.

—Muchas gracias. —El reportero mayor sonrió por sus adentros pues compartían la misma filosofía. — ¿Entonces, quieres ser un freelance?

—Exacto.

Cómo entrenar a una patinadora (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora